Ourense sufre retrasos de hasta 30 años en infraestructuras vitales

Ourense es la provincia más castigada en materia de infraestructuras de toda Galicia. El comportamiento del gobierno es de tal indolencia que hay obras de vital importancia para el desarrollo económico por las que Ourense lleva esperando entre veinte y treinta años, como sucede con las autovías A56 y A76 o más de una década como es el caso de la estación intermodal, la variante exterior o la culminación de la A-31 hasta la frontera con Portugal en Lindoso.

El retraso no solo priva a empresas y ciudadanos de unos servicios de vital importancia para combatir el desequilibrio que existe entre la Galicia litoral y la interior. También sustrae de una actividad económica que en su conjunto supera los 2.200 millones de euros, más que el dinero invertido para la construcción de los tramos ourensanos de la línea de alta velocidad inaugurada en 2021.

En el ranking de las infraestructuras morosas ocupa el primer puesto la autovía entre Ourense y Lugo, gestada hace treinta años. El estudio informativo fue sometido a información pública en 2003 y recibió declaración de impacto ambiental positiva en 2006. 70 kilómetros de autovía que, al cabo de tres décadas solamente tiene concluido un pequeño tramo de 500 metros en la provincia de Ourense y en obras uno de los subtramos de la variante norte en Eirasvedras. Los 525 millones de presupuesto estimado cuando se realizó el estudio se han quedado totalmente desfasados.

El segundo puesto de este ignominioso top ten lo ocupa la autovía entre Ponferrada y Ourense: la A-76. Incluida en el Plan Estratégico de Infraestructuras del Transporte 2005-2020, ha visto como se ha finiquitado dicho plan sin que hasta la fecha se haya movido ni una sola palada de tierra en su construcción. Con 126,07 kilómetros de longitud sobre el papel, se estimó un presupuesto de 1.221,64 millones de euros para materializarla. Además, conectar Galicia con la meseta norte, la A-76 tendría que poner fin a las incómodas comunicaciones de la comarca de Valdeorras hacia Ourense y los puertos gallegos, pieza fundamental para el desarrollo de su industria. La espera ya acumula más de veinte años y al igual que sucede con la anterior autovía y con el resto de las infraestructuras adeudadas a Ourense gobiernos del PP y del PSOE han demostrado la misma negligencia.

La A-31 no tendría que llamarse autovía a Celanova, sino a Portugal, por ser la conexión natural y más directa de Ourense con Braga y Oporto y su aeropuerto. Pero las obras han quedado paradas a 18 kilómetros de su inicio y esperan, desde hace doce años la continuidad en los 39 kilómetros siguientes hasta la frontera de A Madalena, entre Lobios y Ponte da Barca. Infraestruturas de Portugal se ha comprometido a llegar con la IC-28 mejorada hasta la raya en Lindoso, pero a este lado de la frontera se pasan la pelota entre el gobierno central, responsable de las comunicaciones viarias internacionales, y el autonómico, promotor del primer tramo de la autovía y de darle forma a una versión mejorada de la OU540.

Ourense perdió el tren hasta la próxima década

La parte ferroviaria de las infraestructuras pendientes no sale mejor parada. Si la deuda de autovías ronda los doscientos kilómetros, en vías del tren se supera esa cifra si sumamos las líneas convencionales y los tramos pendientes en alta velocidad. El AVE llegó a Ourense en diciembre de 2021 pero han quedado obras sin hacer. Las dos más importantes son la intermodal y la variante exterior. De la primera ya han comenzado las obras, pero se augura una larga e incómoda espera hasta su finalización. Y al igual que la variante exterior no solo atañe a los usuarios del tren, también al desarrollo urbano de la ciudad, pues una y otra deberían restañar las heridas que la línea férrea dejó en la trama urbana de la ciudad.

El escenario más optimista nos sitúa en 2031 para la estación veinte años después de que Norman Foster y sus asociados ganasen el concurso para diseñar una estación que se parecerá poco a la que verán los ourensanos la próxima década. La variante tendrá que esperar dos o tres años más, si es que finalmente se ejecutan los 9 kilómetros sobre los que no hay noticias documentadas en el BOE desde que se publicaron a efectos de información pública para expropiaciones, los proyectos hasta el túnel de Montealegre en 2015.

A-56 Autovía Lugo-Ourense

8,8 km construidos en treinta años, solo 500 metros en Ourense

Hace ya treinta años que se realizaron los primeros estudios para la construcción de una autovía que uniese las ciudades de Ourense y Lugo. Diseñada con dos carriles por sentido y una longitud aproximada de 70 kilómetros, en treinta años solo se ha logrado inaugurar un tramo de 8,8 kilómetros de los que 500 metros están en la provincia de Ourense. En obras el segundo subtramo de su conexión con la A-52, entre Quintela y Eirasvedras, que no se finalizará hasta 2026.

