RELEVO NA ORGANIZACIÓN
Fin de etapa da comisión do Entroido e Santo Cristo de Laza tras 10 anos
Las tierras del Bibei despedían este miércoles su tradición entroideira con el entierro de la sardina en la zona histórica de Cabo da Vila.
Preludio de este acto fue la gran quema de los lardeiros que se iniciaba a las 00,00 del miércoles. Un ritual en el que el fuego converge con el sonido ancestral de bombos y aixadas en la Plaza Mayor.
Tras una tarde donde reinó la harina, los fuliones recorrieron las calles del municipio hasta llegar al Pabellón Municipal, lugar donde disfrutaron de una cena conjunta, la última del Entroido, en la que volvió a reinar la androlla vianesa.
Con firmeza, cientos de personas se desplazaban hasta el epicentro de la celebración, la Plaza Mayor, al ritmo del sonido del fulión para afinar los últimos toques mientras la lardeira y el lardeiro se fundían entre llamas y explosiones.
Llegó así el fin. El momento de guardar los instrumentos, colgar el traje de boteiro y despedirse de la tradición hasta la próxima anualidad.
Un concurso de disfraces y una discomóvil pusieron la guinda del pastel a una noche que los vianeses viven con mucha magia. Una noche donde se conjugan sentimientos encontrados de júbilo y nostalgia por los días anteriores de celebración y los 365 días que restan para poder disfrutarlos de nuevo.
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