Olaya Romano: “El retorno no es solo una cuestión económica, es un compromiso emocional con nuestra gente”

IV CONGRESO MUNDIAL DE ASTURIANÍA

La directora general de Emigración y Políticas de Retorno, destacó que la Oficina de Retorno y el Plan de Retorno del Principado —dotado con casi cuatro millones de euros— reflejan la apuesta del Gobierno por una política de retorno moderna, realista y humana.

Olaya Romano durante su exposición de los programa de retorno
Olaya Romano durante su exposición de los programa de retorno | La Región Internacional

La directora general de Migración y Políticas de Retorno del Principado de Asturias, Olaya Romano, explicó durante la segunda jornada del Congreso Mundial de Asturias la importancia de mantener el vínculo entre la comunidad asturiana en el exterior y el Principado. Romano defendió que las políticas de retorno “deben ser integrales, humanas y adaptadas a las nuevas realidades de la movilidad global”.

En el transcurso de la mes "Asturias de la emigración al retorno" Romano explicó que El Principado ha tenido históricamente una mirada doble: hacia dentro y hacia fuera. “Nuestro Estatuto de Autonomía y la Ley de Asturianía ya reconocen a los emigrantes y sus descendientes como parte esencial de nuestra comunidad”, señaló. “Por eso, nuestras políticas siempre se han construido pensando tanto en quienes viven fuera como en quienes desean regresar”

Romano subrayó que el Gobierno asturiano mantiene un compromiso activo con la ciudadanía exterior, no solo desde la nostalgia, sino desde la acción política. “Hemos pasado de la emigración clásica del siglo XX a una movilidad constante. Muchas personas salen, estudian, trabajan fuera y regresan. Y nosotros debemos estar preparados para acompañarlas en cada etapa”, explicó.

La directora general señaló que el aumento de los españoles residentes en el exterior se debe en gran medida a la Ley de Memoria Democrática, que ha permitido a miles de descendientes recuperar la nacionalidad española. “Hoy tenemos más asturianos fuera que nunca, y muchos de ellos son nietos o bisnietos de quienes emigraron hace décadas. Gracias a la ley de nacionalidad, hemos ampliado esa gran familia asturiana en el mundo”, indicó.

Asturias ha hecho del retorno un eje explícito de su política pública. “Asturias siempre ha trabajado en políticas de retorno, pero es verdad que en esta última legislatura tenemos a la presidenta que nos encomienda situar las políticas de retorno en el centro de las políticas del municipio de Asturias”, afirmó Olaya, que defendió la idea de elevar el retorno a prioridad política con presencia institucional y recursos dedicados.

La pieza clave de esa estrategia, explicó, es la Oficina del Retorno, un servicio con “tres profesionales” que realiza un acompañamiento integral a las personas que deciden volver. “Te coge de la mano y no te suelta: no cuando hagas el retorno, sino mucho tiempo después”, señaló Olaya, remarcando la intención de que el acompañamiento vaya más allá de la gestión administrativa y atienda también a las necesidades posteriores al regreso.

Olaya Romano (derecha) junto a la directora general de Ciudadanía Exterior
Olaya Romano (derecha) junto a la directora general de Ciudadanía Exterior | La Región Internacional

Olaya insistió en que la oficina no actúa de forma aislada: “Tiene ramificaciones en el exterior”. Puso como ejemplo la presencia en ciudades como Buenos Aires y el Parque del Plata —donde, indicó, se han establecido puntos de apoyo junto a los centros asturianos— que funcionan como puertas de enlace para quien planifica la vuelta. “Aunque ahora con las nuevas tecnologías todo es mucho más accesible y rápido, no queríamos que fuese solo por recursos”, matizó, subrayando la importancia del trabajo presencial y de red en algunos territorios.

