Opinión

El cierre de Non Stop People

 Que desaparezca un medio de comunicación, una cadena de televisión en este caso, resulta siempre una mala noticia. lo es, sin duda, para el panorama general informativo del país, pero, sobre todo, es un hecho que priva a los ciudadanos de un canal que, como en este caso, venía a contribuir al pluralismo de la oferta audiovisual en nuestra sociedad.

Han sido tres años, apenas el tiempo de asentar un modelo que, nacido en Francia, adaptó su estilo y sus contenidos a la audiencia española con personalidad propia. Non Stop People -así era en su nombre original-, ha supuesto una apuesta decidida por la innovación en las formas y en la oferta que presentaba a los espectadores. Una televisión cuya característica fundamental era la singularidad de ofrecer a los jóvenes un planteamiento audiovisual diferente, adaptado a sus intereses y hecho por ellos. Más allá de los “ratings” de audiencia (imposible competir con el duopolio televisivo ni con la amplia oferta de cadenas públicas), el canal que acaba de fundir lamentablemente a negro, supuso una bocanada de aire fresco al posibilitar a jóvenes periodistas y comunicadores audiovisuales recién licenciados, su inserción en el mercado laboral, acompañándoles y tutelándoles, mientras velaban sus primeras armas en el tan apasionante como intrincado universo audiovisual. Los acuerdos con siete universidades de toda España para realizar debates con los alumnos de estos centros, y otorgar a esta iniciativa una visibilidad que, de otra manera, no hubieran alcanzado, cuenta en el haber del propio ADN formativo de esta cadena.

Tengo que agradecerle a José Manuel Lorenzo que un día me convenciera para embarcarme en una aventura en la que la transferencia de conocimiento a los más jóvenes únicamente me proporcionó satisfacciones y admiración por su talento derivado de una nueva mirada. Lorenzo es un directivo y productor televisivo innovador, un visionario audiovisual con una mirada tan peculiar como propia de la industria, que le ha granjeado un indiscutible prestigio tras su paso al frente de la práctica totalidad de las cadenas españolas. A su talento legendario une la pasión inmarcesible por todo lo que hace y Non Stop People ha sido un buen ejemplo. Hay que tener valor para apostar abiertamente por la cultura en un entorno de náufragos en islas remotas y náufragos en platós cercanos, a todas horas. Por el canal que acaba de desaparecer desfilaron los mejores nombres del teatro, el cine, la música (con una apuesta impagable por actuaciones en directo, sin “playback” ni cartón), la literatura, las nuevas tecnologías, la moda, la gastronomía o los videojuegos. Un universo de contenidos propio que aportaba una mirada diferente en la uniformizada oferta que sale a diario de las pantallas.

Decisiones empresariales, absolutamente legítimas, contra las que nada cabe objetar, han determinado el cierre de Non Stop People al finalizar su contrato con la plataforma Movistar+, tras sólo tres años de existencia. En el haber de lo que ha sido esta aventura apasionante queda el orgullo de marca reflejado en la formación de una pléyade de magníficos profesionales jóvenes, varios de los cuales ya han encontrado lógico acomodo en las grandes cadenas.

Como en toda desaparición de medios habrá muchos seguidores que echarán en falta una propuesta así. Cabe esperar y desear que el espíritu que ha alumbrado Non Stop People tenga continuidad a futuro, quizá bajo otro nombre, para que una televisión joven, fresca y diferente no deje de tener presencia en un panorama mediático obligado a plantearse su futuro en un tiempo marcado por la disrupción y un cambio sistémico plagado de enormes incertidumbres.
(Publicado en El Norte de Castilla)

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