El Instituto Cervantes acusa a la RAE de vulnerar las normas de organización de los Congresos de la Lengua tras elegir Panamá sin consenso
CRISIS ENTRE INSTITUCIONES
Exigen una rectificación y un retorno a la “senda responsable de la colaboración mutua” que tradicionalmente ha guiado la celebración de los Congresos Internacionales de la Lengua.
El Instituto Cervantes ha acusado a la Real Academia Española (RAE) de incumplir las directrices básicas para la Organización de los Congresos Internacionales de la Lengua Española (CILE) tras conocerse la elección unilateral de Panamá como sede del próximo encuentro. Según el organismo que dirige Luis García Montero, la decisión se ha tomado "sin su conocimiento previo, vulnerando el procedimiento oficial y rompiendo la práctica de cooperación que ha regido históricamente estos foros".
Y es que según "el punto 5 de dichas directrices —firmadas en mayo de 2014— establece que la designación de las sedes debe realizarse de forma consensuada entre el Instituto Cervantes, la RAE y el Gobierno de España, tras evaluar las candidaturas que presenten los países interesados. En él se especifica que los Estados aspirantes deben comunicar formalmente su propuesta tanto al Gobierno español como a las instituciones organizadoras, que deben decidir de acuerdo con las circunstancias del momento”.
Según denuncia el Cervantes, la decisión comunicada por la RAE contraviene este marco y altera la “buena relación institucional” que había caracterizado la organización de los congresos desde su creación en 1997. La RAE y ASALE —la Asociación de Academias de la Lengua Española, presidida por la institución madrileña— se incorporaron posteriormente, en 2001, a la estructura organizativa.
El organismo lamenta además que la RAE, “beneficiándose de la presidencia nata de ASALE”, haya involucrado a las academias latinoamericanas en un proceso que considera irregular, generando “daños a las relaciones institucionales y culturales con Panamá”.
Ante lo que califica como un incumplimiento de los compromisos asumidos conjuntamente, exigen a la RAE una rectificación y un retorno a la “senda responsable de la colaboración mutua” que tradicionalmente ha guiado la celebración de los Congresos Internacionales de la Lengua.
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