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Educación
Dos días. Ese es el tiempo que queda para que los niños empiecen a volver al colegio tras seis meses fuera de las aulas. Los padres encaran con dudas el inicio de curso y, para aquellos con hijos que tienen síndrome de Down, se agudizan por los temores a un retroceso en la inclusión que alcanzaron dentro de los colegios. "Todos tenemos las mismas incertidumbres, porque todavía no sabemos cómo será", afirma Sonia González, madre de Aldara, una niña con síndrome de Down.
Esta pequeña ourensana irá a clase en cuanto comience el curso, eso es algo que González tiene claro frente a todas la dudas que surjan: "Yo voy a primar la sociabilidad de mi hija, es algo que beneficia a todos los niños y, en el caso de Aldara, muchísimo más", destaca. No perder las habilidades comunicativas es algo fundamental para estos niños y, durante el confinamiento, se resintió: "Lo poco que podía conectarse con sus profesores o sus compañeros, le venía muy bien", apunta González.
El "miedo" está presente en su caso, con la clara meta de "priorizar que mi hija tenga relación con otros niños". Pese a ello tiene claro su deseo y es el de que su hija "viva, le ha tocado esto con un nuevo hándicap". Ahora toca aprender a convivir con todas las incertidumbres y, ante la más mínima duda de una posible exclusión en las aulas, estos padres no dudarán en luchar. "En principio no le debería afectar a su inclusión, pero en caso de algún tipo de segregación no lo permitiría", destaca. Hasta ahora no se contempla que los niños con discapacidad sufran alguna diferencia en la vuelta a las aulas: "Los protocolos son igual para todos".
Riesgo ante el virus
La forma en la que puede afectar el virus a una persona con síndrome de Down es una incógnita. "No se sabe nada", eso es lo que dice González sobre el nivel de vulnerabilidad de las personas con este trastorno genético. Los estudios prosiguen para conocer la reacción del covid-19 en ellas y "no hay certezas". Por el momento, González confía en que dependa de alguna enfermedad a mayores que sufran. "En su caso dependerá de las patologías que tengan", opina.
Aldara no padece de ningún problema respiratorio ni cardiopatías, "es una niña sana como los demás", por eso cree que su incidencia podría ser como en el caso de cualquier otro niño sin síndrome de Down: "Tiene hipotiroidismo, algo insignificante que no debería suponer un mayor riesgo. Eso es lo que quiero pensar", resalta.
Apoyo de Down Ourense
Sonia González y Aldara forman parte de la asociación Down Ourense que, ya en el confinamiento, se puso en marcha para que tanto niños como adultos con síndrome de Down desde el escenario virtual y luego presencial. "El modelo telemático es un hándicap para esta personas y para los niños en general, que precisan de las relaciones sociales que el colegio les aporta", indica Elena Vaamonde, coordinadora de programas en la entidad. Para evitar que se queden "aislados", iniciaron una campaña de captación de dinero para hacer frente a la brecha digital: "La inclusión es ofrecer oportunidades de accesibilidad", destaca Vaamonde.
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