Sanabria AV sigue cerrada y Porta de Galicia sin terminar

GOU

Los viajeros llevan seis meses viajando en autocar desde la localidad zamorana hasta A Gudiña

La estación de A Gudiña ya luce su flamante cartel de "Porta de Galicia"
La estación de A Gudiña ya luce su flamante cartel de "Porta de Galicia"

La línea gallega de alta velocidad se ha convertido en el modelo de lo mejor y lo peor en la gestión de las infraestructuras. Lo mejor, porque afronta con soluciones muy innovadoras grandes dificultades sobrevenidas durante la construcción del trazado, ya de por sí peliagudo: encuentros sorpresa con terrenos inesperados en la perforación de túneles, dificultades de acceso para acometer la construcción de los pilares sobre los que sostener viaductos o incluso tener que prefabricar vía en placa para evitar encuentros innecesarios de placa con balasto en tramos relativamente cortos y no tan cortos.

Pero frente a esa épica constructiva de la que podemos sentirnos orgullosos, hay una cara B en la que anotar los lamentables despropósitos en cosas que carecen de la más mínima importancia, en comparación con las otras grandes obras. El ejemplo más emblemático lo anotan la inconclusa base de montaje de Vilavella, sobre la que el Adif todavía no ha dado ni la más mínima explicación, y los disparatados retrasos en las dos estaciones de la línea de alta velocidad en Sanabria y A Gudiña. La primera tenía un plazo de ejecución de nueve meses. La segunda, de ocho. En ambos casos, han superado ya los dos años de construcción. Un retraso que se podría entender como la falta de necesidad por llegar a tiempo a una inauguración que se iba a demorar. Pero en el caso de Sanabria AV, hace ya seis meses que los trenes pasan de largo por esa estación porque todavía permanece cerrada. Primero, por el retraso en adjudicar una sencilla rotonda de conexión a cuya ejecución no se presentó la empresa adjudicataria. El generoso margen que había para terminar sobradamente a tiempo las obras quedó consumido y, aún con retraso en la inauguración de la línea, la estación no estuvo a tiempo. Ahora, que ya se ha subsanado aunque provisionalmente el acceso a la estación, ésta sigue sin estar abierta al público. El mes pasado estaban pendientes de la contratación del suministro eléctrico y el visto bueno de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, dos trámites que pudieron haber sido realizados previamente. En el caso de A Gudiña, la estación Porta de Galicia todavía tiene margen para ser estrenada a tiempo, pero sigue el mismo ejemplo que su vecina sanabresa. Falta por terminar el acondicionamiento de los espacios interiores. El exterior ya está concluido e incluso retirados casi en su totalidad los escombros y material de obra de la construcción. Pero ya ha sufrido un retraso enorme e incomprensible.

Estaciones en las que el diseño ha primado sobre la comodidad

Seis meses de incomodidades suman ya los usuarios de la línea Madrid-Galicia de la comarca de Sanabria, que tienen que han sumado cuarenta minutos a su tiempo de viaje en vez de restar los cincuenta que nos hemos ahorrado los gallegos. Incomodidad, también por tener que esperar el autobús en una estación para ir a otra a coger el tren.

Pero ¿qué pasará cuando puedan estrenar su estación de alta velocidad? Ahí si que llegarán las verdaderas incomodidades. La vía está a un nivel y la estación a otro y entre ambos, una larguísima rampa a la intemperie que seguramente causará no pocas molestias. La alternativa son unas escaleras, no mecánicas, sino puras y duras. Entonces se preguntarán ¿Por qué no pusieron la estación al mismo nivel que las vías, como tiene Zamora o tenían en la vieja de Puebla de Sanabria?. Espacio había para ello, y está ocupado, por ejemplo por un edificio técnico del Adif.

El mismo problema tendrán, también los usuarios de A Gudiña: dos niveles sin ascensor, aunque es de esperar que en A Gudiña, al menos, coloquen unas escaleras o rampas mecánicas, para que la edad, las dificultades de movilidad o las maletas no resulten un obstáculo para subirse al tren.

Lo que sí está claro es que quienes han proyectado ambas estaciones han pensado más en el diseño que en la comodidad de los usuarios. Será porque nunca las utilizarán.

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