Con las manos en la fruta

Pasan tres minutos de las 8,30 horas. Es lunes, 11 de noviembre, un día muy especial en la ciudad, ya que los ourensanos celebran San Martiño. La inmensa mayoría de los trabajadores disfruta de un día festivo, pero en la tienda Hiperfroitas, ubicada en la calle Progreso, las propietarias están esperando a que les llegue la mercancía.

Por ello, aunque la tienda está cerrada al público, la reja de la puerta se encuentra entreabierta. De repente, tal y como se ven en las imágenes de las cámaras a las que ha tenido acceso La Región, un hombre, ataviado con un pantalón vaquero, una sudadera de rayas y una gorra negra, se acerca al establecimiento y mira hacia su interior desde la ventana. Al no ver a nadie en la estancia principal, decide agacharse para salvar la reja y entra.

Una vez en el interior, se esconde tras el mostrador y echa un vistazo rápido de la zona, evidenciando sus intenciones: no iba a comprar fruta. En ese momento, ve algo que le interesa y va directo hacia ello. Se trata del bolso de la propietaria, que está guardado tras el mostrador.

El ladrón lo coge, lo abre y de él sustrae la cartera, mientras mira una y otra vez a los lados asegurándose de que nadie lo ve. Justo cuando se disponía a salir del local, se ve sorprendido por la propietaria, a quien le llama la atención ver a un hombre allí. Sin embargo, no se percató en ese momento de que le había robado la cartera.

Cuando el ladrón la ve, rápidamente le pregunta: “¿No está abierto? Es que quería comprar algo”. La propietaria le explica que está cerrado, aunque, ya que está ahí, si necesita comprar algo que lo haga. Él le contesta, visiblemente nervioso, que no hace falta y que ya vuelve en otro momento. Tras ello, abandona el lugar.

Posteriormente, un usuario de Facebook contacta con la propietaria de la frutería a través de la red social para avisarle de que ha encontrado una cartera que en su interior tiene documentación con su nombre. Sin embargo, el ladrón se había llevado ya 190 euros además de dos tarjetas. De cada una de ellas saca 300 euros, por lo que al final logró hacerse con 790 euros de botín.

Abandonó el local convencido de que nadie lo había visto y sintiéndose impune con ello, pero no podía estar más equivocado. La cámara de seguridad que custodia el local lo captó con las manos en la masa, además, con una calidad de imagen lo suficientemente buena como para identificarlo.

Según las fuentes consultadas por este periódico, el autor podría ser un toxicómano con antecedentes por hurtos anteriores. La Policía Nacional está trabajando en el caso.