Las asociaciones vecinales de Ourense adelantan concentraciones contra las nuevas rutas de autobús
Transporte Público
El cambio en el transporte público ha generado indignación y dudas entre las agrupaciones
Los vecinos de Ourense no están contentos con el nuevo mapa del transporte público. Bien por las carencias que va a generar en los extremos de las líneas, bien por el incremento de transbordos que habrá que hacer para ir a los destinos habituales, o por mantener la desconexión con el autobús de la que adolecen algunos barrios.
Las zonas de periferia son, en principio, las más castigadas por la reducción de rutas en los autobuses de Ourense. Xosé Carballido, presidente de la asociación San Breixo, expresaba que “Seixalbo perde o 50% dos autobuses que tiña ata agora. A nos é unha lia troncal, que da servizo a toda a cidade, e non temos asegurado que vaian a darnos un maior servizo, iso ten á xente preocupada”. En un sentido semejante se pronunciaba, desde la agrupación vecinal de Rairo, Puri Vidal. “Sentimos que es un recorte, y eso nunca ha sido beneficioso”, explica Vidal sobre la nueva red de transporte público. “La población de Rairo es gente mayor, muchos de ellos con necesidad de ayuda para andar o moverse, y el nuevo mapa nos obliga a hacer transbordos constantes. Además, los fines de semana tendremos frecuencias de 90 minutos. Se llega antes en tren a Coruña. Están los ánimos muy caldeados”, añade.
Nos mobilizaremos para que o transporte urbano siga sendo un servizo que dea resposta ás necesidades reais da veciñanza
Concentraciones
Los vecinos de Rairo, junto a la asociación de As Curuxeiras, estudian convocar una concentración de protesta contra la nueva distribución del bus urbano. “La ruta que nos corresponde no es normal”, comenta Jose Manuel Casares, presidente de la Asociación vecinal de As Curuxeiras, “nos quita las paradas en el Posío y la Alameda, que usaban los chicos para ir al instituto y los mayores para desplazarse a la Plaza de Abastos. Hemos propuesto al Concello convertir la línea 6 en 6.1 y 6.2 para incluir esas paradas. Si no acepta, tomaremos las medidas que correspondan”, adelanta Casares.
La vía de la protesta es también la que han tomado los vecinos de Beiro, Vilar de Astrés, Palmés e Castro de Beiro. Eugenio Iglesias, presidente de la Asociación vecinal de Beiro, comentaba que “reunímonos para analizar as novas liñas. Tras o encontro, coincidimos en que o que o alcalde pretende impoñer non soluciona as necesidades da poboación. Nos mobilizaremos para que estas catro parroquias queden debidamente atendidas e para que o transporte urbano siga sendo un servizo que dea resposta ás necesidades reais da veciñanza”, aseguraba Iglesias.
Desconfianza
En otros barrios de la ciudad, el consenso vecinal es esperar a ver el funcionamiento de la nueva línea, pero sin grandes esperanzas de que se resuelvan los problemas que presenta el mapa aún vigente. Manuel Álvarez, presidente de la Asociación de Vecinos de Velle, comentaba que “nosotros tenemos la líea 10, que se queda como está por las obras de la avenida de Portugal, pero el minibús que hacía un recorrido por el pueblo parece que lo van a quitar”. En A Ponte “hay mucho enfado”, reconoce Olga Giráldez desde su colectivo vecinal, “en las reuniones se comentó el tema de los transbordos y los cambios de parada. Yo entiendo que las líneas - las del mapa que desaparece - no estaban mal, solo habría que añadir otras”.
Mientras tanto, en Santa Teresita “imos darlle unha volta”, afirma Senén Rodríguez, presidente de su asociación de vecinos, “porque hai distintas opinións, e algunha queixa. Aínda estamos a tempo de correxir algún defecto e mellorar as frecuencias”.
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