Hispanidad y Desfile militar

Cerca de cuatro mil militares desfilaron el pasado domingo por el centro de Madrid en el acto principal del día de la Fiesta Nacional presidido por los reyes y que además este año conmemoró el veinte aniversario de la constitución de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Otra novedad es que también este año los espectadores no contemplaron el sobrevuelo de la Patrulla Águila y que en su lugar fueron sustituidos por los aviones Pilatus de la Formación Mirlo.

Los reyes mantuvieron el protocolo en todo momento, al margen de lo que algunos hicieron

Como otros años, también ha sido noticia que la presencia del presidente del Gobierno fue también recibida con los ya habituales abucheos y sonada de pitos por parte de una gran parte del público. Esta imagen forma parte del habitual escenario de este Desfile. El jefe del ejecutivo debe estar ya acostumbrado a este recibimiento.

Esto no le pasa al lehendakari vasco, Imanol Pradales, quien tampoco en esta ocasión asistió y ya sabemos los motivos por los que año tras año no acude a este evento. Y menos mal que ahora los catalanes están representados, pues el presidente de la Generalidad, Salvador Illa, no se pierde ningún acto público o institucional. Así pues, contando que el vasco nunca asiste, los demás presidentes autonómicos mantuvieron su tradicional orden: Cataluña, Galicia, Andalucía, Asturias…

O sea que el desfile militar o el día de la Hispanidad tiene dos interpretaciones. Por un lado, la celebración militar rigurosamente organizada e incluyendo una puesta en orden manifiesta y brillante que abarca desde que llegan los reyes al inicio de la misma hasta que concluye con el tradicional besamanos en el Palacio Real. Y después, la presencia de los representantes del mundo político, económico, social y cultural que le dan la gracia a la magnitud de este acontecimiento. Aunque este año, se produjo un detalle especial, es que el presidente del Gobierno, nada más estar con el monarca, obvió participar en los chascarrillos con la prensa aprovechando la presencia en el Salón Trono excusándose en que tenía una visita a primera hora de la mañana del día siguiente para participar en un viaje a Egipto para asistir a la cumbre de El-Sheikh, donde se firmaría el acuerdo que pondría fin a la guerra en Gaza. Algo que sorprendió a quienes estaban en la Casa Real. Una ausencia con despedida a la francesa.

Los reyes mantuvieron el protocolo en todo momento, al margen de lo que algunos hicieron, e incluso invitaron a cerca de medio centenar de alcaldes de municipios afectados por la dana en diferentes zonas de la Comunidad Valenciana y también de Castilla-La Mancha hace ya casi un año. Y por cierto, llamó la atención la ausencia del líder de Vox, Santiago Abascal, que argumentó que “que no quiere compartir espacio con el jefe del Ejecutivo” y por ese motivo pudo notarse su ausencia en el lugar preparado junto al palco de autoridades.