Ourense encara un verano de altas temperaturas y tormentas frecuentes

El pasado mes de mayo en Ourense llovió más que en todo el verano de 2022 y seis veces más en el mismo periodo del año pasado. ¿Qué le espera durante el verano?

Lluvias intensas ayer en Carballiño, donde se produjeron inundaciones en varias vías.
Lluvias intensas ayer en Carballiño, donde se produjeron inundaciones en varias vías.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) publicó ayer su previsión para este verano 2023. En Ourense, los expertos esperan que las altas temperaturas se sitúen por encima de la media y que las tormentas sean frecuentes durante toda la época estival.

En 2022, el mercurio se situó 2,7 grados por encima de la media, dejando unas máximas que alcanzaron el valor más elevado de la serie histórica (hasta 44 grados en la ciudad). Será difícil que se repita este exceso, pero el calor estará igualmente presente, incluso más de lo habitual. Además, tormentas como las vividas esta última semana serán un fenómeno común. Se repetirán a lo largo de toda la temporada y dejarán precipitaciones con carga eléctrica en numerosas ocasiones.

Esta será la principal diferencia con el anterior verano, cuando la provincia se enfrentó a una sequía -que puso en alerta a los concellos bañados por el Miño- y a una dura temporada de incendios, la segunda peor de la historia. De hecho, los meses de junio, julio y agosto de 2022 solo acumularon en la ciudad un total de 108,8 litros por metro cuadrado, doce menos que en mayo de 2023.

Y es que las lluvias incesantes dejaron el último mes unas cifras muy por encima de lo que Ourense acostumbra. Llovió seis veces más que el año anterior, en total, 127,6 litros por metro cuadrado. Por otra parte, en lo que va de año también se registraron más litros que en el mismo periodo de 2022.

El verano se encara esta vez de una forma muy diferente, con los embalses llenos y sin previsión de cielos despejados a corto plazo.

Pese a la climatología húmeda del último mes, la primavera estaba siendo más seca de lo normal. Francisco Infante, meteorólogo y responsable de Aemet en Galicia, señala que hasta mayo fue muy cálida: “La comunidad gallega se encaminaba hacia la primavera más árida de la década y en Ourense la tercera, superada por las de 2017 y 2019”.

Además, en este abril, nada de aguas mil. En Ourense solo se registraron 27 litros por metro cuadrado, cien menos que en mayo. Únicamente en febrero llovió menos: 16 litros por metro cuadrado en todo el mes. Por otra parte, las últimas precipitaciones sí se hicieron notar en las cuencas de la provincia. Están al 71%, una cifra que contrasta con la del año anterior en estas fechas cuando los embalses estaban al 48% de su capacidad. Más pronunciado es el caso de As Portas, el más grande de Ourense, que está al 75,93%, el triple de lleno que en junio 2022.

¿Por qué las anomalías?

Para Infante, estos valores, que dejan veranos con máximas por encima de la media, ciclos de tormentas o sequía en primavera, se explican por el efecto del cambio climático. “La variabilidad de un año a otro es intrínseca, pero es cierto que hay una marcada tendencia de fondo que hace que las temperaturas vayan en aumento”, señala el experto. Aunque podrían venir veranos menos calurosos, la media es al alza.

Adiós a la tormenta, pero no a la lluvia

A corto plazo, el verano continuará posponiéndose para los ourensanos. Infante indica que la predicción anuncia lluvias hasta el martes. Ayer hubo fuertes tomentas en la provincia y desde hoy “continuará la inestabilidad, pero ya sin avisos, con chubascos”, explica. A partir de entonces, se espera que el anticiclón pueda beneficiar a la comunidad gallega y el tiempo se torne más seco.

Por otra parte, ayer la borrasca Óscar dejó lluvias intensas en la zona de Carballiño, donde se sucedieron algunas incidencias relacionadas con pequeñas inundaciones. En solo media hora, se acumularon 14 litros por metro cuadrado. Este ciclón con nombre propio es un sistema de bajas presiones -anómalo- que se presentó en la comunidad en forma de borrasca y con matices tropicales. Se constituyó como la presión más baja para la época del año. También en la ciudad hubo que sacar el paraguas por su efecto: cayeron precipitaciones durante toda la tarde.

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