El rural abandonado atrae a los expoliadores de hórreos

REPORTAJE

Expertos calculan la desaparición de 200 construcciones en la provincia y piden mayor protección

Un hórreo abandonado en la aldea de Santa Uxía de Lobás, en O Carballiño (XESÚS FARIÑAS).
Un hórreo abandonado en la aldea de Santa Uxía de Lobás, en O Carballiño (XESÚS FARIÑAS).

Una decena de asociaciones relacionadas con el patrimonio en toda España acaban de firmar la primera declaración sobre hórreos, paneras y espigueros de la Península, un punto de partida de un conjunto de expertos que alerta del "peligro" de desaparición de estas construcciones y que quieren convertirlas en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El grupo de trabajo de la Asociación para a defensa do Patrimonio Galego (Apatrigal) en materia de hórreos calcula la existencia de unos 5.000 en la provincia de Ourense. "En los últimos años, habrán desaparecido cerca de 200", explica el presidente de Apatrigal, Carlos Henrtique Fernández Coto. El Ourense vaciado y disperso, unido al desconocimiento de la protección de estos bienes son una mina de oro para los expoliadores. La falta de un censo oficial de los también llamados cabaceiros dificulta una mejor conservación de los mismos en Ourense y Galicia.

Del rural vaciado a Internet

"Tenemos constancia de que hay expoliadores que se aprovechan de las condiciones de Ourense. Van por las aldeas abandonadas recogiendo piezas de hórreos para venderlas en Internet. Cada semana denunciamos al menos dos casos", explican desde Apatrigal. Un simple vistazo a conocidas plataformas de venta de segunda mano permite hallar hórreos en venta, que pueden llegar hasta los 6.000 euros. "La condición de provincia rural y el abandono es el principal invconveniente. Con la particularidad añadida de que el material en Ourense es madera, las piezas así requieren un mantenimiento que no tienen. En otras zonas, como Muxía, pueden aguantar mejor los años", apuntan los expertos.

La Xunta protege los cabaceiros con más de 100 años de antigüedad: es ilegal trasladarlos de su ubicación original

Tregua con la pandemia

La crisis provocada por el covid ha dado una pequeña tregua a las ventas de hórreos, según el grupo de trabajo de la asociación de patrimonio en Ourense. Los defensores del patrimonio, que a menudo trabajan en silencio "censando" extraoficialmente estas construcciones, para no revelar posibles localizaciones y atraer a los expoliadoores, no bajan la guardia. "Es verdad que no hay pasta y la gente se retrae de pagar hasta 8.000 euros por tener un hórreo en su jardín, pero se dan casos", explican. Una práctica por la que los compradores se pueden enfrentar hasta a 6.000 euros de multa en caso de que el hórreo tenga protección: la Xunta protege los hórreos anteriores a 1901 como Bien de Interés Cultural, trasladarlos de su ubicación original es ilegal. Incluso los de menos de 100 años necesitan de un permiso especial para su traslado si están fabricados en piedra o madera, material típico de las construcciones en Ourense. A pesar de la norma, el expolio no cesa y esta declaración firmada por expertos de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, León y Portugal es un buen punto de partida para que las instituciones públicas inviertan esfuerzos en el cuidado de estas construcciones. No es Ourense la provincia gallega con más hórreos: de los 30.000 en toda Galicia, Ourense tendría el 16% de los que se conservan. El abandono podría mermar aún más la cifra.

Defensores del patrimonio buscan el reconocimiento de la Unesco

De los 30.000 hórreos que se calculan en Galicia, 5.000 están en Ourense. "Hay menos por la existencia de las llamadas solainas en las casas. En esos balcones era donde se secaban las mazorcas de maíz, por eso no necesitaban hórreos", explican desde Apatrigal. Lo que sí es más común es la agrupación de hórreos: los conjuntos singulares de A Merca, Quins y Avión son únicos. Solo en este último municipio habría más de medio millar de cabaceiros, aunque solo un 20% están en buen estado. Ourense destaca en hórreos comunales, también maltratados por el abandono del rural. A pesar de que la cifra de construcciones ourensanas es pequeña en comparación al global gallego, no lo es tanto si comparamos con el resto del mundo. Los expertos calculan 70.000 en todo el planeta: 30.000 en Galicia, 20.000 en Asturias y 15.000 en el norte de Portugal. Los 5.000 restantes estarían en Cantabria, País Vasco, Navarra, León, Suiza, Suecia, Rumanía, Turquía, Japón y Laos. En este sentido, la decena de asociaciones en defensa del patrimonio que firman la declaración de protección del hórreo, señalan que están estableciendo "primeros contactos" sobre esta materia en Suiza, Rumanía y Japón. El objetivo: la consecución de la candidatura del hórreo como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. "Los hórreos están en serio peligro. La desaparición de su función tradicional y la errónea política de cargar su conservación sobre las poblaciones rurales, puede suponer que en poco tiempo la pérdida se convierta en irreparable", explican.

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