Gonzalo García de Victoria: “A mí me han matado”
ACB
Gonzalo García de Vitoria está “muy tocado” tras quedarse en los despachos sin el ascenso a la ACB logrado con el Betis
El éxito más rotundo con el ascenso a la ACB y la decepción más absoluta por no poder hacerlo efectivo en los despachos. Lo vivido por el COB en 2015 se ha repetido diez años después con el Betis y las dos veces con Gonzalo García de Vitoria en el banquillo. Un capricho del destino con una crueldad máxima. “Ha sido muy duro. Han sido dos meses. Sabes que ascender no te garantiza el estar, pero esto ha sido eterno. Siempre tuve confianza, pero estar todo el día esperando te genera mucha tensión a ti y a tu entorno. Mi entorno lo ha pasado muy, muy mal. Mi familia ha sufrido muchísimo”, asegura un entrenador indiscutible en la liga, ídolo en Ourense, pero al que se le resiste un sueño para el que ha hecho todos los méritos necesarios.
El miércoles, el magistrado José Manuel Martínez Borrego, titular del Juzgado de Primera Instancia número 61 de Barcelona, desestimó la adopción de las medidas cautelares que demandaba el Baloncesto Sevilla para participar en la edición 2025-2026 de la Liga ACB. Era el punto y final a la espera, pero con la noticia que García de Vitoria no quería: “Desde el club siempre me llegaba que se iba a conseguir. Luego, cuando el día 24 (de julio) nos echaron desde la ACB (por no cumplir con las exigencias necesarias), me llegaba que la opción de la cautelar tenía muchas posibilidades y me llegaba de gente externa al club. Era escéptico, pero siempre confiando en que podía ser. Era optimista”.
Tenía motivos para serlo. Aquel COB de 2015 y otros clubes que toparon con un ACB casi privada ayudaron a derrumbar un muro que ahora ha abaratado y hecho mucho más asequibles los ascensos: “Todo ha cambiado mucho y desde hace años todo el mundo había ascendido. Pensaba que no me iba a volver a pasar, pero cuando empezó el run-run ya empecé a preocuparme. Esa parte ha sido muy dura, y el final ha sido un palo muy gordo”. Y más cuando es un capítulo repetido: “La diferencia con aquel año en Ourense es que esta vez no he tenido un ataque de ácido úrico. Aquella vez me dijeron que era un tema de estrés. Este año, a día de hoy, no me ha dado”. Pero la crueldad, en su caso, todavía tiene una vuelta más de tuerca: “No han sido dos, fueron tres veces, porque en Ourense tuvimos un año entero para conseguir el ascenso en diferido y tampoco lo conseguimos, que es para matarnos. Es algo increíble la verdad”.
El problema del Baloncesto Sevilla se agrava cuando la consecuencia puede ser la desaparición del club. “Hemos tenido que hacer algo mal seguro. Cuando está subiendo todo el mundo y nosotros no lo hemos hecho es por algo, pero yo no pienso en culpables. Lo que pienso es en gente como Curro, Rocky, Ramón o Pastor que llevan 20 años ahí y se van a quedar sin trabajo. A nivel profesional a mí esto me ha matado, pero para ellos es además un tema personal y sentimental, que es todavía mucho peor”. Ahí es crítico con la ciudad: “Es verdad que viene un proyecto por detrás en Segunda FEB que tiene buena pinta, pero lo que he vivido yo ha sido con un apoyo casi nulo al Betis, ni de gente ni de instituciones. No hay interés alguno. Fuimos a Cartagena y se llenó el pabellón y nosotros teníamos a 1.000 personas en cada partido de liga. El quinto partido del play off es verdad que pudimos llegar a 2.000, pero eso en Ourense lo hay en un partido de pretemporada”.
“Mi mujer lo ha pasado muy mal”
En unos días pasará por Sevilla para recoger lo que le queda en la que ha sido su casa, pero su vida está en Ourense. En todos los sentidos. Se le apaga totalmente la voz cuando reconoce que su “mujer lo ha pasado muy mal. Los últimos días estaba muy nerviosa y cuando salió la resolución definitiva le ha dado un bajón enorme. Ella ha aguantado mucho y ha llevado mucha presión por dentro”. Es la cara que muchas veces se olvida que existe en el deporte profesional. “Mi entorno es el mismo que hace diez años y lo hemos vivido otra vez. Hicimos una comida con todos mis amigos y con un sentimiento de orgullo de todos. Y ahora que no sale vuelves a sentirte muy mal”, añade con una tristeza que da rabia escuchar.
“Ascender se olvida pronto”
En una historia sin (casi) nada positivo, a Gonzalo García de Vitoria nadie le puede negar el ascenso conseguido en la cancha, aunque ahora le cueste darle valor: “Lo único que es seguro es que este año en la ACB no voy a entrenar porque es imposible si no has estado y no es con un ascenso. Los mercados están cerrados. La verdad es que esto de ascender luego se olvida muy rápido y este año hay dos proyectos grandes menos en Primera FEB. Los grandes que hay tienen entrenadores que son amigos míos o gente con la que me llevo muy bien. Estar esperando a que a alguien que te cae bien le vaya mal no es mi estilo”. Y añade: “No he estado en el mercado este verano y no puedo saber cómo estoy de posicionado”.
Lo sabrá cuando empiece a girar la rueda, pero eso hoy no es consuelo para un entrenador al que el destino le ha robado la gloria dos veces. Gonzalo García de Vitoria está en el mercado para quien quiera ascender y confiando en que la próxima vez ese club esté a la altura de su entrenador.
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