María Marlen, un ejemplo de confianza que se tradujo en arraigo en Ourense

ARRAIGO POR FORMACIÓN

Desde que María Marlen llegó a Ourense no había logrado poner en regla sus papeles, pero el programa Arraigo de formación y la confianza de una empresaria local la ayudaron a establecerse

Laura Martínez, empresaria, y María Marlen, empleada, en el centro de belleza Lúara.
Laura Martínez, empresaria, y María Marlen, empleada, en el centro de belleza Lúara.

Hace tres años que María Marlen llegó a Ourense desde México. Allí administraba cuatro establecimientos de hostelería, sin embargo, su vida aquí no estaba siendo un camino de rosas. “Mi experiencia ha sido un poco difícil, me ha costado muchísimo arreglar los papeles”, asegura esta nueva ourensana, que como muchos foráneos tuvo problemas para formalizar su situación.

La falta de papeles en regla no le permitía conseguir un empleo, es por ello que acudió a varias ONGs, donde pudo participar en diversos cursos, además de ser voluntaria. “Yo quería seguir estudiando, quería seguir formándome para poder conseguir un empleo mejor”, explica Marlen. Fue en Cáritas donde descubrió el programa Arraigo Formación promovido por la Xunta de Galicia. “Acudí a informarme sobre los cursos y me presentaron este proyecto, lo vi como una oportunidad, asi que decidí aprovecharla al máximo”, indica.

Con este programa de arraigo se busca lograr, por un lado, personal con la formación necesaria para cubrir los puestos de trabajo que ofertan las empresas y, por otra parte, incorporar al mercado laboral a personas que se encuentran trabajando de manera precaria o en situación irregular. En este sentido, María Marlen acudió a una formación durante cuatro meses y una vez finalizado ese periodo buscó un lugar en el que realizar las prácticas. “Toqué muchas puertas para poder entrar, pero no me aparecía nada, me desesperaba”, recuerda.

Las primeras oportunidades que le ofrecieron estaban relacionadas con la hostelería y el hogar, sin embargo, quiso esperar a tener una “oportunidad mejor”. Fue entonces cuando tuvo la suerte de conocer a Laura Martínez, dueña de Lúara Belleza y Bienestar, que a día de hoy es su jefa. “Yo estaba buscando a una persona para incorporar a media jornada, le hice la entrevista y no vi por qué no darle la oportunidad”, explica Martínez.

Gracias a esa muestra de confianza por parte de esta empresaria ourensana, Marlen pudo cumplir con las 72 horas de prácticas que están establecidas en el programa de arraigo y una vez finalizado ese periodo consiguió quedarse en el puesto, donde ya lleva unos cuatro meses. “Son personas que necesitan el trabajo, hay que saber darles un voto de confianza para ayudarles a establecerse”, indica Martínez, feliz de haberle dado la oportunidad a su nueva empleada.

Si bien es verdad que el proceso de formación está enfocado a distintas áreas, ambas consideran que podría ser un poco más completo. Con todo, creen que el programa es una gran oportunidad para aquellas personas en situación irregular que buscan obtener una autorización de residencia y de trabajo, pero también para cubrir las necesidades de mano de obra que existen en algunos sectores.

Con su historia, María Marlen quiere trasladar a las personas inmigrantes que llegan a Ourense que “no se den por vencidas”. “Hay muchas personas que se encuentran en la misma situación que estaba yo, lo ven muy difícil, pero deben tomar fortaleza”, apunta, y anima a los que lo necesiten a pedir ayuda a asociaciones radicadas en Ourense y que en muchos casos tienen programas con los que se pueden seguir formando para establecerse en la ciudad.

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