Raquel Carrera, Paula Ginzo e Inés Sotelo, quilates “made in” Ourense

Dos platas y un bronce. Europeas y mundial. Absolutas y sub-19. Y todo, en menos de un mes. El verano baloncestístico para Ourense está lejos de ser de sol, playa y chanclas. Y, de nuevo, vuelven a ser ellas las referentes. Raquel Carrera, Paula Ginzo e Inés Sotelo volvieron a pisar un podio internacional defendiendo a la selección española en sus diferentes franjas de edad. Algo que está al alcance de pocas ciudades no ya grandes, incluso gigantes. Una situación que contrasta con la de los equipos femeninos absolutos de la provincia, que hace no tanto también vislumbraban la élite y peleaban por cotas mayores. Por eso las tres, formadas en casa, tuvieron que dar el paso de salir para crecer. Y lo han hecho con creces.

La medalla más reciente fue la de Inés Sotelo (2006), con la selección sub-19. Hace dos años se colgaba el bronce europeo con la sub-18. Hace uno, la plata continental con el mismo combinado. Y, ahora, tocó el bronce mundial con la siguiente franja de edad. Todo, para culminar su primera temporada en la NCAA estadounidense, en la prestigiosa Universidad de Michigan State, que le espera para un segundo “baile” después del verano. Antes se crió en el EDO Blanco Amor y en Bosco Salesianos, como paso previo a su confirmación en el Ensino de Lugo. Va en el ADN. Su hermana Lucía también hizo las Américas para jugar al básket y su hermano Martín, siendo júnior, debutó esta pasada temporada con el primer equipo del COB.

Crece Sotelo mirando hacia las dos referentes absolutas del baloncesto ourensano. Ambas ya saben lo que es ganar la liga en la máxima categoría y subirse al podio con España. A finales del pasado mes de junio conseguían una plata en el Europeo que primero dejó lágrimas, y no de alegría. Tenían el oro casi colgado al cuello, pero un final para olvidar les hizo caer ante Bélgica. Pero, semanas después, Raquel Carrera (2001) y Paula Ginzo (1998) ven la medalla de otra forma muy distinta.

En el caso de Carrera, con el sentimiento especial que supone el haber peleado contra las lesiones. La más grave, de rodilla, la dejó sin Juegos Olímpicos de París 2024. La leve, de tobillo, puso en duda su presencia precisamente en este Europeo. Pero con la voluntad por bandera se recuperó y fue clave en España tras ganar la Liga Endesa con el Valencia, donde seguirá. Al igual que Ginzo, que este año comprará unas maletas un poco más grandes para irse a jugar al DVTK Miskolc de Hungría. Su actuación en la cita internacional fue sobresaliente, aprovechando sus minutos a la perfección.

Tiempos pasados

Son referentes, pero falta una referencia. Los éxitos individuales de las ourensanas contrastan con los difíciles momentos para los equipos femeninos absolutos. No la base, donde los clubes tienen calidad y cantidad. Ahí están las selecciones gallegas o las concentraciones nacionales, donde no faltan jugadores y jugadoras nacidos en la provincia. Pero la época donde Pabellón y Carmelitas disfrutaban de la Liga Femenina 2, atraían focos y desbordaban influencia se ve lejana y cada temporada se aleja más. Ciudades como Vigo, Lugo o Ferrol gozan de la élite o están a las puertas. Incluso de Europa. Pero Ourense se ha quedado atrás. “Hace falta la colaboración de todos, la unión”, explicaba Suso Garrido, con el corazón en Carmelitas y el trabajo como entrenador principal del Ensino lucense.

El COB confirmó que ha puesto en marcha el proyecto de un equipo femenino senior y que no faltarán ganas y trabajo para que llegue al mejor puerto posible. Con detalles por confirmar, sería un paso para volver a recuperar el terreno perdido y que el colectivo acompañe al talento individual que sigue exportando Ourense a base de medallas.