Tesoros de Ourense | Punxín, la puerta del río Barbantiño

El tesoro con mejor ubicación de Ourense se encuentra por las laderas y bocarribeiras del valle del río Barbantiño. Este es el concello de Punxín. Dicho lugar concede la riqueza de sus paisajes, de sus recursos naturales y de las huellas de su historia a muy poca distancia de la capital de la provincia, de la que apenas dista dieciséis kilómetros.

Sus comunicaciones fluidas permiten un acceso fácil a este enclave con personalidad, ya que están favorecidas por el hecho de cruzar el término la carretera nacional N-541, de Ourense a Pontevedra. Por la parte sur del término municipal transcurre la carretera N-120 Ourense–Vigo y atraviesa también la línea de ferrocarril. Pero, más que atravesarlo, conviene parar en Punxín y disfrutar de paisajes primorosos que podrían ser inspiración de cualquier creativo de la literatura gallega. Al tiempo que se recorren las rutas por las que se pueden hallar las aguas termales, también se pueden encontrar detalles y restos históricos que relatan la historia provincial y de Galicia con un lenguaje propio.

Cultura del agua

El concello de Punxín presume de tener cuatro enclaves muy sugestivos. Aquellos visitantes que quieran gozar de riqueza natural pueden comenzar la visita con un recorrido por los paseos bien acondicionados por el río Barbantiño. Un recorrido inolvidable para los amantes de la naturaleza y de la pesca de truchas. Por estos paseos se puede tener acceso a las fascinantes cascadas que ofrece este caudal, situado entre los concellos de Maside y Amoeiro, aunque el principal acceso está detrás del concello de Punxín. El paseo está perfectamente cuidado y reforzado para que cualquier persona pueda acceder a él sin dificultades. Además, cuenta con un sinfín de reclamos históricos, así como etnográficos, casi todos ligados a la cultura del agua, que evocó desde siempre el río Barbantiño. La ruta forma parte de la red de Caminos Naturales del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural Marino.

En la misma ribera destaca el Complejo de Aguas termales de Daniño. El cuidado y mimo que hay en estas instalaciones cuenta con unas pozas aptas para su baño. Sus aguas son muy saludables para el cuidado de la piel y huesos gracias a su calidad termal (23 grados) y el azufre que contiene su composición. Tras el paseo por el río y un baño en estas pozas calientes, se puede disfrutar de un refrigerio sentado en la terraza de este enclave. Todo este contexto hace de Punxín una visita obligada de la provincia de Ourense.

Ciudad romana

El Castro de San Cibrao de Lás es de los más grandes que se hallan en Galicia. Se ubica entre los concellos de San Amaro y Punxín. Este espacio histórico se desarrolló entre los siglos II a.C y II d.C, aunque su auge se produce en la época de dominación romana. Por esto mismo, aunque se le considere un poblado castrexo, se acerca más a una gran ciudad fortificada romana. Por algo es que este castro era conocido como “A Cidade”, en gallego y “Lansbricae” en latín. Por otra parte, hay un edificio de interpretación donde se puede hacer un recorrido guiado por la historia y orígenes de la zona. Además, la altura de su ubicación permite obtener una panorámica preciosa de la zona.

Si se tienen algo más de tiempo, se puede seguir ascendiendo para ver el Monte San Trocado. Este enclave es una visita obligada para todo aquel que le guste disfrutar de maravillosas vistas y de la historia de los antepasados que vivieron en esta localidad.

San Xoán de Ourantes

Continuando la estela del estilo románico y muy cerca del castro de San Cibrao de Lás se encuentra la iglesia parroquial de San Xoán de Ourantes. El templo que hoy podemos ver perteneció a un conjunto abacial de origen templario. Muestra de ello son las ojivas que se enmarcan en la puerta (románicas) y las cúpulas de la torre pertenecen a la época del barroco. El paisaje de los alrededores de la iglesia guarda numerosos secretos entre sus piedras, además de la antigua casa rectoral y el fantástico cruceiro que se encuentra a unos metros. Todos ellos con un valor artístico e histórico incalculable para el patrimonio de la zona.

Un santo único

La iglesia de Santa María de Punxín venera a un santo conocido como San Wintila. Un santo no reconocido por la Iglesia, pero que sí por los antepasados de la zona. Por esto mismo, las gentes locales peregrinan allí para ver la figura del santo polaco. La gran veneración de esta figura sacra se produce el lunes siguiente de Semana Santa. Lo más destacado para visitar es el sarcófago, que data del Prerrománico, se encuentra en el interior de esta iglesia. De este se dice que podría ser la tumba medieval más antigua de Galicia. La actual iglesia de Santa María de Punxín es lo que queda de un templo de origen románico dedicado a San Wintila que sufrió numerosas transformaciones a lo largo de los siglos, sobre todo en el siglo XVII y a mediados del siglo XX. De la primitiva iglesia tan solo quedan los muros de la nave, parte del ábside y el arco triunfal.