África, un bebé milagro con origen ourensano

DISECCIÓN AÓRTICA

El primer caso en España de un nacimiento tras una operación de disección aórtica en la madre, tiene protagonistas de la provincia: Paciente y cirujano son de aldeas separadas por solo seis kilómetros

Isabel Carrera junto a África, su bebé de dos meses.
Isabel Carrera junto a África, su bebé de dos meses.

El Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo alcanzó un hito histórico para la medicina española: los protagonistas, un cirujano y una paciente de la provincia de Ourense y en especial, África, el primer bebé documentado en España nacido tras la operación de una disección aórtica en su madre, en medio del sexto mes de embarazo.

Francisco Estévez, cirujano cardíaco en el Álvaro Cunqueiro, originario de Freáns de Deva (Padrenda), y la madre de África, Isabel Carrera, nacida en Valongo (Cortegada), no se conocían pese a que sus aldeas de origen apenas están separadas por poco más de seis kilómetros, pero sus caminos se cruzaron el pasado 1 de mayo en una situación límite por la que quedarán vinculados para siempre.

Carrera, que actualmente reside en Salvaterra de Miño (Pontevedra), estaba embarazada de seis meses cuando ese día, mientras se encontraba tomando algo con su familia, sintió un intenso dolor en el pecho. “A los 10 o 15 minutos, la mano derecha se me empezó a adormecer, me empecé a marear, y pedí que me llevasen a urgencias”, relató la mujer.

Francisco Estévez, cirujano cardíaco en el Hospital Álvaro Cunqueiro.
Francisco Estévez, cirujano cardíaco en el Hospital Álvaro Cunqueiro.

Primero fue a Ponteareas, y en el camino ya se empezó a encontrar peor. De ahí la trasladaron en ambulancia a Porriño, desde donde la cambiaron a otra ambulancia, en este caso medicalizada al Álvaro Cunqueiro. En el hospital le hicieron un TAC, que dio uno de los peores resultados: una disección aórtica. “Vieron que tenía la aorta rota, desde el corazón hasta la femoral, entonces me dijeron que tenían que operarme de urgencias”, confirmó Carrera.

Según afirmó el cirujano, su caso fue una disección aórtica de tipo A, la variante más complicada de todas. “En condiciones normales tiene mortalidad muy alta si no se opera en las primeras 24 horas, entonces, incluso la operación tiene una mortalidad de un 25%, por complicaciones graves”.

En esta ocasión, el equipo quirúrgico partía de la condición de no contar con referencias previas. “Es algo excepcional porque estaba embarazada de 24 semanas y el feto en esas circunstancias no era viable porque a veces, y sí que hay algún caso publicado de que se hace una cesárea primero y luego se opera el corazón, pero la cuestión es que el feto no era viable en este caso y teníamos que operar a la madre sí o sí porque si no fallecería ya en las siguientes horas con alta probabilidad”, señaló Estévez.

Una intervención muy compleja, ya que para realizarla se necesita paralizar la circulación en todo el cuerpo durante aproximadamente media hora, excepto del cerebro de la madre, el resto del cuerpo hay que “dejarlo sin oxígeno, incluido el feto”.

Para ello se enfrió a la paciente hasta los 28 °C, “para preservar todos los órganos, incluido el feto, si se pudiera”, según expresó el cirujano. El milagro llegó cuando “al acabar la operación, hubo latido en el feto”, el primer caso documentado en España en estas circunstancias según afirmó Estévez.

“Al día siguiente desperté y lo primero que hice fue preguntar por el bebé”, manifestó Carrera, que se despertó sin saber lo que había pasado, por lo que le tuvieron que explicar todo lo sucedido. Vivió una “recuperación muy buena”, a pesar de la incógnita constante por el estado de su bebé, que podría haber sufrido daños neurológicos.

“Yo me recuperé, después me dijeron que la niña tenían que verla, porque fueron ocho horas de operación y que estuviera viva ya era un milagro, porque al tardar tanto tiempo, la niña con la sedación podía quedarse y también me dijeron que no sabían los daños que podía traer, porque estuvo mucho tiempo sin riego”, indicó la madre, que confirmó que “a los siete meses y medio, me hicieron un TAC dentro de mí a la cabeza de la niña y ahí me dijeron que estaba todo bien, que gracias a Dios no había ningún daño neurológico”.

Tras tres meses de “prueba tras prueba” después, en agosto, Isabel Carrera dio a luz mediante cesárea a África, una niña que llegó al mundo completamente sana y cuyo nacimiento, como destacó Estévez, “contribuye a generar evidencia científica para el futuro”.

“Fueron tres meses de pruebas y espera, después ya me programaron una cesárea porque yo no podía tener un parto natural por la operación del corazón y decidieron, en vez de ponerme la epidural, dormirme de todo por la tensión porque igual me ponía nerviosa aquí así que controlaba mejor la tensión, así que me dormían. Cuando desperté me llevaron para el área de cirugía cardíaca en vez de maternidad, por si acaso tenía alguna complicación y fue todo bien gracias a Dios”, manifestó la mujer.

Hace poco más de una semana, el cirujano, la madre y el bebé se volvieron a reencontrar tras una revisión, en una reunión descrita por Carrera como “muy especial y emotiva, fue todo muy cercano, muy familiar”.

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