Obituario | Ourense dice adiós al maestro pastelero Miguel
La ciudad despide a Miguel Ávila Soto, fundador de la clásica Confitería Miguel hace medio siglo. Sus familiares le recuerdan como un buen hombre, enamorado de su oficio artesano. Falleció a los 85 años en su casa de Camiño de Lagares, en Gustey, Coles
Ni siquiera se guardó el secreto del chocolate, su mejor receta: a Miguel Ávila Soto (Santiago de Compostela, 1938-Ourense, 2023), fundador de la Confitería Miguel, le recordarán familia, compañeros y clientes como un hombre que disfrutaba de su profesión de confitero, especialmente de la parte de enseñar a otros el oficio artesano. “Tuvo muchos aprendices y a todos enseñó sus secretos. Siempre fue un gran maestro, jubilamos a trabajadores que llevaban con él desde los inicios”, recuerda la familia.
El creador de este histórico negocio ourensano llegó a la ciudad hace más de sesenta años, con su mujer Pili. Él ya era aprendiz de pastelero en Compostela y en Ourense encontró una oportunidad en la confitería Ramos. Después de una década en este negocio, cumplió su sueño: fundar el suyo propio, junto a su mujer. El 3 de marzo de 1973 un anuncio en La Región daba la bienvenida a la Confitería Miguel, en el número 1 de la rúa Bedoya. El chocolate siempre fue la gran especialidad de Miguel, pero también fue uno de los primeros confiteros en apostar por los dulces de hojaldre en Ourense.
El alma de la confitería Miguel falleció el pasado martes, a los 85 años, en su casa de Camiño de Lagares (Gustey, Coles), dejando un grato recuerdo en aquellos ourensanos que siguen endulzando sus sobremesas gracias a la pasión transmitida por Miguel en su descendencia, que continúa medio siglo después al frente del negocio. Sus hijas, María del Pilar y María Gloria, gestionan el negocio artesano desde hace tres décadas.
Amor por la profesión
“Le recordaremos como un hombre cariñoso, muy educado, muy amigo de sus amigos y con mucho amor por sus hijos, por sus nietos y por la profesión”, destacan sus seres queridos.
Ourense por bandera
Sus hijas recuerdan que la confitería Miguel “llevaba Ourense por bandera”. De hecho, Miguel Ávila Soto contaba siempre con proveedores ourensanos, apostando en todo momento por la mejor calidad. Prueba del aprecio de los ourensanos al fundador de la Confitería Miguel es que el tanatorio de As Burgas, en el que se dio el último adiós al confitero, recibió ayer a gran cantidad de gente durante todo el día, con el objetivo de acompañar a la familia en este último adiós.
Hoy a las 18,00 horas se celebra un funeral en la iglesia parroquial de Santo Domingo. Mañana será la incineración, ya en la intimidad familiar.
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