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Todo el mundo quiere tener sus suculentas fuertes y sanas, además, siendo una especie de cuidados tan sencillos, es muy habitual utilizar a la hora de decorar especias de interior. Sus cuidados son similares a los cactus, con la ventaja de que nos ahorramos las peligrosas espinas, que tantos daños han causado -como puedo afirmar desde la experiencia- por ello, ya que nos dan tanto a cambio de tan poco, vamos a hablar de un truco que ayuda a mejorar su salud y belleza, y para ello, utilizaremos un sencillo elemento de cocina, algo tan común como es la harina de trigo.
La harina de trigo es un componente natural que se obtiene al moler los granos de este cereal. Entre su composición, podemos encontrarnos nutrientes como calcio, hierro, potasio, magnesio, zinc, selenio y las vitaminas B1, B2, A y D, componentes que no solo son beneficiosos para la dieta humana, sino que también son de agradecer para una gran variedad de especies vegetales, como las suculentas o crasas.
La harina se convierte en una aliada sorprendente en la lucha contra las plagas que afectan a las suculentas. Espolvorear harina en las hojas de las suculentas crea una barrera que dificulta la movilidad de insectos dañinos como ácaros o pulgones, evitando que estos se acerquen a causar daños a nuestras plantas. Además, la harina ayuda a absorber la humedad, lo que desalienta la proliferación de hongos y bacterias que pueden afectar la salud de tus plantas, algo muy peligroso en espacios interiores debido a la alta humedad del entorno.
Un buen drenaje es esencial para suculentas, ya que evita el encharcamiento del suelo, un problema común que puede provocar la pudrición de las raíces e incluso la muerte de la planta por ahogamiento. La harina, al ser espolvoreada en el sustrato de las suculentas, mejora la estructura del suelo, permitiendo un drenaje más eficiente y previniendo problemas relacionados con el exceso de agua. Sin embargo, lo mejor para evitar este tipo de problemas es regular bien la dosis de riego. Las suculentas son especies que almacenan agua en sus carnosas hojas, por lo que no deberemos preocuparnos en regarlas demasiado, lo habitual es hacerlo una vez a la semana durante el verano y una vez cada tres durante los meses menos calurosos, a poder ser, con un plato de agua en la base, para evitar que las hojas se mojen.
La harina también puede actuar como un fertilizante natural para las suculentas. Contiene nutrientes esenciales, como nitrógeno y fósforo, que promueven un crecimiento saludable y estimulan la floración. Al espolvorear harina alrededor de la base de las suculentas, estás proporcionando a las plantas los elementos necesarios para crecer y florecer con fuerza.
La harina tiene propiedades antifúngicas que pueden ayudar a prevenir enfermedades comunes en suculentas, como la podredumbre de la raíz y las manchas foliares. Al aplicar harina de manera regular, estás fortaleciendo las defensas naturales de tus suculentas y protegiéndolas contra posibles infecciones.
La harina se revela como un ingrediente versátil y beneficioso en el cuidado de las suculentas, que también puede ser extendido a otras especies vegetales. Desde el control de plagas hasta la mejora del suelo, sus propiedades hacen de la harina un aliado valioso para cualquier amante de la jardinería. Prueba a utilizar este sencillo truco en tus suculentas y descubre un aliado que no sabías que tenías en tu propia alacena.
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