Carlos Osoro, exobispo de Ourense: "Guardo mucho cariño a su gente y lloré al irme"

EL PAPA QUE LLEGÓ DE LATINOAMÉRICA

El exobispo de Ourense y cardenal elector, Carlos Osoro Sierra, viajará a Roma para participar en las exequias del pontífice argentino y formará parte del cónclave del que surgirá el siguiente pontífice

El cardenal Carlos Osoro durante una visita a Ourense.
El cardenal Carlos Osoro durante una visita a Ourense. | José Paz

Han pasado 23 años desde que Carlos Osoro Sierra (Castañeda, Cantabria, 1945) abandonara la diócesis de Ourense, donde comenzó su camino episcopal a finales de 1996. Desde entonces, ha recorrido las archidiócesis de Oviedo, Valencia y Madrid antes de recibir el capelo cardenalicio de manos del papa Francisco en noviembre de 2016.

En los próximos días le tocará viajar a Roma para participar en las exequias del pontífice argentino, y formar parte del cónclave del que surgirá el siguiente pontífice, correspondiéndole el derecho de ser elegido y el deber de votar. Una tarea que dice asumir “con muchísima paz y tranquilidad”.

Pregunta.¿Como recibió la noticia del fallecimiento del papa Francisco?

Respuesta.Con dolor ¿no? Porque hemos tenido un papa excepcional. Un hombre cercano, un hombre que ha servido a la Iglesia, y que nos ha puesto un horizonte misionero muy singular y muy especial. He de agradecerle a Dios el haberlo tenido como sucesor de Pedro, y deseo que el Señor le de la recompensa en la que él creyó, y en la que nos enseñó a vivir.

P.Fue también el pontífice que le ordenó a usted cardenal ¿Se acuerda de aquellos momentos?

R.Para mi fueron especiales, porque nunca esperé ser cardenal. Estoy muy agradecido que me haya elegido para el colegio cardenalicio, y agradecido a Dios de que se sirviera de él para que yo pudiera vivir ese momento especial de servicio singular a la Iglesia.

P.¿Qué significó para usted que le eligiera cardenal?

R.Una responsabilidad más. Cuando uno es ordenado sacerdote y después obispo, las cosas cambian. Luego vinieron también los cambios de lugares como los que yo he vivido -ha desempeñado su labor en Ourense, Oviedo, Valencia y Madrid- como obispo y sucesor de los apóstoles.

R.Llegar a cardenal no es un título más, es una responsabilidad que te entrega el Santo Padre para el servicio de la Iglesia. Una Iglesia a la que yo he elegido servir con toda mi fuerza y con toda mi vida.

P.Pasó de ocuparse de una diócesis pequeña como la de Ourense hasta gestionar un lugar como Madrid ¿Cómo vivió esa evolución?

R.He estado en muchos sitios. Fui obispo de Ourense, y arzobispo de Oviedo, Valencia y Madrid -pasó a ser emérito en 2023-. Han sido quizá muchos cambios, pero con un agradecimiento especial.

R.A uno le cuesta cambiar. Cuando ya está en un destino, y conoce a la gente, volver a empezar cuesta. Para mí es motivo de agradecimiento, porque me ha permitido conocer mejor la realidad de la Iglesia en España.

P.¿Y cuál sería esa realidad en abril de 2025?

R.Hablamos de una Iglesia que quiere ser misionera, que se ha puesto al servicio de los hombres con la singularidad que tiene el momento histórico que estamos viviendo. Una Iglesia que desea anunciar el Evangelio, y lo hace con todas sus fuerzas. Y que está emocionada por el momento que estamos viviendo, y por la necesidad que tiene el ser humano de conocer el Camino, La Verdad y la Vida. Es lo que nos ofrece Jesucristo, y la Iglesia está empeñada en anunciarlo y descubrirlo.

P.Ourense fue su primer destino como obispo ¿cómo recuerda esos años?

R.Muy felices. Para mí Ourense tiene siempre un hueco en mi corazón que no puedo olvidar. Allí pasé unos años muy felices, de mucha creatividad. Recorrí toda la diócesis y viví momentos entrañables. Lo agradezco mucho, porque en Ourense aprendí a ser obispo, me enseñó a ser obispo. Y tuve la buena enseñanza y la gran sabiduría de todos los ourensanos para saber estar, saber vivir y saber ayudar.

R.Un ourensano nunca mira para sí mismo, como ningún gallego en general. Son una comunidad que siempre miraron para los demás, y se abrieron a todos los demás, sin que importara el lugar al que fueron.

P.Hablaba de la dificultad de volver a empezar. Es posible que tenga que volver a empezar. Quizá en Roma. ¿Cómo afronta ese momento?

R.Con muchísima paz y tranquilidad, porque hay gente muy buena conmigo que va a afrontar con sabiduría el servicio de la Iglesia a toda la humanidad. Y la tarea que en estos momentos que la Iglesia tiene, una tarea misionera de anunciar el Evangelio hasta sus últimas consecuencias.

Yo creo que, en el mundo en el que vivimos y la situación en la que estamos, dar testimonios de las acciones de Jesucristo nos da una fuerza especial.

P.Dicen los expertos que siempre se elige al papa que la Iglesia necesita ¿Qué tipo de papa cree que necesitará la Iglesia?

R.Yo no soy profeta ni hijo de profetas. La sabiduría entre quienes vamos a votar la pone nuestro Señor, y seguro que saldrá elegido aquél que la Iglesia necesita en estos momentos.

R.Yo creo eso de verdad ¿no? Me parece que hacer predicciones no corresponde con lo que el Señor quiere que la Iglesia tenga. Y en ese sentido, los cardenales nos reunimos para buscar a la persona que mejor pueda dirigir en este momento la Iglesia. Y así va a ser, porque en realidad quien elige es el Señor.

P.Hay una particularidad en el cónclave, y es que varios de los electores fueron nombrados cardenales durante el pontificado de Francisco ¿Estará su espíritu presente?

R.Así es. Ha sido una gracia de Dios el tener al papa Francisco con esa capacidad que ha tenido para mostrar las líneas por las que tiene que ir el camino de la Iglesia

P.Llega el cónclave en un contexto muy complicado ¿Se esperaba esta situación a la hora de elegir un nuevo papa?

R.Pero el futuro de la Iglesia lo marca la fuerza del Espíritu Santo. Como yo creo en eso con todas mis fuerzas y con todas las consecuencias, y como hemos visto a través de la historia; es el Espíritu quien va marcando la dirección. Los hombres podemos empeñarnos en muchas cosas, pero saldrá muchas veces lo contrario a lo que deseamos porque el Señor es quien nos dirige.

R.Con ese convencimiento he vivido yo siempre. Nos piden que trabajemos con todas nuestras fuerzas, y él nos muestra el camino.b

P.¿Volverá por Ourense después del cónclave?

R.Tengo ganas de volver a Ourense, como puede comprender. Me enseñaron a ser obispo, y viví allí momentos muy felices. De Ourense yo me marché llorando, porque sentí el cariño de la gente y quise a la gente de verdad. Viví y fui muy feliz, y tengo que agradecer a la diócesis que me enseñara a ser obispo.

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