Ourense se queda sin dos residencias de mayores por el desinterés municipal

El grupo inversor que impulsaba estos proyectos reconoce sentirse “aburrido” y “superado por el laberinto burocrático” y considera que es “surrealista” lo que está sucediendo en la ciudad de Ourense

El edificio del centro, en Progreso, iba a ser destinado a apartamentos tutelados para mayores.
El edificio del centro, en Progreso, iba a ser destinado a apartamentos tutelados para mayores.

La gestión del Concello de Ourense en los últimos meses se sigue midiendo en proyectos retrasados o fallidos. En esta ocasión, un grupo inversor privado tenía en cartera la creación de dos centros para personas mayores en la ciudad y ha desistido al chocar sistemáticamente contra la burocracia municipal. Así lo han confirmado fuentes de este operador privado, que promovía la construcción de un equipamiento social en la calle Progreso 56, frente al Centro Cultural Marcos Valcárcel. El inmueble previsto data de los años 60 del pasado siglo, está desocupado y tiene una superficie de 1.300 metros cuadrados. La misma empresa preveía un centro social similar (aunque en un estadio menos avanzado) en la calle Alejandro Outeiriño.

Fuentes de la sociedad inversora reconocieron sentirse “aburridos” por un eventual desinterés municipal y el laberinto burocrático para encauzar esta iniciativa, así como por las sucesivas trabas que les han puesto: “Todo ha sido requerimiento tras requerimiento por cosas absurdas” en los últimos meses, lo que les ha obligado “a abandonar el proyecto”. Pero, no solo eso, sino que las mismas fuentes adelantan que “en esta ciudad no haremos nada más”, entre otras cosas porque “es surrealista lo que pasa en Ourense”.

Aun en enero de este año se le requería a la empresa más documentación para incorporar al expediente previo a la concesión de la licencia. De acuerdo con la versión que facilitan los inversores, “llevamos ya varios años de tramitación” del proyecto, intentando hacer frente a las trabas administrativas que han ido surgiendo. Todo ello, “sumado al incremento de los materiales y el aumento de los intereses bancarios”, ha provocado el abandono de ambos proyectos en la ciudad.

Ya en el año 2021, la sociedad confirmó que promovía la remodelación del edificio de Progreso, dando por hecho iniciar las obras a lo largo del 2022 con el fin de habilitar, entre otros servicios, apartamentos tutelados para una treintena de personas y centro de día con capacidad para atender a unas 90.

En verano del 2021 entró en el Concello una solicitud de licencia presentada por la sociedad Premiate Salud y Bienestar, conforme a un proyecto elaborado por un estudio de arquitectura ourensano. Casi dos años después la inversión decae, según los promotores.

La iniciativa surgió cuando Sonia Ogando era concejala de Urbanismo por el PP, pero dejó esa responsabilidad en julio del 2022 en el momento en el que Jácome cesó a los ediles populares. Desde entonces la Concejalía de Urbanismo está en manos del partido del alcalde.

Ogando lamento ayer “profundamente la situación actual”, recordando que “cuando yo ostentaba las competencias en Urbanismo se mantuvieron muchas reuniones con los inversores y las actuaciones y trámites legales correspondientes seguían su curso.” Ahora, lamenta, “esto es el resultado de la mala y nefasta gestión del gobierno actual que nos llevará a que las empresas no quieran invertir en nuestra ciudad”.

Proyectos que siguen adelante en Ourense

Obras en A Ponte, en la futura residencia de DomusVi.
Obras en A Ponte, en la futura residencia de DomusVi.

Otros proyectos encaminados al cuidado de los mayores, cuyo coste ya hemos analizado desde La Región, siguen adelante en la ciudad. Es el caso del auspiciado por la compañía DomusVi, que ya gestiona cinco centros en Ourense, y que prevé atender otro en el barrio de A Ponte. Ocupará los edificios 18 y 20 de la calle Vicente Risco y 13 y 15 de Ramón y Cajal. El fondo de inversión Thor Privaty Equity es la entidad que ha solicitado al Concello de Ourense licencia de derribo de los edificios para la remodelación. Es la fase en la que están en estos momentos. Además, la ciudad contará con la residencia de la Fundación Amancio Ortega, en la antigua estación de autobuses.

Servicios básicos para un sector de la población cada vez más amplio

El cuidado y de las personas mayores abre la puerta a nuevas inversiones. El envejecimiento de la población y la soledad son retos que la provincia debe asumir. El Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que más de 20.000 personas mayores de 65 años viven solas. La tendencia es a concentrar en cabeceras de comarca y la ciudad los centros de atención. No es la primera vez que los inversores se fijan en la capital para promover iniciativas en el campo sociosanitario. Pero, como en el caso descrito, la burocracia y la falta de interés en el Concello postergan o provocan el abandono de esas propuestas.

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