La obra de autora mexicana Rosario Castellanos entra en la Caja de las Letras

La obra de Rosario Castellanos, una de las voces más influyentes de la literatura mexicana del siglo XX y figura clave del feminismo latinoamericano, ingresó este jueves en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. El depósito, realizado en homenaje póstumo, incluye una primera edición de "Balún Canán" (1957), la novela con la que la autora debutó y que marcó el inicio de una trayectoria contundente en la defensa de los derechos de las mujeres y de los pueblos indígenas.

El legado fue introducido en la caja número 1165 por el director del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-España, Ciro Murayama, en un acto encabezado por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. Junto a "Balún Canán", dedicada en su edición original al dramaturgo Emilio Carballido, se depositaron otras tres primeras ediciones fundamentales: "Ciudad Real", su primer libro de cuentos; "Mujer que sabe latín" (1973), dedicado al filósofo Luis Villoro; y "El mar y sus pescaditos", obra póstuma cuyos originales Castellanos envió apenas dos días antes de su fallecimiento en 1974. También se incorporó la compilación "Cartas a Ricardo" (1974), con prólogo de Elena Poniatowska, así como nuevas ediciones publicadas este año con motivo del centenario de su nacimiento.

Uno de los elementos más emotivos del legado fue un álbum con 24 fotografías cedido por el hijo de la autora, Gabriel Guerra Castellanos. Entre las imágenes destaca una escena de la escritora trabajando en su oficina de Ciudad Universitaria acompañada por dos referentes de la literatura mexicana: Juan Rulfo y José Emilio Pacheco.

«Una autora con mucho que enseñar»

Durante su intervención, Luis García Montero destacó la vigencia del pensamiento crítico de Castellanos y su contribución a la literatura desde perspectivas casi inéditas en su tiempo.

«Es un referente del feminismo y de la literatura del mundo indígena. Nos enseñó que muchas veces el poder establece los discursos de sus víctimas», señaló. «Intentó desmontar desde dentro esos discursos para mostrar la experiencia de una mujer mexicana y de las comunidades indígenas. Fue una de las grandes narradoras en castellano y, dicen, abrió las puertas al boom».

Para Ciro Murayama, la entrada de Castellanos en la Caja de las Letras representa «el homenaje a una escritora que ejemplifica la búsqueda de igualdad, justicia y libertad».

«Luchó para que las personas pudieran construir proyectos autónomos y libres», añadió.

El hijo de la escritora, Gabriel Guerra Castellanos, intervino mediante un mensaje en vídeo en el que recordó la profunda huella que dejó en su madre su estancia en el Madrid de los años 50, donde cursó estudios de estética y estilística. «Descubrió un mundo que florecía gracias a la cultura y a la tradición hispánica», afirmó visiblemente emocionado.

Tras el acto de depósito, se celebró un coloquio en torno a la autora con la participación de Irene Vallejo, Rosa Beltrán y Julia Santibáñez.

Una obra imprescindible

Rosario Castellanos (Ciudad de México, 1925 – Tel Aviv, 1974) se formó como maestra en Filosofía en la UNAM y construyó una obra que abarca novela, cuento, poesía, ensayo y teatro. Con Balún Canán, Ciudad Real y Oficio de tinieblas conformó una trilogía indigenista crucial en la narrativa mexicana. En poesía, reunió su producción en Poesía no eres tú (1972), mientras que en ensayo abordó la posición de la mujer en la sociedad mexicana desde su publicación temprana Sobre cultura femenina (1950). Su única obra teatral, El eterno femenino, permanece como un texto emblemático sobre la identidad y la condición de la mujer.