A-76 Ponferrada-Ourense

Veinte años de historia sobre el papel y ni un solo metro en obras

Fue una propuesta electoral del PSOE en 2004. En 2005 se licitó el estudio informativo y en 2013 logra la declaración de impacto ambiental. Desde entonces hubo lentos avances en la redacción los proyectos constructivos, pero ninguno ha culminado su tramitación administrativa. Ni uno solo de los 126,07 kilómetros se encuentra en obras y hay serias dudas de que algún tramo se pueda ejecutar si las obras no se anticipan a la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Ribeira Sacra.

AG-31 Ourense-Celanova

La inconclusa conexión directa con Braga y Oporto

La Autovía A-31, tiene una longitud de poco más de 18 kilómetros, desde la A-52 en Rante hasta Celanova-Sur. Entró en servicio el 28 de enero de 2013. Sin embargo, los 39 kilómetros restantes hasta la frontera con Portugal por Lindoso quedaron a merced de mejoras en la carretera OU540, con dos variantes que no se han llevado a cabo. Colectivos ciudadanos, empresariales demandan la prolongación de la autovía que se convertiría en el itinerario más rápido de Ourense a Braga y Oporto.

Variante exterior AVE

Seixalbo-Ourense, un tramo de alta velocidad que sigue en el aire

La variante exterior acumula retrasos, uno tras otro. Deberían estar montando ya las vías en los primeros 8 kilómetros, pero eso no sucederá hasta bien avanzado 2027 y los trenes no podrán circular por el nuevo trazado hasta 2028 en el mejor de los casos. Pero hay casi 9 kilómetros en el aire. Las demoras en la redacción de los proyectos han traido como consecuencia un retraso adicional por la necesidad de recalcular los precios para la licitación de los tres tramos pendientes.

Ave en Vía única

La única línea de alta velocidad con vía única en 130 kilómetros

La variante exterior acumula retrasos, uno tras otro. Deberían estar montando ya las vías en los primeros 8 kilómetros, pero eso no sucederá hasta bien avanzado 2027 y los trenes no podrán circular por el nuevo trazado hasta 2028 en el mejor de los casos. Pero hay casi 9 kilómetros en el aire. Las demoras en la redacción de los proyectos han traido como consecuencia un retraso adicional por la necesidad de recalcular los precios para la licitación de los tres tramos pendientes.

Línea del Miño a Vigo

Guillarei-Ourense, 94 kilómetros esperan una renovación

Derrumbes y limitaciones de velocidad por el mal estado de la via están a la orden del día en la línea del Miño. Adif ha comenzado la renovación de esta línea entre Vigo y Guillarei, pero nada se sabe de los 94 kilómetros, precisamente el tramo más largo y con más problemas de su trazado entre las estaciones de Guillarei y Ourense, cuya renovación requiere de obras con una inversión estimada en torno a los 180 millones de euros sin contar actuaciones que mejoren la infraestructura.

Vía a Valdeorras y León

Cien millones para una obra que todavía no ha pasado del papel a la vía

Trincheras, terraplenes y túneles en mal estado, cuatro viaductos en riesgo que deberían haber sido reparados son algunos de los problemas que arrastra el tramo de 85 kilómetros de la línea 800 entre Monforte de Lemos y Covas, en los confines de Galicia por Valdeorras. Como consecuencia de ello no son pocas las incidencias que se registran en su recorrido. El Gobierno anunció obras por importe de cien millones de euros de los que no se ha licitado todavía ni un euro.

Intermodal de Ourense

Caos e incomodidad en la estación hasta más allá de 2030

Mientras en otras ciudades de Galicia se habilitaron soluciones provisionales para asegurar la comodidad de los viajeros durante las obras, que en la mayoría de los casos ya han concluido. La primera ciudad a la que llegó el Ave será la última en contar con estación y los ourensanos tendrán que sufrir más de seis años sin que se habilite ningún tipo de medidas para facilitar el uso de las actuales instalaciones, como una marquesina exterior y equipos que mejoren la movilidad.

Sin trenes regionales

Usuarios desatendidos y trenes viejos en los pocos servicios que hay

Ourense no dispondrá de la tarifa de cercanías que beneficia a otros territorios y que podrían mejorar la movilidad entre Ourense y villas como Ribadavia y O Carballiño. Pero lo peor es que carece de trenes regionales. Solo un servicio diario por sentido, con la unidad más vieja del parque móvil de Renfe, conecta Ourense con Valdeorras y con el Ribeiro y Vigo con un horario incongruente, negándose a restablecer los que son obligación de servicio público suprimidos durante la pandemia.

A Gudiña pierde el AVE

Gobierno y Renfe dan un sonoro portazo a la “Porta de Galicia”

La supresión de 16 de trenes semanales en Porta de Galicia de A Gudiña ha dejado desarbolado el servicio de esta comarca y las vecinas de Monterrei y Valdeorras. Contrasta esta cicatería de Renfe y el Gobierno a la hora de escatimar trenes con la prodigalidad con la que se mantienen 9 trenes diarios por sentido entre Utiel-Requena, situada en una población de 1.840 habitantes y las ciudades de Madrid, Cuenca y Valencia, con trenes AVE y AVLO a precio de media distancia.