Encañonó a tres vecinos en Carballiño porque un coche impedía el paso de su carretilla

"TE VOY A MATAR"

El inculpado antes los amenazó: “Os voy a meter en una caja de muertos”

Manuel P.F. en el juicio celebrado en el Penal 2.
Manuel P.F. en el juicio celebrado en el Penal 2. | M. S.

Manuel P.F., de 71 años, no podrá acercarse a tres de sus vecinos, Óscar, Manuel y Agustín, ni comunicar con ellos durante cuatro años, que se descontarán del tiempo en que la medida se adoptó de forma cautelar (el 6 de octubre de 2022). La distancia de seguridad, al ser A Granxa de Seoane, en Carballiño, un pueblo pequeño quedó fijada en 20 metros. Entre el domicilio del acusado y las víctimas no hay más de 25 metros.

El inculpado admitió este miércoles en el Penal 2 que encañonó a tres vecinos que estaban de charla en el patio de casa de uno de ellos el 5 de octubre de 2022, sobre las siete y veinte de la tarde, y a uno de ellos le provocó lesiones leves al lanzarle una piedra. Y todo, porque se topó con el coche de uno de ellos, Agustín, quien había ido a recoger un paquete a la casa de Óscar, estacionado en medio de un camino y no podía pasar con su carretilla.

Al encausado, que hasta el momento tenía fama de faltón, no le bastó con que el dueño del vehículo se apartase para que pudiera pasar. Comenzó a insultarlo y profirió amenazas de muerte. Óscar recibió una pedrada, que le rozó el lado izquierdo de la cabeza. Antes le había intentado dar un puñetazo, pero lo esquivó. Las amenazas, según los testigos, subieron de tono: “Te voy a matar”; “no vas a llegar a mañana” o “esperad que yo voy para la cárcel, pero vosotros para la caja” fueron algunas de las frases intimidatorias.

La siguiente escena ocurrió cuando Manuel se fue a casa y regresó, al cabo de diez minutos, con una escopeta de caza y encañonó a tres de sus vecinos. Uno de ello se escapó a su casa para llamar a la Guardia Civil mientras los otros dos pudieron escuchar como el inculpado llegó a abrir y cerrar el arma. Las víctimas aseguran que Manuel llegó a apretar el gatillo, pero o bien estaba descargada o la escopeta se encasquilló, ya que no hizo fuego.

Posteriormente, cuando llegó la Guardia Civil al lugar el acusado estaba tumbado en el suelo y manifestó que había sido agredido. Pero solo Óscar llegó a forcejear con el investigado para que no le pegase.

Los vecinos, que ejercían la acusación particular, llegaron a imputarle cuatro delitos: amenazas, vejaciones, lesiones y tenencia ilícita de armas. Este miércoles llegaron a un acuerdo con la fiscal y la defensa. Manuel P.F. fue condenado por amenazas y lesiones: un año de prisión, 90 euros de multa (un mes a tres euros) y 300 euros de indemnización al lesionado. Además, se mantiene la prohibición de aproximación y comunicación con los denunciantes, tal como se había acordado de forma cautelar cuando se denunciaron los hechos.

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