También "Klotho" en la longevidad

En los últimos tiempos, esa institución a la que siempre califico de auténtico “Templo Cultural de Ourense”, en referencia al Liceo, denominación por ser un punto de encuentro de interés cultural, también se convierte en muchas ocasiones en centro de acogidas sociales y del saber, siempre interesantes. Así, en más de una ocasión, presenciamos varios encuentros de la Asociación Ourensividad para darnos a conocer los estudios de Longevidad en Ourense, en la que somos una potencia. No en vano, cuatro de las siete Comarcas de Galicia con mayor prevalencia de centenarios se sitúan en Ourense. Y ello merece estudio e investigación, pues “los centenarios se disparan en Ourense un 44% en menos de tres años, concretamente de 250 a 361 actuales, y con un crecimiento constante”, según “La Región” de hace un año. Hábitos saludables, productos alimentarios de proximidad, dieta atlántica variada y moderada, calidad del aire respirado, ausencia de estrés… la genética. Debemos estar haciéndolo bien cuando la revista científica “Nutrients” analiza el estudio de Ourensividad, sobre hábitos de los centenarios de Ourense, y halla similitudes y también mejoras en el aspecto nutricional.

Klotho, “la gran revolución”, una hormona antienvejecimiento, que, por cierto, debe su nombre a Cloto, la hija de Zeus, a la que se atribuía hilar con su rueca las hebras de la vida. Una proteína descubierta bastante recientemente (1997), que el investigador japonés Kuro-o se percató que, al eliminarla en un grupo de ratones, estos envejecían a más velocidad y morían antes.

También, hace unos días cayó en mis manos un artículo titulado: “El secreto de la eterna juventud se esconde en los riñones, y se llama Klotho”, de Borja Quiroga, nefrólogo y profesor de la CEU San Pablo… y que forma parte de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), etc. Para este especialista los riñones son los grandes olvidados en materia de prevención, pero en su interior se encuentra la proteína Klotho, también conocida como “la hormona de la longevidad”. Klotho, “la gran revolución”, una hormona antienvejecimiento, que, por cierto, debe su nombre a Cloto, la hija de Zeus, a la que se atribuía hilar con su rueca las hebras de la vida. Una proteína descubierta bastante recientemente (1997), que el investigador japonés Kuro-o se percató que, al eliminarla en un grupo de ratones, estos envejecían a más velocidad y morían antes. Tras el hallazgo, e investigaciones posteriores, Borja Quiroga recomienda buenos hábitos alimentarios -eliminando consumo de ultraprocesados y con ello el fósforo inorgánico- y la práctica de ejercicio de manera moderada. ¡En fin!, no nos olvidemos de la prevención de la enfermedad renal, etc.

Según se van haciendo, y profundizando en estudios, a veces casualmente, como ocurrió al descubrir la proteína Klotho -para mí una novedad-, nos damos cuenta que los factores, ya sean ambientales, alimentarios, sociales de relación y anti estrés, sea también por prevención de la enfermedad o por propia determinación, multifactorialmente están detrás y determinan la longevidad. Hay autores que indican “la insatisfacción como una de las claves del envejecimiento prematuro y así prescriben menos medicamentos y más humor, para vivir más y mejor”.

Creo que debemos reflexionar, más profundamente, en el estudio del genoma, el material genético. Por ello, Ángel Carracedo, director de la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica, en una conferencia en Ourense hace un par de meses, explicó lo “bueno que sería conocer el genoma de los centenarios”. Por lo tanto, aún quedan bastantes influyentes que estudiar. Y en Ourense tenemos la suerte de la Asociación Ourensividad, para liderar y mantener conciencia de los estudios, habiendo, además, una puerta abierta a nuestro recurso diferencial, el termalismo, como fuente de bienestar y aportación de sales, etc., etc. Pero esto ya es harina de otro costal para otro relato.