Purificación Pujol: "La justicia fue abandonada por todos los partidos y gobiernos"

Jurista de gran prestigio y escritora de libros jurídicos, Purificación Pujol presentará en el Foro La Región su novela “El honor de los decentes”, que supone su debut en la ficción literaria.

¿Qué se va a encontrar el lector en “El honor de los decentes”?

Se va a encontrar una historia, en primer lugar, muy amena, muy atrayente. Una vez que empiece a leer el primer y segundo capítulo no va a poder dejar de leerlo porque le apetece saber qué le ocurre a Bertha, qué pasa con Benigna, qué ocurre en el juzgado. Primero, porque se va a encontrar con una historia atractiva y, en segundo lugar, se le va a ilustrar, porque yo he pasado muchas horas documentándome para escribir este libro, sobre todos los hechos históricos que se narran en él. Todos están contrastados, todas las fechas que se citan son reales, todos los autores, todos los libros, todos los hechos históricos. Hay mucha parte de esos hechos históricos que son poco conocidos por la gente normal. Seguro que un historiador los conoce, pero yo fui la primera que desconocía hasta qué punto habían ocurrido una serie de hechos alrededor, por ejemplo, de la Ley de Vagos y Maleantes.

¿Le sorprendió esa ley?

Yo sabía que existía y más o menos conocía su trayectoria y la época en la que estuvo vigente, pero desconocía qué actividades en concreto se penalizaban, cómo se llevaban a cabo, lo duro que era para algunas personas. Ahí se explica desde que se promulgó, que todo el mundo piensa que es una ley franquista y es una ley republicana de 1933, que además la izquierda tuvo que convencer a la derecha para que se aprobara esa ley. Luego fue el reglamento, ya lo decía Romanones: “Tú haz la ley y déjame a mí el reglamento”. El reglamento la pervirtió y fue cuando a través de él se castigaba a los homosexuales, a las personas que ideológicamente no eran afines al régimen, a vagos… Para ser considerado vago en Reus bastaba estar tres días sin trabajar, incluido un festivo. Ahora estaríamos todos en la cárcel. La ley estuvo en vigor hasta 1995.

¿Qué más hechos históricos se explican?

La protagonista es hija de un marino, entonces se explica la rendición de Menorca en la Guerra Civil. Menorca fue el último reducto republicano que existió en España, la última zona en rendirse. Fue admirable el acuerdo entre Queipo de Llano, militar franquista, y Gómez de Ubieta, el almirante republicano. Llegaron a un acuerdo de que les dieran un plazo de tiempo. Entonces llegó un barco inglés y embarcaron los 452 republicanos y se fueron a Marsella, se refugiaron en Marsella. Si hubieran estado allí en el momento de entrar las tropas nacionales posiblemente hubiera habido mucha sangre.

Habla también en el libro de la entrada de divisas.

Menorca estuvo mucho tiempo aislada y hubo un momento que se quedaba sin divisas, sin dinero, sin nada. Entonces se les ocurrió a través de un submarino, el C4, y unos sellos de correos que se estamparon para esa ocasión, que entrasen divisas de esa forma. A cada marino le correspondió un pliego de sellos de correos. Mi protagonista es hija de un marino al que le correspondió un pliego de sellos de correos, el cual tiene mucha importancia en la novela.

La protagonista es funcionaria en el Juzgado de Vagos y Maleantes. ¿Cómo era ser mujer y trabajar en el mundo de la Justicia en el franquismo?

Debía ser bastante duro porque debía haber un ambiente muy machista, no había mujeres juezas en aquella época. Fue más tarde cuando se permitió a las mujeres presentarse a la oposición de judicatura . Sin embargo, en esta última promoción que dio el rey la posesión hace dos días, ya eran un 65% de mujeres.

Este es su debut en la ficción literaria. ¿Por qué ha decidido dar el paso?

Porque llevo escritos en muchos libros jurídicos. De hecho, soy la autora, según dicen las editoriales, más vendida de todos los tiempos. Tengo libros jurídicos que son auténticos bestsellers porque se han vendido miles y miles de ejemplares. Estaba un poco cansada de escribir libros científicos. Escribí en el año 2012 un ensayo que fue “Un divorcio elegante”. El motivo de escribirlo fue muy traumático, fue el levantamiento del cadáver de tres niños asesinados por su padre. Una niña de ocho años, un niño de tres y otro de cinco. El de tres y el de cinco eran hermanos y la niña no. Dos asesinatos, un padre que mató a su hija de ocho años y al cabo de muy pocos meses surgió el otro Fue muy seguido y me afectó bastante. Pensé, bueno, pues hay que escribir algún libro en el que se explique que no existen expadres, existen exesposos. De ahí salió “Un divorcio elegante”. Entonces, ya había escrito mucho libro científico y me faltaba escribir novela.

En su experiencia como jueza, ¿por qué hay tantos casos de violencia vicaria?

Pues yo creo que es una mezcla de falta de valores y de principios y de asumir la frustración. Hay gente que no sabe asumir la frustración de que alguien te diga ‘oye, mira, me quiero divorciar’. Pues bueno, habrá que aceptarlo, pero hay una dificultad tremenda a la hora de aceptar ese no. Luego también me he dado cuenta en los años que he ejercido como juez que hay mucho problema de droga y de alcohol. Casi todos los asesinatos se han llevado a cabo con personas que estaban bebidas o drogadas, la mayoría. Porque una persona en su sano juicio, sin que tenga su conciencia alterada por las drogas o por el alcohol, me resulta imposible. Aunque hay veces que sí, que ves que hay verdaderos animales. Yo creo que es una mezcla de falta de valores, de principios, mezclados con una resistencia a la frustración y a eso se le une la droga y el alcohol. Es un cóctel molotov.

¿Hay algún caso que le haya quitado el sueño?

No, quitarme el sueño no. He levantado cadáveres de gente precipitada, he pasado por situaciones muy duras, pero la única vez que se me ha caído una lágrima en un juicio fue cuando celebré un quebrantamiento de una orden de alejamiento, el marido respecto a la mujer, y posteriormente, no en ese momento, sino en otra ocasión, llegó a estar con ella y le dio tal paliza…. La creyó muerta, la dejó tirada y se quedó tetrapléjica. Vinieron los dos a juicio y estaba la mujer con la silla de ruedas que solamente podía mover un dedo hacia atrás, hacia adelante, y el hombre, que era un animal. Es la única vez que he celebrado un juicio y no le he dicho a la Guardia Civil que le quitaran las esposas al delincuente. Era un animal, un animal tremendo. Y las preguntas, cómo contestaba, cómo miraba, con qué frialdad, con qué falta de humanidad miraba a su mujer, a la que había dejado tetrapléjica. Ese ha sido el juicio más duro que he tenido en mi vida.

¿Entiende a los ciudadanos que no creen en la Justicia?

Sí, porque se necesitan más medios. Ha estado muy abandonada por todos los partidos políticos y por todos los gobiernos. La justicia siempre está abandonada, igual que la Policía o la Guardia Civil. A mí se me cae el alma a los pies cuando entro en una comisaría de policía y veo que tienen rotos los aires acondicionados, que no tienen medios, que la silla está rota. Cualquiera de nosotros que hemos entrado en una comisaría, en un cuartel de la Guardia Civil, lo hemos visto Hay determinados gremios, como es la Justicia, la Institución Judicial, la Policía o la Guardia Civil, que no tienen los medios suficientes para hacer bien su trabajo.