La mayor concentración de románico en la Ribeira Sacra

PATRIMONIO HISTÓRICO

Los monasterios repartidos por la Ribeira Sacra son un importante reflejo de la arquitectura medieval gallega

C.P.

Publicado: 21 ago 2024 - 11:10 Actualizado: 21 ago 2024 - 11:20

Monasterio de San Pedro de Rocas, en Esgos.
Monasterio de San Pedro de Rocas, en Esgos.

Además de su gran patrimonio natural, vitivinícola y paisajístico, la Ribeira Sacra puede presumir con orgullo del título de zona de mayor concentración del románico rural en Europa. Sobre las laderas que descienden hacia los ríos Miño y Sil se asientan numerosos centros eclesiásticos que dan buena cuenta del esplendor religioso de estas tierras. Explica el periodista Henrique Alvarellos en su libro “Galicia en cen prodixios que, en el lugar donde confluyen las provincias de Lugo y Ourense, “se establecieron desde los inicios del Cristianismo monjes y eremitas para practicar la vida ascética, en un paraje que hoy puede parecer bucólico pero que fue muy dura, y en la que florecieron más de quince monasterios medievales y otras tantas iglesias románicas”.

Esplendor monástico

Entre los monasterios “encontramos verdaderas joyas románicas, monumentos nacionales, alguno incluso construido sobre rocas...”, prosigue el autor. Este último se refiere a San Pedro de Rocas, dentro del término municipal de Esgos y considerado el conjunto monacal más antiguo de Galicia por sus cuevas excavadas en la piedra del monte Barbeirón.

En tierras ourensanas, destaca la imponente silueta de San Esteban de Ribas de Sil (Nogueira de Ramuín), hoy convertido en parador, construido entre los siglos XII y XVIII y declarado Monumento Nacional hace 101 años.

Fueron estos siglos de la Edad Media los de gran apogeo de la Ribeira Sacra a nivel religioso, convirtiéndose en cuna del primer gran estilo arquitectónico cristiano. El románico fue el arte predominante entre los siglos XI y XIII en toda la Europa Occidental, si bien en cada región adoptó sus propias características formales. En el caso de la Ribeira Sacra se refleja en sus grandes espacios, el equilibrio de las líneas o la gran monumentalidad de las construcciones.

Gran ejemplo de estas cualidades es el convento de Santa Cristina de Ribas de Sil, ubicado en el municipio de Parada do Sil y con imponentes vistas hacia el río. Aunque ya en desuso e inmerso en un paraje de cuento, está considerado como un adalid del románico rural gallego, así como uno de los más importantes de toda la Ribeira Sacra por la confluencia de vías que hacia él se dirigían en la época medieval. Este resplandor comenzaría a apagarse en el siglo XVI al pasar a depender de San Esteban y hoy se erige como el más misterioso quedando en pie tan sólo la iglesia románica, la tore y una parte del claustro.

Cierra esta lista de monasterios ourensanos de la Ribeira Sacra -equiparados en importancia al resto de conjuntos lucenses que les observan desde el otro lado del río- Santa María de Montederramo, en cuyo documento fundacional del año 1124 aparece por primera vez el término “Rivoira Sacrata”. Su importancia se tradujo en su gran poderío económico y social durante siglos, culminando en la desamortización de Mendizábal. Es Bien de Interés Cultural desde 1951.

Claustro de Santa Cristina de Ribas de Sil.
Claustro de Santa Cristina de Ribas de Sil.

Joyas desconocidas

Existen otras joyas románicas que, aunque menos populares, también reflejan la importancia monástica de la zona. Un ejemplo son las ruinas del monasterio de San Paio, en Castro Caldelas. Destaca también el de Santa María de Xunqueira de Espadanedo, uno de los grandes desconocidos y que permite realizar un recorrido por diferentes estilos artísticos desde su fundación dentro del románico tardío del siglo XIII hasta el barroco de sus retablos del XVIII.

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