2025, el año que rimamos peligrosamente

Publicado: 04 ene 2025 - 02:00

Goles famosos

A finales de siglo pasado no existía la solidaridad, sino la caridad, que podían ejercer las señoras adineradas buenas, y de hecho ejercían, en estas fechas navideñas de forma bastante asequible. La llegada de la solidaridad ha burocratizado y complicado lo de cuidar al prójimo, y a los famosos ya no les vale con hacer un donativo anónimo, sino que ahora han de enfundarse pantalón corto y ponerse a golpear un balón. Admitamos, no obstante, que para el espectador es todo un show ver a decenas de artistas y famosos enfrentarse en el tradicional partido solidario contra el cáncer infantil que organiza Richy Castellanos a beneficio de la Fundación Aless Lecquio de Ana Obregón. Se celebró el pasado 28 de diciembre y contó con tipos que están en plena forma, aunque no puedo especificar en forma de qué: Santiago Segura, Omar Montes, José Mota, Álvaro Muñoz Escassi, Beatriz Rico, Cayetana Guillén, Juan y Medio, Ángela de Camela, Patricia Cerezo, Juan Magán, Pitingo, El Langui, Manu Tenorio, Luis Cobos, Pipi Estrada, Isabel Díaz Ayuso, Manuel Fuentes, Josema Yuste y muchos otros. Nadie sabe exactamente cómo acabó el partido, pero la mayoría de los participantes terminaron rodando por el suelo entre risas y bromas. Me encantan las estampas típicamente navideñas.

La capa rota

Después de la pandemia, Ernesto de Hannover, que está a punto de mutar físicamente en Rod Stewart, se vino a vivir a España, y es habitual verlo por los restaurantes del barrio de la Salamanca en Madrid. Él se alegra mucho cuando sale por los bares de lujo madrileños, pero en las casas de comidas de un montón de tenedores de la zona más exclusiva de Madrid no se alegran nada. El jefe de la depuesta Casa Real de Hannover tiene por costumbre comportarse como un hooligan inglés en una noche de Champions. Esta semana el aristócrata acudió a Le Bistroman Atelier, célebre francés próximo al Teatro Real de Madrid, y según el chef Stéphane del Río insultó a los camareros, lanzó copas, y agredió a los del Samur cuando vinieron a rescatarlo de la cogorza. Horas después, no contento con el show, dejó una mala reseña del restaurante en TripAdvisor, lo que provocó que el chef lanzara un comunicado diciendo, en resumen, que hay borrachos y borrachos y que Ernesto de Hannover tiene prohibida la entrada allí salvo que lo haga en presencia de su distinguida exmujer, Carolina de Mónaco.

Un vigués da la campanada

La guerra de las uvas la han ganado las autonómicas, las únicas capaces de mantener la esencia de lo que solía ser un momento entrañable con aspiración de posteridad. La competición del mal gusto es fácil ganarla, la de la tradición y la elegancia no está al alcance de cualquiera. Admito que es complicado encontrar el equilibrio entre el humor y el respeto a las creencias e ideologías de unos y otros, pero por eso solía contarse con profesionales del asunto como Ramontxu que, como lo hace sencillo y natural, parece fácil, pero no lo es. Así, es justo reconocer que, si en Galicia volvimos a tener al gran Xosé Ramón Gayoso en su trigésimo cuarta juventud (yo de mayor quiero ser como él, que siempre está como para unas Olimpiadas, y rodearme de chicas tan guapas en televisión), buen humor y saber estar, dos caras nuevas supieron mantener bien alto el listón en Telemadrid, Mónica Martínez y el gallego Miguel Lago, que despide un año demostrando que a veces el talento tiene su premio, rodeado de éxitos y nuevos proyectos televisivos y siendo, sin duda alguna, el humorista más en forma del momento. Tal fue el despropósito de tedio, grosería y lugares comunes en las grandes cadenas, que los siguientes en elegancia, emoción, y tradición fueron Chicote y Cristina Pedroche, a pesar del tan agradable y sensato detalle de la leche materna en el vestido, con el que logró estropearme mi mejor camisa blanca al tirarme la copa de champán por encima nada más escuchar la original primicia.

Me alegro, buenos días

A Carlos Herrera es habitual verlo dándose a las cosas del buen comer y del buen beber. Hace tiempo que se ha abonado a la vida que todos querríamos vivir: trabaja pero sin prisa, disfruta de la gastronomía española como si no hubiera un mañana, y cada día parece que tiene un año menos que el anterior. Aprovechando que en Navidad la radio española queda en manos de los suplentes de los suplentes, Herrera ha sido visto con su mujer Pepa Gea paseando su felicidad por la estación del AVE de Sevilla, en viaje fugaz a Madrid para regresar después a Sevilla. Preguntado por la prensa qué tal ha pasado las fiestas, el célebre locutor ha regalado una respuesta digna del mismísimo Mariano Rajoy: “razonables dentro de lo agradable”. No se veía tanto entusiasmo desde que José Mota dijo entre dientes aquello de “¿te has dado cuenta tu también, no?”.

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