Talento y amistad fotográfica por “correspondencia” en Ourense y Bosnia

ESTUDIANTES

Alumnos de Ourense y Bosnia han expuesto los ocho proyectos realizados a distancia durante un año en Sarajevo. En ellos los estudiantes aprendieron a “eliminar prejuicios y ganar autoestima” para futuros trabajos

Publicado: 02 abr 2024 - 04:59 Actualizado: 02 abr 2024 - 07:36

El profesor y promotor de la actividad, Miguel Álvarez, y dos de los alumnos que fueron a Bosnia.
El profesor y promotor de la actividad, Miguel Álvarez, y dos de los alumnos que fueron a Bosnia.

La cultura puede ser motivo de unión y esto fue lo que le pasó a ocho alumnos de fotografía del Colegio Antón Faílde que han ido a Bosnia para conocer a sus compañeros del programa “Correspondencia”. Una idea que nació hace un año y que pretendía unir conceptos culturales a través de instantáneas.

La culminación de este proceso dio como fruto ocho proyectos que se expusieron en Sarajevo y contó con el apoyo de la Embajada Española en Bosnia con más de 100 visitas en la inauguración. Según el mentor del proyecto, Miguel Álvarez, algo que “parecía muy pequeño, se convirtió en un proyecto grande y que los alumnos recordarán toda la vida”.

Por su parte, la muestra fotográfica duró seis días y tuvo tintes interactivos, ya que el usuario tenía que recorrer “ocho localizaciones para ver estos los proyectos de correspondencia”. Para ello, tenían un mapa con las ubicaciones.

A raíz del éxito que tuvo la visita de los estudiantes ourensanos, la escuela quiere agrandar el programa y hacer que en septiembre “vengan los estudiantes de Bosnia y realizar un proyecto espejo”, explica Álvarez. Sin embargo, “la idea está en el aire, ya que ellos no tienen tantos medios y necesitaríamos financiación”, especifica.

Choque de culturas

El profesor, Miguel Álvarez, relata que el programa nació a través de un Erasmus+ que había realizado hace un año en Sarajevo. Allí conoció al jefe de departamento de la Escuela de Artes y “surgió la idea” de hacer un trabajo en conjunto entre las dos escuelas. “Lo que hicimos fue crear una correspondencia entre un alumno o alumna de allí con otro de aquí”. Durante el tiempo que establecieron contacto, los estudiantes a través de videollamadas, encontraron “elementos comunes y eso luego lo trasladaron a sus proyectos”, asegura Álvarez.

El punk en Sarajevo y de La Guardia, la despoblación en el rural entre ambos lugares o los pequeños placeres de la vida son ejemplos que destaca Álvarez. “Ellos pudieron eliminar prejuicios sobre la cultura del islam y ver que hay muchas semejanzas”. Precisamente, algunos alumnos, como Natalia González Artunduaga destacan que de la experiencia se lleva “amistades y gratitud por todo lo aprendido”. Además, la alumna indica que esta nueva experiencia aporta “más autoestima a la hora de probar suerte en otros países”.

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