Otra vez Óscar

MUJERES

Publicado: 08 jun 2025 - 01:05

Opinión en La Región.
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Hace algunas semanas les contaba la entrañable historia de Óscar, el gatito de un geriátrico en Estados Unidos. Un gatito callejero acogido allí, y que acompañaba a los ancianos en las últimas horas de su paso por la vida. Muchos de ustedes, queridos lectores, se han interesado por este misterioso caso, reconocido así por el doctor especialista en geriatría del establecimiento, David Sosa, y la doctora Tena, también geriátrica de la Universidad de Brown, sin obviar a las enfermeras y demás personal del citado establecimiento, testigos de este caso insólito.

Pues bien, ya que Óscar les ha llamado la atención, les complaceré con gusto, pues que también a mí me conmueve la vida y muerte de este precioso animal suave y mimoso, querido por todos los usuarios y trabajadores de la residencia. Óscar ha sido una verdadera estrella para la prensa hablada y escrita, y su figura ha sido fotografiada cientos de veces en todos los medios de comunicación y revistas internacionales. Por tanto, bien se merece que nosotros nos hagamos eco de ello, tras seguir la ruta de su pequeña vida y sentir que se haya ido para siempre.

Las fotografías nos lo muestran en los brazos de todos los que le querían, y se dejaba acariciar a pesar de su preferencia por la soledad y el silencio

Todos los animales, al margen de las facultades de Óscar, son un misterio más del mundo. Ellos nos ayudan a vivir, y nos muestran la belleza real. Los gatos, quien los conoce lo sabe, nos serenan y hacen entrañable el hogar. Estudiar a un gato, es ver la libertad, la independencia, la comodidad, la fiereza, el misterio… Las mentes más grandes del mundo, y las culturas más sobresalientes y poderosas de la historia, los adoraban. Y de los perros, ¿qué se puede decir de ellos? Son sinónimo de lealtad y cariño. Nos cuidan, nos advierten del peligro, nos defienden, nos buscan en los desastres, nos salvan la vida, jamás nos olvidan… Nos conocen y saben nuestro estado de ánimo y miran a nuestros ojos con los suyos húmedos, para consolarnos como si dijeran “estoy aquí, a tu lado”. Y parece que abrazan, que mitigan el dolor. Y eso parece que es lo que hacía Óscar con los pacientes que emprendían viaje sin retorno. Junto a ellos esperaba a que llegasen los seres queridos para el último adiós.

Las fotografías nos lo muestran en los brazos de todos los que le querían, y se dejaba acariciar a pesar de su preferencia por la soledad y el silencio. Y en solitario, silencioso y cálido, acompañaba con cuidado al enfermo.

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