Castilla y León ofrece 5.000 euros a quienes retornen y emprendan

Castilla y León ha reforzado su estrategia para facilitar el retorno de sus ciudadanos con nuevas ayudas directas de 5.000 euros para quienes decidan regresar a la Comunidad y emprender un negocio. Esta medida se enmarca en el programa Volver a Castilla y León, que busca atraer a residentes en otras comunidades o en el extranjero y fomentar tanto el autoempleo como la contratación en empresas locales.

Además, la misma ayuda de 5.000 euros también se concederá a empresas de Castilla y León que contraten durante al menos un año a trabajadores retornados.

El programa se desarrolla a través de un convenio firmado por la Consejería de la Presidencia con el Consejo de Cámaras de Comercio y la CEOE de Castilla y León, entidades que gestionarán los fondos y ofrecerán asesoramiento, acompañamiento y difusión del programa. Cada una de estas entidades recibirá 200.000 euros, lo que supone un incremento del 30 % respecto al presupuesto del año pasado.

Las personas que retornen para emprender también podrán acceder a otras ayudas complementarias, como las del programa Pasaporte de Vuelta, que pueden alcanzar los 6.600 euros en función de factores como la edad, número de personas a cargo o si el destino es un municipio rural. Así, el retorno con fines empresariales podría estar bonificado con hasta 11.600 euros por beneficiario.

A diferencia del plan piloto de 2024, que limitaba la ayuda a la compra de negocios ya existentes, este año no se exige ninguna condición sobre el tipo de emprendimiento, lo que permite mayor flexibilidad a quienes quieran iniciar una actividad por cuenta propia.

Además, se mantiene el respaldo a la contratación: las empresas que incorporen a personas retornadas recibirán también 5.000 euros, siempre que se formalice un contrato de al menos un año de duración.

Durante el año pasado, 45 personas regresaron a Castilla y León acogidas a estas ayudas, y 70 empresas participaron en el programa, ofreciendo más de 100 puestos de trabajo. La mayoría de los retornados eran menores de 35 años y con formación superior, cubriendo puestos cualificados en sectores como la industria tecnológica, el comercio o las finanzas.