La pandemia desplaza en Ourense a la prostitución a pisos y naves

CRÓNICA

Las fuerzas policiales alertan de dificultades para controlar que se toman medidas frente al covid-19

Antonio Rodríguez

Publicado: 27 sep 2020 - 07:09 Actualizado: 28 sep 2020 - 09:44

Un mujer a la espera de clientes en las inmediaciones de la Alameda ourensana.
Un mujer a la espera de clientes en las inmediaciones de la Alameda ourensana.

Los pisos en que se ejerce la prostitución aumentaron en la provincia desde el pasado mes de marzo a causa de la actual situación sanitaria. La mayoría de los prostíbulos continúan abiertos -de los 32 que hay en la provincia solo cuatro están cerrados en la ciudad, Verín y Xinzo(2)-, pero los controles de la fuerzas de seguridad para que cumplan las medidas de seguridad y evitar contagios, los mantiene prácticamente vacíos.

El coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla, Luis Ortega, advirtió el pasado día 22 con motivo del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Mujeres, que la prostitucion se estaba moviendo hacia espacios como "cuevas", "cocheras" y "viviendas" y alejando de los bares de alterne. Las fuerzas de seguridad en la provincia de Ourense también detectaron los desplazamientos y que las mujeres aprovechan las distintas aplicaciones que ofrecen sexo en internet para captar a los clientes. Esther A. es natural de Colombia y lleva cinco años ejerciendo el oficio en la comarca de Monterrei. "La situación es mala para todos, pero no puedo morir de hambre. Nunca pensé que iba a ofrecer sexo a domicilio y ya lo hice", asegura, puntualizando que tiene su propia clientela, "pero muchos tienen miedo a un contagio".

Su compañera, Mónica V., una joven que asegura ser brasileña, comparte su argumento. "Durante el confinamiento hubo mujeres que pasaron hambre. Yo misma lo pasé en un club y no fue nada agradable", recuerda, añadiendo que las prostitutas "también tenemos gastos. Hay hipotecas y deudas, que si no zanjas se incrementa", lamenta.

A ambas mujeres les gustaría salír del oficio más viejo del mundo, "pero tal y como está el mundo laboral, ¿a dónde vas?, se pregunta Esther A., asegurando que conoce a compañeras que solicitaron el ingreso mínimo vital -recientemente aprobado por el gobierno central- "y no fueron capes de reunir todo el papeleo que le piden".

Dificulta los controles

Los movimientos de la prostitución hacia instalaciones privadas está dificultando los controles para frenar la pandemia. Los agentes de las policías Local y Nacional ya lo comprobaron en los últimos días en los barrios de la ciudad afectados por las nuevas medidas impuestas por la Xunta. "En un club como el Tosca -está cerrado en la calle Ervedelo- es mucho más fácil vigilar si se cumplen las medidas de seguridad, pero en un piso privado o bajo no. Para entrar al interior es necesaria una autorización judicial", afirmaron fuentes policiales. Tampoco puede controlar a las personas que hay en el interior.

Los agentes se mantienen atentos y establecen controles a diario, no solamente en la ciudad, en toda la provincia. "Hay clubes de alterne que están funcionando con una liencia como bares de carretera o hoteles y aplicarles las medidas establecidas para estos sectores.

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