Eduardo Medrano
TAL DÍA COMO HOY
El villancico más famoso del mundo
TRIBUNA
Más que una conjetura, es una certeza. Isabel de Borbón -princesa de Asturias, hasta que nace su sobrino, Alfonso XIII-, fue, sin duda, una de las infantas más mediáticas de la Historia de España. Era nieta de Fernando VII, e irremediablemente, se había visto obligada a partir hacia el exilio con Isabel II, su madre. Luego, cuando Cánovas y Sagasta, se proponen implantar el sistema bipartidista de turno pacífico, al estilo inglés, regresa a España con su hermano Alfonso XII. Francamente, desde ese instante, tras una vida cargada de vaivenes, se pone, por entero, al servicio la Corona; realizando lo que mejor sabía hacer. En su momento, O`Donnell le había recomendado a su madre, Isabel II, que para mejorar la imagen de la familia real había que acercarse al pueblo. Y si alguien se había hecho popular en aquellos viajes, por su carisma, había sido la infanta. De ahí que, con el tiempo, a “La Chata”- apodo con el que se le conocía, cariñosamente, por la forma de su nariz-, más que como infanta, en provincias, se le recibiese como una “reina”.
Lo cierto es que, tratando de atender a todos los compromisos, en ocasiones, sus visitas, dejaban un sabor agridulce, en especial, entre los miembros de las Comisiones que preparaban, con esmero, el recorrido por la ciudad que visitaba. A veces, su apretada agenda, hacía que, a última hora, hubiese que modificar la hoja de ruta, ajustándola a una tournée relámpago. Ni más ni menos…; para muestra, el desatino ocurrido con motivo de la llegada de la tía del rey, Alfonso XIII a la ciudad de las Burgas.
En el anhelo vehemente de atender al mínimo compromiso en favor de la corona, el lunes 16 de julio de 1906, festividad del Carmen, precipitadamente, se dispuso a visitar la capital ourensana. En principio, pensaba recorrer en Panhard, el trayecto Vigo-Ourense, en tres horas y media. Después, en un tiempo récord -dos horas-, pretendía atender a las instituciones locales, para regresar, en el correo de las tres de la tarde a Vigo ya que había convenido asistir a la gala que se celebraba en el teatro Tamberlick -sala inaugurada en el siglo XIX por aquel tenor italiano -. No obstante, el alcalde Varela Sotelo, al igual que otras autoridades, pensaba que era necesario que la tía del rey prorrogase más horas de estancia en la ciudad, para que pudiese realizar, al menos, una mínima parte del programa establecido. La turné se había preparado con el mismo esmero que se había hecho dos años antes para recibir a su sobrino, Alfonso XIII. La Comisión, incluso, había pensado en el hospedaje de la infanta y de su comitiva, en las habitaciones del ángulo sudeste del Centro Provincial de Instrucción que tenía sus vistas a los jardines de Posío. En ellas se habían instalado tanto timbres como luz eléctrica. Habían quedado majestuosas. Además, era el lugar idóneo, para presumir del mobiliario que honraba, solo con verlo, la ebanistería de la industria ourensana.
No obstante, inesperadamente, el mismo día de la visita cundió la confusión. Los ciudadanos y las asociaciones encargadas de recibir a la infanta, desde las once de la mañana, bajo un sol de justicia, comenzaban a posicionarse en el Puente Mayor y en la calle Progreso, esperando que las salvas de bombas anunciasen, cuanto antes, la proximidad de la comitiva que acompañaba a “La Chata”. Pese a todo, cuando todo estaba preparado para agasajarla, con sorpresa, en el ayuntamiento se recibe un telegrama que anunciaba que, finalmente, el viaje lo realizaba en tren.
Enseguida, se les dio orden a las fuerzas de seguridad para que recolocasen a sus números en el nuevo itinerario. A ratos, inevitablemente, entre el bullicio se palpó el desencanto. Aun así, a las tres de la tarde, las autoridades recibían en la estación con todos los honores a la infanta. Antes de subir al Landeau de Temes, en la estación de Canedo, como marcaba el protocolo, era recibida por el gobernador civil, quien, a petición de la infanta, puso rumbo a las Burgas. Dese allí, la comitiva subió por las calles Pereira, Instituto, Santa Eufemia, Recreo, Juan de Austria hasta llegar a la catedral. Acompañada por el Prelado visitó la capilla del Santo Cristo, y contempló, entre otras joyas, tanto la Cruz de oro del siglo XV como el famoso Misal de Monterrey. En este incunable, su sobrino, el rey Alfonso XIII, había estampado, por deseo del Cabildo, a pesar de resistirse, su firma. Luego, era despedida por la puerta sur de la basílica para dirigirse hacia al Centro de instrucción.
La visita fue un visto y no visto. No había colmado del todo las expectativas. Por eso, cuando, en 1914, se propuso recorrer los rincones más recónditos de Galicia, trató de no estar sujeta al estrés de los compromisos protocolarios. No dudó en desempolvar la ruta que tenía planificada en 1906, ni en detenerse en los pueblos de tránsito de la provincia. Primero, hizo su parada en Melón -Victoria Cendón, le ofrecía un ramo de flores-; luego, en Ribadavia - visitó el templo de Santo Domingo, La Virgen del Portal y el Castillo-. Ya, a última hora de la tarde llegaba a Ourense. En esta ocasión, sí; permanecía dos días, en la capital, antes de partir hacia Zamora. Pudo recibir a una Comisión de mujeres, entre las que se encontraba la marquesa de Leis, Ilduara Feijoo de Sotomayor, María Galán de Monge o Filomena Dato, que le dieron la bienvenida. E incluso, a sabiendas de que la infanta era una amante de la fotografía, el industrial Arturo F. Magdalena, la obsequió con un álbum de piel que contenía 28 tarjetas postales con vistas de la ciudad… En esta ocasión, sí; todos pudieron homenajear a la que era la mejor embajadora de los Borbones.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Eduardo Medrano
TAL DÍA COMO HOY
El villancico más famoso del mundo
Berto Manso
LA OPINIÓN
El COB llegó tarde al pazo
Francisco Lorenzo Amil
TRIBUNA
Lotería y Navidad... como antaño
Iván González Decabo
DIARIO LEGAL
El Supremo pone en la diana al préstamo familiar
Lo último
FUERON SUBVENCIONADOS
China lanza aranceles de hasta un 42,7% a los lácteos de la UE
ESCÁNDALO EN LA IGLESIA
El papa León urge a una formación de los candidatos a sacerdotes frente a los abusos
"LA SOBERBIA DE GUARDIOLA"
Abascal no descarta pedir que Vox entre en el Gobierno junto a María Guardiola