El turismo rural familiar, una opción estival que cobra fuerza

Turismo

Se prevé una buena temporada en el sector y las casas que se alquilan íntegras serán las más demandadas

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El sector del turismo rural de la provincia inicia temporada alta con buenas perspectivas pese a lo que, en un principio y debido a la crisis del covid-19, parecía que iba a ser un mal verano. En Ourense hay 66 establecimientos de estas características -casas y hoteles rurales- y, aunque algunos permanecen cerrados todavía o adaptando sus espacios a la nueva normalidad, una gran parte ya atiende reservas y planea la temporada estival. Otros, como es el caso de Couso Rural, en Sarreaus, ya han recibido huéspedes de la provincia desde que se autorizó la movilidad por el territorio ourensano y O Pazo de Almuzara de Boborás -como otro ejemplo- ha permanecido abierto durante todo este tiempo como alojamiento para personal de emergencias, aunque la cancelación de bodas y otros eventos -no tendrá el primero del verano hasta el 24 de julio- le ha afectado considerablemente.

Desde el pasado 11 de mayo este tipo de alojamientos ya pueden abrir al público y todo parece indicar que salvarán el verano. Eso sí, quedan lagunas, puesto que a estas alturas y según apuntan los responsables hosteleros, ya se podrían estar cerrando reservas para el mes de junio, algo que no ocurre ahora al no autorizarse todavía la movilidad entre provincias y reinar un clima de incertidumbre.

En Couso Rural, Sarreaus, la nueva gerencia confía en que las reservas se incrementen a medida que avancen las fases de la desescalada y se permita la movilidad interprovincial. En las últimas semanas y debido a la posibilidad de efectuar movimientos dentro de la provincia, la clientela ourensana ha sido la más habitual en el complejo pero, tal y como observa Ana Peiró, responsable de Couso Rural, "la gente ya se está animando" y ya hay reservas incluso para septiembre y octubre. En este caso se trata de turistas procedentes de Madrid y Barcelona que, eso sí, han hecho hincapié en la política de cancelación por miedo a la situación que pueda darse en unos meses con respecto a la pandemia. "Entiendo que la gente buscará el turismo rural", opina Ana. "El fin de semana pasado hemos tenido reservas de gente de Ourense y para este también hay. No obstante, pienso que la gente está esperando a que abran las provincias y a ver cómo evoluciona todo para poder decidir", añade. Algunos de los eventos aplazados en Couso Rural el pasado mes de marzo se ubicarán en el próximo mes de agosto.

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Ana Peiró

Por otro lado, Felipe Pires, responsable de A Casa da Feira en Lobios y presidente de Limia Verde prevé, por su parte, una ocupación "normal" teniendo en cuenta que, con motivo de la crisis, las previsiones no eran muy halagüeñas hace algunas semanas. "Agardamos uns meses de xullo e agosto normais. A diario xa reserva xente de León, Madrid ou Cataluña", cuenta Pires, quien sí ha notado un cambio con respecto a otros años y que radica en que las reservas las hacen grupos familiares y éstos se hospedan -y se hospedarán- durante más tiempo. Lo mismo nota Elena Cortés, de Árbores de lLnda -Xares, A Veiga-. "Antes tenía otro tipo de clientes que venían más en pareja y así. Ahora las reservas las hacen familias: los abuelos, la hija y las nietas, por ejemplo, o grupos de amigos o parientes".

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Felipe Pires

Muchas más llamadas

Felipe Pires asegura, por otro lado, que las casas rurales de la provincia ourensana que ofrecen un alquiler íntegro a familias o grupos de amigos están a punto de colgar el cartel de "no hay fechas" para los meses de julio y de agosto. Una de estas casas rurales es la que Mercedes Vázquez tiene en Gomesende. A casa da tulla no tiene prácticamente días libres en los meses de julio y agosto, y su gerente asegura que "no me deja de sonar el teléfono". Vázquez, matiza, "es cierto que nuestra capacidad es pequeña, pero sí notamos que hay muchas más llamadas este año que con respecto al año pasado".

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Mercedes Vázquez

No obstante se lamenta con respecto a la situación de cara a junio. "Hoy parte del mes estaría ya completo, pero debido a la incertidumbre de qué ocurrirá con la movilidad entre provincias pues todavía está la cosa parada".

Los establecimientos piden “responsabilidad" con el medio rural

Los establecimientos del sector del turismo rural se han ido adaptando progresivamente a lo que obligaba cada fase de la desescalada. Elena Cortés, de Árbores de lenda -que todavía no ha abierto sus puertas pero sí atiende reservas- asegura que está aprovechando este parón para delimitar nuevos espacios y garantizar la seguridad y la independencia en su casa rural. "Queremos poner dos comedores y dos salas de estar para que si vienen dos familias una pueda estar en un sitio y otra en el otro. Para que no se mezclen", apunta la gerente. "Estamos organizándolo y adaptándonos porque creemos que esta situación va a durar bastante tiempo. La casa se alquila por habitaciones pero puede ser que venga una familia entera o dos distintas. Creo que esto les va a dar más tranquilidad", añade. Además, en esta casa rural disponen de máquina de ozono para desinfectar todo el interior una vez que los clientes abandonen la instalación, así como geles y mascarillas. Por otra parte, la gerente también pide responsabilidad a los huéspedes que se acerquen al pueblo. "Esto es una zona muy rural. En este concello no hubo ningún caso de coronavirus y estamos muy tranquilos. Por eso también pedimos a la gente que venga que respete un poco a los que estamos aquí. Tiene que ser una cosa mutua", reclamó Cortés. En el caso de Couso Rural los desayunos se sirvieron a los primeros huéspedes en las terrazas del establecimiento, aunque ahora esto ya puede hacerse en el interior, respetando, eso sí, el límite de aforo del cuarenta por ciento.

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