El Ourense CF vuelve a morirse en la orilla (0-1)

El Arenteiro se llevó el derbi entre los dos equipos ourensanos de Primera Federación gracias al solitario gol marcado por Diego Gómez en el minuto 44 que aúpa a los verdes a la segunda posición y que los mantiene en puestos de promoción de ascenso en un inicio de liga espectacular. Los de Raúl Jardiel no desisten de soñar con todo lo que se pueda y quieren ir a por más. Por su contra, el Ourense CF continuará una semana más como colista del grupo y ya está a ocho puntos de la salvación en otro día negro y en el que las áreas les volvieron a condenar mucho más que los méritos y la entrega que realizan en los partidos, pero está visto, y ya son varios partidos, solo con eso no llega.

Ambos llegaban con dinámicas muy diferentes y eso se plasmó desde el pitido inicial. Los de Espiñedo con la flecha para arriba, y eso que sufrieron a última hora la importante baja de su máximo goleador, Marcos Baselga, que en el entrenamiento del sábado en Barbantes sufrió molestias en los isquios y descansó por precaución. Lo que es el fútbol, la pasada jornada se llevó el balón de recuerdo para casa luego de marcar tres goles y en esta lo tuvo que ver desde la grada.

Con todo, y con Pascu en su lugar y Enol como nueve fijo, salieron a por el partido y tenían el control del juego y la pelota. Enfrente, un Ourense CF al que el zapato le aprieta cada semana más, pero con las ideas claras. Defender para no encajar y a partir de ahí intentar construir su juego de ataque.

Tras un par de ataques a los que no llegó Pascu, en un pase filtrado y un disparo de Martín Solar que un defensa mandó a córner, llegó la mejor ocasión del partido para los azulones. Alberto Gil peleó una pelota que le terminó robando a Jordan Sánchez, supero por arriba a un adelantado Diego García y encaró la meta verde totalmente solo y con 30 metros por delante. Pero incomprensiblemente cuando entró en el área mandó la pelota con la izquierda rozando el poste. Ver para creer.

El partido volvió al guión inicial con el campo inclinado para los de Raúl Jardiel. Avisó Mángel con un disparo al larguero de la meta de Pato en el minuto 20 y con otro de Jordan Sánchez a la media hora desde la frontal que detuvo Pato. Y en el 42, un error de Jerin propicia que Enol se lleve una pelota que tras regatear a su par finalizó con un disparo alto.

El gol

Y en el minuto 44 y 30 segundos llegó la clave del partido. Era el primer saque de esquina para los azules, que además enfadó al técnico verde por concederlo justo antes del descanso sabedor de la importancia de las jugadas de estrategia. Y lo fue, pero sucedió todo lo contrario al cabreo del técnico. El córner se sacó sin consecuencias y terminó en una contra que David Ferreiro terminó centrando raso para que Diego Gómez la empujara a la red para hacer el 0-1. Otro error azulón, en un centro del campo que no fue capaz de parar la contra verde y que le mandaba a los vestuarios en desventaja.

La segunda parte ya estuvo más nivelada. Los ourensanos salieron con más ímpetu. También estaban obligados, no le quedaba otra. Rubén Domínguez refrescó el centro del campo con la entrada de Iván del Olmo por Juanma Bravo. Y tuvieron la primera ocasión tras una jugada de Andrada para Carbonell, que tras superar a su par terminó la jugada con un disparo seco que sacó un defensa verde.

Con el paso de los minutos el Arenteiro volvió a nivelar la contienda y merodeaba el área local. Pascu no llegó a un centro y Enol remató con la derecha fuera un servicio de David Ferreiro. Pero el encuentro estaba más nivelado que la primera parte y cualquiera podía marcar. Aunque a fuerza de ser sinceros, a los de O Carballiño se les veía más poso de equipo y cuando rondaban el área la sensación de peligro era mayor que cuando lo hacían los de la capital, que ponían ganas y corazón, pero que le faltaba fluidez y claridad.

El técnico Rubén Domínguez dio un nuevo cambio de rumbo y puso sobre el campo más artillería. Álex Gil, Raigal y Raúl Prada, buscando una igualada que al menos mitigara una nueva derrota. Y lo pudo lograr en el 80 cuando una jugada que empezó Carbonell en banda derecha y finalizó en la izquierda Raigal con un centro que le cayó a Álex Gil, pero el disparo del azulón se fue al poste ante la desesperación de los locales. Y en el 84 una jugada de Iván del Olmo en la que buscó la rosca se le marchó arriba.

A la desesperada

Parecía que podía llegar el empate, porque a los visitantes les costaba aguantar la presión que ejercían los azulones, que ya iban a tumba abierta. Incluso los de la capital reclamaron un posible penalti sobre Jairo Noriega que el colegiado no consideró. A perro flaco ya se sabe que todos son pulgas.

Llegaba el pitido final y otra vez los rostros de decepción en los locales contrastaba con la euforia visitante, que no dudo en irse hacía la grada de Preferencia a celebrar la quinta victoria con los suyos, que en número superior a 600 arroparon y alentaron a un equipo que cada semana deja poso de que a nada que sigan en la misma línea, no se lo crean y tengan el hambre que demostraron en estas nueve jornadas puede dar mucho que hablar.

El discurso en los de Oira es bien diferente. Cierto que la suerte no está con ellos desde que empezó la temporada, pero también es que cuando no es una jota es un fandango, pero todo sale siempre al revés. Y a lo mejor no es casualidad, sino que hay otros factores que decantan la balanza siempre en contra. Lo único que les queda es seguir trabajando y encomendarse para que cuanto antes pueda llegar esa primera victoria que libere las cabezas que cada día que pasa están más afectadas. Les espera el Athletic Club de Bilbao con su filial para dar un portazo que hace mucha falta.

También es de mencionar el ejemplar comportamiento de los más de tres mil aficionados que se dieron cita en O Couto porque con la crispación que por desgracia se acostumbra a ver en muchos campos, dieron un ejemplo de saber estar y buena educación, demostrando que es posible ir a los campos y no tener problema alguno.