Jacinto Seara
Feliz Navidad
El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente al mes de octubre arroja unos resultados sorprendentes al establecer la distancia en intención de voto entre el PSOE y el PP en quince puntos y deja a Vox a dos puntos del partido de Feijóo. Estos datos no pueden ser más contradictorios con el consenso de las encuestas realizadas mensualmente por los medios de comunicación que, salvo en una muy a favor de obra, en ningún caso dan al PSOE la posibilidad de ser el partido más votado si las elecciones generales se celebrarán en esos momentos.
La encuesta, en la que el PSOE tendría el 34,8% de los votos por los 19,8% que tendría el PP y los 17,7% de Vox, da la razón a aquellos que consideran que el director del CIS, José Félix Tezanos, pretende dar al barómetro de su instituto una cualidad performativa y evidentemente publicitaria a favor del PSOE, de cuya ejecutiva formó parte, al tiempo que deja a la ultraderecha al borde del sorpasso a los populares.
Con las cuentas que echa el CIS en el mes de octubre, Pedro Sánchez podría volver a repetir el gobierno de coalición si mantuviera el apoyo de los socios actuales, a pesar del declive de los partidos a su izquierda, y si consolidara los apoyos de los partidos nacionalistas e independentistas catalanes y vascos. Por el contrario, el conjunto de las últimas encuetas van en la dirección contraria, y apuntan a que PP y Vox sumarían sin problemas por encima de los 176 escaños de la mayoría absoluta y podrían formar gobierno. Otras encuestas van más allá y sitúan al PP en el entorno de los 150 escaños y señalan la posibilidad de que Feijóo podría gobernar en solitario si se da la abstención de Vox, un deseo sobre el que Santiago Abascal no se ha manifestado, pero a quien, con estos sondeos, se le pone cara de vicepresidente del Gobierno. En cualquier caso, dan a la ultraderecha la posibilidad de superar los cincuenta escaños, lo que le permitiría volver a presentar mociones de censura -necesitan 35- cuando lo considerara oportuno, a una por periodo de sesiones, mientras que la suma de los partidos que integran la coalición Frankenstein no alcanzaría el número de escaños que obtendría el PP.
Aunque desde la dirección socialista se hayan dado por amortizadas las consecuencias electorales derivadas de los casos de corrupción, en especial de las andanzas de Koldo y Ábalos, no parece razonable que la mayor distancia en intención de voto de toda la legislatura se produzca justo en el momento en el que ha aparecido el informe de la UCO sobre los pagos en efectivo que recibían, pese a que no se haya podido establecer que tengan relación con la financiación ilegal del PSOE, y no han dejado de aparecer noticias sobre los supuestos casos de corrupción política que afectan Begoña Gómez y al fiscal general del Estado. Pero en las fechas de la encuesta del CIS, el PP volvía a estar enredado con la polémica interna sobre el aborto y había endurecido su posición en materia migratoria hasta acercarse a la de Vox, que han contribuido a consolidar el hecho de que el PP ha transferido un millón de voto a la ultraderecha.
En lo que se reafirma el CIS es en señalar la vivienda como el principal problema para los ciudadanos, que en un 66% considera que su situación económica es buena o muy buena, aunque esa no sea la percepción sobre la marcha general de la economía.
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