Ayudas económicas adaptadas al nuevo perfil del retornado

Otra línea de trabajo fundamental, según Olaya, ha sido la revisión de las ayudas económicas al retorno. Estas ayudas se conciben como un acompañamiento para cubrir los gastos derivados del traslado y la reimplantación: “Son ayudas de modo de acompañamiento, de apoyo a las personas que deciden retornar y que al final están dejando una vida atrás y hay que apoyar los gastos derivados del hecho del retorno”.

La reforma de las bases de estas subvenciones buscó adaptarse a “un nuevo perfil” de retornados: personas con trayectorias más cortas fuera —retornos a los cuatro años, por ejemplo—, nietos de asturianos, y ciudadanos que han adquirido nuevas nacionalidades. En ese sentido, Olaya apuntó que se rebajaron requisitos de permanencia en el extranjero y se abrió la mirada hacia retornos desde Europa, con el objetivo de facilitar el acceso a una mayor diversidad de perfiles.

Trabajo en red: asociaciones, empresas y sociedad civil

Olaya destacó que la iniciativa del Principado no funciona en solitario. “Tenemos mucha gente que trabaja con nosotros”, dijo, y nombró expresamente a AERA (Asociación Española de Inmigrantes Retornados de Asturias): “Marina, su presidenta, está aquí y trabaja de acuerdo con nosotros en la modificación de esas cosas”, relató. También citó a Compromiso Asturias XXI y a otras asociaciones, así como la colaboración con empresas y sindicatos.

La presencia de empresas con experiencia en programas de retorno, explicó, fue relevante a la hora de diseñar medidas prácticas y efectivas. El resultado de este trabajo conjunto fue la aprobación de un Plan de Retornos dotado con casi 4 millones de euros, una partida que, dijo Olaya, se concibió con metas realistas y con la intención de actualizarse periódicamente para adaptarse a la realidad migratoria.

“Pusimos metas muy reales porque sabemos que esto cambia día a día. Queremos poder cambiar con los funcionarios y con la realidad de la emigración para dar siempre una respuesta acorde a las necesidades”, afirmó, subrayando la flexibilidad como principio operativo.

Dimensión humana y apoyo emocional y comunitario

Más allá de lo administrativo y lo económico, Olaya quiso poner el acento en la dimensión humana del retorno. “Una cosa que me ha gustado mucho… es que las personas no hablaban solo de ayudas económicas, que hablaban sobre todo de ese apoyo emocional”, explicó, refiriéndose a testimonios recogidos en trabajos previos y en material audiovisual proyectado durante su intervención.

Para ella, esa dimensión es central: el retorno incompleto o mal acompañado puede generar nuevas dificultades, mientras que un acompañamiento integral —que atienda trámites, vivienda, empleo y también apoyo emocional— facilita la readaptación y la permanencia. “Creo que es importante que estas políticas de retorno vayan articuladas entre programas de planes que tengan su propia línea comunicativa, porque esto hace que los inmigrantes se sientan más acompañados”, afirmó.

Olaya no ocultó que quedan retos por delante. La movilidad internacional es hoy más fluida y diversa que hace dos décadas, y las políticas públicas deben adaptarse con rapidez. Entre los desafíos citó la necesidad de ampliar la presencia en otros puntos del exterior (“esas dos puntos que serán dos más próximamente”), mejorar la coordinación entre administraciones, y mantener una financiación estable y flexible que permita responder a flujos cambiantes.

Además, planteó la importancia de incorporar herramientas digitales —sin perder la atención personal— y de articular estrategias que faciliten el retorno en diferentes etapas de la vida: retornos temporales, retornos repetidos en distintas fases laborales o familiares, y retornos intergeneracionales.

“Esto no lo hace solo el Gobierno del Principado; lo hacemos con asociaciones, con empresas, con la iniciativa privada y con la sociedad civil”, recalcó Olaya. Su diagnóstico final fue optimista pero prudente: Asturias ha puesto en marcha instrumentos relevantes —oficina, ayudas revisadas, plan con financiación—, pero será necesario mantener el diálogo con la comunidad emigrante y actualizar continuamente políticas y recursos para que el retorno sea una opción real y sostenible para quienes lo deseen.

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