"¿Puedo llamar en 10 minutos?": La surrealista petición de un acusado a la jueza en Ourense

La Justicia es un tema muy serio y por ello todo el mundo tiene la obligación de mostrar el respeto que se merece un juicio. Esa es la enseñanza que un acusado aprendió este lunes de la jueza del Penal 1, María Victoria Candamo, quien cortó de raíz la surrealista petición de un acusado y le hizo entender que una declaración es algo muy serio y no se puede tomar a la ligera.

Con motivo de su residencia en Cataluña, al acusado se le concedió la posibilidad de declarar por videoconferencia y lo hizo desde su lugar de trabajo. Se le acusa de cometer una estafa de 2.200 euros utilizando el método del hijo en apuros. Según sostiene la Fiscalía, el acusado envió por sí o por persona interpuesta un wasap el 26 de mayo de 2023 a un hombre haciéndose pasar por su hijo y haciéndole creer que este tenía un problema con su línea telefónica y le solicitaba un urgente envío de dinero. Por todo ello, el ministerio público solicita para él la pena de un año de prisión y una indemnización al perjudicado de 2.200 euros.

A preguntas de la acusación pública, el acusado negó todos los hechos. Sí que admitió que ese dinero fue ingresado en su cuenta, pero, según dijo, él no tuvo nada que ver. “Me cambiaron el acceso a la cuenta, entré a ella vi el movimiento de los dos mil y pico euros y ya no me dejaba hacer nada”, aseguró. Preguntado por si se hizo pasar por el hijo del perjudicado diciéndole que necesitaba dinero afirmó tajantemente que no. “Ni he tocado ese dinero”, añadió.

Durante el interrogatorio de la fiscal, de repente, se dejó de ver en la pantalla la imagen de acusado, escuchándose solo su voz y la de alguna persona más de fondo. “Tenemos que ver la imagen”, le advirtió la jueza. La respuesta del acusado fue surrealista y su petición sorprendió a los presentes. “Estoy con unos clientes, ¿puedo llamarles en 10 minutos?”, aseguró.

La jueza le negó esa posibilidad de forma rotunda y le explicó que si decidía irse lo podía hacer, pero en consecuencia se daría por finalizada su declaración y el juicio seguiría adelante. El acusado tomó la decisión de continuar con su declaración, con lo que volvió a activar la cámara y siguió contestando a las preguntas de las partes en la línea de lo manifestado anteriormente, negando ser autor de la estafa.

“¿Cuánto tardaremos?”

Tras contestar a las preguntas de su abogada, la declaración del acusado finalizó, aunque todavía le quedaba el derecho a la última palabra que se le concedería al final del juicio. Llegaba el turno de la declaración de los testigos y, mostrando la misma sensación de prisa que antes, el acusado le hizo otra pregunta a la jueza. “¿Cuánto tardaremos?", consultó. Finalmente, ante la ausencia de dos testigos -el perjudicado y un policía- el juicio se aplazó hasta marzo, por lo que el acusado pudo seguir trabajando.