El calentamiento del agua adelanta un mes la llegada de las anguilas al embalse de Frieira

Coto do Frade y la Consellería de Medio Ambiente adelantan sus trabajos de captura de las anguilas en la presa de Frieira. Los ecologistas, al próximo martes y los técnicos para finales de este mes de julio. El cambio climático (calentamiento del agua) ha favorecido la llegada de las anguilas procedentes del mar de los Sargazos antes de lo previsto, ya que en años anteriores ocurría en los meses de agosto y septiembre.

Los ecologistas de Coto do Frade, de O Ribeiro, llevan 12 años intentando que esta especie no se extinga en el río Miño, por causa de la presa. Las anguilas no pueden remontar las aguas y muchas de ellas perecen por ese motivo. Unión Fenosa había instalado con fondos europeos y de la Xunta de Galicia un capturadero, que nunca ha cumplido la función prevista, y es en este lugar en donde entre 15 y 20 voluntarios empezarán el martes la laboriosa tarea de recoger las anguilas con una pequeña red, para trasladarlas en cubos a un kilómetro y medio río arriba para soltarlas con vistas a que completen su ciclo vital.

Los primeros años, Coto do Frade trabajaba libremente al pie de las compuertas del embalse, sin embargo, Unión Fenosa valló todo el entorno por motivos de seguridad, con lo cual únicamente pueden hacer la captura 100 metros más abajo junto al teleférico.

Al respecto, declararon los ecologistas que ‘el próximo martes regresaremos a Frieira para continuar demostrando nuestra indignación e intentando ayudar a que esta especie del río Miño pueda seguir existiendo’.

Por su parte, la Consellería de Medio Ambiente anunció que a finales de julio también desplazarán personal para salvar el mayor número posible de anguilas, tras constatar que han adelantado su llegada. El año pasado recogieron 200.000 ejemplares, participando en la labor dos operarios de Unión Fenosa y dos agentes forestales, durante 15 días. No obstante, los ecologistas de Coto do Frade denunciaron en 2007 la muerte por asfixia de varios miles en la desembocadura del río Avia. Afirman que ‘fueron transportadas de manera absurda desde Frieira hasta la desembocadura del Avia, a 18 kilómetros, y en el trayecto los contenedores acabaron sin oxigeno provocando la muerte de los ejemplares’. La situación de la especie es complicada en el Miño, en donde de no construir una escala en condiciones, las anguilas desaparecerán en una década, según los ecologistas.