La nueva ourensanía | Christopher Hockley, la vida al ritmo de un hábitat pasivo y de aldea en Vilamarín

LA NUEVA OURENSANÍA

Reservado pero sonriente, Christopher Hockley, inglés de espíritu y francés por nacimiento y crianza, arraiga su vida en Galicia, donde saca adelante a su prole, y de la que -quizá con el tiempo, y por su entrega a la tierra-, también obtenga la nacionalidad

Miriam Blanco y Marta Vázquez

Publicado: 19 ago 2024 - 07:15 Actualizado: 19 ago 2024 - 09:18

La nueva ourensanía: Christopher Hockley

De padres ingleses pero criado en “la zona donde se hace el champán”, en Sézanne, Francia, Christopher Hockley proyecta una vida en el ayuntamiento de Vilamarín, en el pequeño pueblo de Baínte.

Llega a Ourense hace dos años y medio con su mujer, hija de un natural de esta aldea, a la que conoció en Inglaterra. “Compramos este terreno en 2020”, señala Chris los alrededores. Se componen de varias fincas en torno a una original de su suegro con una huerta, y en cuya agrupación planean construir su casa. “Me gusta la paz que hay aquí”, comenta a la sombra de un castaño centenario, que lo mismo les toca sacrificar por cuestiones de ordenanzas urbanas.

Inglés en las raíces y en lo cultural, crece en Francia porque sus padres, misioneros evangelistas protestantes, allá marcharon a fundar una iglesia. Del norte del país se mudaron a Marsella, y de ahí, él se fue estudiar a Oxford donde, tras su máster, ejerció como profesor de informática. Se percibe a leguas que Chris es un coco, por su manera de observar y su templanza. Y que algo de Dios le acompaña en sus empeños porque de la universidad de los grandes intelectos a Baínte, aún siendo el segundo pueblo lindo, hay que ponerle amor y magia.

Christopher Hockley
Christopher Hockley

“Pensamos tener tres o cuatro hijos”, se viene arriba con el verbo -y el número- Christopher al preguntarle por su hogar en estas tierras. Se reconoce él también religioso y cristiano aunque no le da importancia a los templos, congregaciones o rituales. “La base de todas las iglesias es la misma”, comenta en relación a los domingos en los suponemos visita Fátima. A la espera de que ese proyecto de casa arranque, están asentados en O Couto, frente a la basílica dedicada a la santa.

Casa pasiva en Baínte

Cuenta Paula, su mujer, una serie de problemas que se fueron encontrando a la hora de poner los cimientos de esta casa, y de la que, en los cuatro últimos años, mucho y poco, según se mire, han avanzado. Chris deja hablar a su pareja que es su antítesis en ademanes. “Él ya sabe cómo soy”, dice ella, y él sonríe y asiente, y proyecta una imagen de domador de huracanes.

Christopher Hockley
Christopher Hockley

Habla de la cuestión del minifundio -por lo visto comprar una ‘leira’ a un paisano da más trabajo que negociar un préstamo hipotecario-. “Uno de los terrenos era de un vecino que está en Alemania”, empieza Chris una historia, y no necesitamos más información para imaginarnos el tiempo que pasaron entre notarios. Patrimonio por lo visto también da guerra y según ellos, acusa desconexión con el campo. Después está el tema de las aguas, se ve que si en un piso las humedades son la peste, en una finca no hay peor cosa que tener un regato, pues las obras van a demorarse años. Rematan el parlamento hablando de las diversas ordenanzas del suelo urbano en un mismo conjunto de ‘eidos’ de menos de 5000 metros cuadrados. El caso es que por hache o por be esta construcción no les arranca. “Tenemos que hacer un pozo y recoger agua pluvial”, informa Christopher, pues en el pueblo no llega la traída. “Poco a poco”, razona Hockley, que proyecta una casa pasiva, con “la menor intervención en la tierra posible”, confiesa. Eligieron el sitio desde luego, porque por lo de pronto sólo han podido colocar los marcos.

“Teletrabajo como informático con una empresa de Inglaterra”, explica alegre el origen de sus ingresos que con tantos requisitos buena falta hacen.

Christopher Hockley
Christopher Hockley

Se considera Chris un hombre tímido que sueña con “ser una luz”, y tener un impacto positivo en su entorno inmediato. Dicho así con esas palabras despierta ternura en el oyente, pues suena a pastor de su propio rebaño. Tiene ya un hijo de nombre Breogán, mítico rey galaico, y en camino viene una segunda criatura, a ver si conseguimos esa casa entre la tercera y la cuarta. Cierto es que Paula es todo salero, pero veremos si el cuerpo aguanta. Por ahora son cuatro con uno en camino, pues un perro negro de nombre Tobias les persigue mientras por la aldea campan.

De lo nuestro se queda con el pulpo y el licor café, y destaca un sintagma gallego bien simpático, “xa muller xa”, porqué será. Imaginamos a esa joven esposa torbellino a la que le hierve la sangre por no pasar de los marcos, y a un suegro aplacando espíritus con esa mítica frase.

Christopher Hockley
Christopher Hockley

Comparte Chris como colofón a la entrevista un sabio proverbio inglés, que quizá dé sentido a su existencia. “Hard times create strong men. Strong men create good times. Good times create weak men. And, weak men create hard times”. Un círculo de la vida en el que el hombre, como hacedor de su destino, convierte la adversidad en éxito, y la abundancia en fracaso. Dicho tal enunciado por su boca, pareciese que Christopher Hockley en esas anda, resolviendo como sólo saben hacer los sabios, atravesando con templanza las duras, sabiendo que las maduras hacen trampas.

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