PREMIO FORQUÉ
José Manuel Lorenzo, más osado que valiente
LITERATURA
Un día de hace veinte años Manel Loureiro (Pontevedra, 1975) empezó a escribir en un blog. Era su desahogo literario a su cotidiano enfrentamiento a la literatura jurídica en la que se veía imbuido como abogado. Su personaje en la ficción era también un abogado gallego que se enfrentaba a una situación apocalíptica. En tres meses aquel blog tenía millón y medio de seguidores de todo el mundo y una editorial llamó a su puerta para que convirtiera aquella historia de zombis en una novela. Después llegó otra, y otra… y así hasta “Cuando la tormenta pase”, su décimo libro con el que ganó en 2024 el premio Fernando Lara. Hace tiempo que colgó la toga y forma parte de ese escaso número de autores españoles que vive exclusivamente de unos libros que se traducen a varios idiomas, se venden en veinte países y en Estados Unidos arrasan tanto o más que en España.
Pregunta.¿Se imaginaba usted siendo un joven abogado que acabaría dedicándose a la literatura?
Respuesta.Reconozco que soy un caso realmente extraño. Yo no sabía que iba a ser escritor hasta que la literatura me atropelló. Yo trabajaba como abogado, me ponía la toga, iba al juzgado, peleaba en defensa de mi cliente y escribía literatura jurídica. Pero un día me di cuenta de que la literatura jurídica me estaba estrangulando. No deja mucho espacio a la creatividad, es muy técnica. Entonces decidí empezar un blog para contar una historia. Lo hacía por mí, por higiene mental, sin más objetivo que la satisfacción personal y, bueno, si alguien lo leía, pues bien. Pero aquello se convirtió en un fenómeno viral y en tres meses tenía millón y medio de lectores. Ese blog se transformó en una novela, la novela en un best seller, la primera de una serie de tres libros, se empezaron a vender en todo el mundo, a esas le siguieron otra y otra… y el abogado se quedó por el camino y ese es el resumen.
P.Decía Stendhal que cada día antes de escribir la Cartuja de Parma leía unas páginas del Código Civil ¿Ayuda la literatura jurídica a abrirse camino en la otra literatura?
R.La literatura jurídica te enseña concreción, concisión y claridad. Y esto es porque cuando llega un cliente a tu despacho él conoce el asunto a la perfección. Te lo explica a ti y tú lo conoces un poco. Pero cuando se lo explicas a su señoría, no tiene ni idea del asunto. Es uno más de los que tiene encima de la mesa. Por eso tienes que ser claro, conciso y concreto, que se entienda a la primera y que genere el impulso de creer que esa es la versión correcta de los hechos. Eso se traslada a la literatura y eso explica que haya muchos autores que vienen del campo del derecho: María Oruña, Lorenzo Silva, Ildefonso Falcones… somos un montón de escritores fugados del Derecho.
P.¿Y por qué su primera historia fue una de zombis?
R.Porque era lo más alejado de aquel ordenado mundo del Derecho. Es una distopía en la que no existe ni ley ni orden y donde el protagonista, que era un abogado como yo, ve cómo de repente todos sus conocimientos eran inútiles. En una situación de colapso como la de la historia de Apocalipsis Z, un médico vale su peso en oro, como un ingeniero, un químico, un farmacéutico. Pero un abogado… cuando desaparece su entorno, automáticamente desaparece su valía. Y, por otra parte, yo tenía un pequeño trauma infantil, porque con ocho o nueve años había visto “La noche de los muertos vivientes”. Mis padres me habían prohibido verla, pero tan pronto como se fueron a la cama, encendí la televisión y me puse a ver la película. Tuve pesadillas durante dos semanas, pero aquello se me quedó grabado en alguna parte del subconsciente.
P.¿Cuándo decidió que aquel blog se iba a convertir en una novela?
R.No lo decidí yo. Una pequeña editorial de Baleares, Dolmen, que fue mi primera editorial, se puso en contacto conmigo al ver el revuelo viral que se estaba produciendo con aquello que estaba escribiendo y me preguntaron: “¿Te gustaría ver esto en forma de libro?”. Por supuesto, les dije que sí, pero estaba sin acabar. Me pidieron que lo terminase y me pasé aquel verano escribiendo para acabar aquella historia. Estaba entusiasmado, me hacía ilusión, pero no tenía grandes expectativas. Pero se publicó el libro y aquello explotó. Se empezó a vender edición tras edición, a traducirse a otros idiomas… ahí fue cuando descubrí que aquello iba a cambiar mi vida.
P.Hace años ya que cambió el mundo apocalíptico por el thriller.
R.Sí, hace ya tiempo y bastantes libros. Al Manel que acababa de cumplir treinta años y que escribía Apocalipsis Z no le apetecían las historias que le apetecen al Manel de ahora. Y los lectores también van evolucionando. Y si volvemos a tener una conversación dentro de veinte años, quién sabe si entonces estaré por los derroteros de la novela histórica.
P.Tanto en aquellas primeras novelas como en sus thrillers posteriores, Galicia se ha convertido en el escenario de lo que sucede. En el caso de “Cuando la tormenta pase” es la isla de Ons. Le ha dado usted una naturaleza literaria a ese paisaje.
R.No se me ha ocurrido a mí, ni soy el primero. Está el paisaje: valles verdes, profundos, húmedos, boscosos. Está el clima. El paisaje humano, los pequeños pueblos donde todo el mundo es hermético y parece guardar un secreto. Tienes todos los elementos necesarios para construir una historia de suspense, de thriller. Y si a eso le añades el subtexto, la capa que hay por debajo de todas las tradiciones, las leyendas, la cultura gallega, ya tienes prácticamente el escenario perfecto. No soy el único que lo hace. Formo parte de una generación de escritores y cineastas que nos hemos sacado de encima ese complejo de que lo de tu pueblo no vale nada y siempre lo de fuera es mejor. Contar historias desde aquí es perfectamente posible y pueden resonar en todo el mundo.
P.¿Sigue colaborando en medios?
R.Ahora solamente en TVG y muy puntualmente en otras televisiones estatales. Ya no me da la vida. He hecho columnismo, radio, canales de televisión nacionales. Pero ahora no me da tiempo. El año pasado cogí 129 vuelos, de los que 8 fueron intercontinentales. Necesito tiempo para escribir. La realidad de hoy en día para quien se gana la vida como autor, que somos muy pocos, implica que el 50 por ciento de tu tiempo es de difusión: promoción, viajes, conferencias, reuniones con clubs de lectura… Me pasé septiembre saltando de país en país por toda Iberoamérica. Pero es algo muy necesario. Una cosa es la artesanía, que es escribir, y otra la industria editorial que es lo que transforma la artesanía en un producto. Si quieres llegar a muchos lectores en tiempos en los que hay una oferta infinita de ocio, debes moverte mucho.
P.¿En qué proyectos está trabajando?
R.Estoy escribiendo el manuscrito de la siguiente novela. Es una historia que me encanta. Estamos rematando el guion de la siguiente película de Apocalipsis Z para Prime Video, que empieza el rodaje en junio y estoy con el desarrollo de otra adaptación audiovisual en Estados Unidos y hay un par de proyectos más que están todavía en una fase inicial.
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