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Va de Barrios | Peligro en el parque de Seixalbo

El aumento de población en este núcleo rural cercano a la ciudad revive la demanda del parque infantil: cayó una estructura de madera y hay bancos oxidados. También proponen rehabilitar una casa en ruinas como Oficina del Peregrino

Va de Barrios | Seixalbo

La pandemia hizo crecer la población de núcleos rurales cercanos a la ciudad. Es el caso de Seixalbo, que ganó población: son cerca de 900 los vecinos que residen en esta villa a escasos minutos en coche de la capital. Buena prueba de ese crecimiento es que, la principal reivindicación, es la mejora del parque infantil. La ruta del “Va de barrios” comienza en unos columpios en los que un buen puñado de niños juegan a mediodía. El problema es el entorno: maleza y el derrumbe de una estructura preocupan a las familias.

“É unha das zonas máis perigosas, un dos nosos problemas gordos, porque temos moitos nenos xogando”, explican desde la asociación vecinal San Breixo, que tiene más de 400 socios pendientes de la actualidad de Seixalbo. Una estructura de madera se vino abajo y reposa sobre el lavadero del pueblo, sin que nadie la haya retirado de ahí. Las familias suspiran porque no ocurrió una desgracia. “Isto é un perigo público. Como non o arranxen estamos no terceiro mundo, é estar ao lado de Ourense para nada. E non será por falta de protestar!”, asegura con cabreo una vecina por el estado del parque.

Algunos padres aún recuerdan que en otoño barrieron ellos las hojas que caían de los árboles, a falta de mantenimiento del Concello de Ourense. Además, junto al parque infantil, hay un solar abandonado. “É o solar das culebras e das ratas, porque entran no parque infantil. É unha cuestión sensible”, dicen desde la asociación. Otra vecina tira de retranca: “As ratas témolas de veciñas”.

Entre otras anécdotas del parque, muy concurrido, una madre cuenta que hace días un niño sufrió un percance con los bancos, muy oxidados. “Clavou a astilla nun dedo”, dice.

Otra vecina lamenta el estado del lavadero, justo donde cayó la estructura de madera del parque infantil. “Esta é unha fonte que usabamos moito. Tiña dous caños que botaban auga día e noite, pero colleron e deixáronlle unhas gotas e puxéronlle unha chave. É unha ofensa moi grande para o pobo de Seixalbo”.

Desde el parque se puede observar otra de las demandas de los de Seixalbo: el Camiño de Penouzos, una de las vías principales de acceso desde la ciudad. “Hai fochancas nas que cabe un coche. Solicitamos o arranxo desta estrada desde 2016, reiteradamente”, insiste el presidente de la asociación vecinal, Xosé Carballido. Los baches se cuentan por decenas, igual que los escritos que han enviado al Concello los vecinos para exigir el arreglo.

Precisamente la burocracia es una de las crispaciones de los vecinos de Seixalbo. “Para cambiar unha bombilla dunha farola hai que mandar un escrito”, se quejan. Lo mismo ocurrió con la siguiente parada de la ruta: las plazas do Cabildo y Maior. Hace apenas unos días que podaron los árboles, después de mucha insistencia. “Mandamos varios escritos e finalmente viñeron hai uns días”, explican desde la asociación vecinal.

El “Va de Barrios” continúa por las limpias y cuidadas calles del núcleo histórico, protegido. Aunque, sin embargo, los vehículos afean la villa. La asociación vecinal sugirió en alguna ocasión la construcción de un aparcamiento disuasorio.

Nos paramos en una de las fuentes del pueblo. “Rompe a tubería, prácticamente. unha vez ao mes. Cando ocorre é un problema. Os veciños, a panadería, os bares e o supermercado quedan sen auga durante horas. Cómpre unha alternativa”, explican los vecinos.

La ruta acaba con una sugerencia. La que llaman la “Casa das Culebras” -está en ruinas y por dentro crecía la maleza-. “Foi caendo pouco a pouco. Pedimos que sexa de uso público, que se rehabilite como Oficina do Peregrino”. Justamente, dos caminantes pasan por delante de este núcleo por el que transcurre la Vía da Plata.

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