César Llana, director del Arqueológico de Ourense: "Al Ministerio de Cultura le ha faltado voluntad para acabar la obra"

César Llana (Pravia, 1958) cogió las riendas de la gestión provisional del Museo Arqueológico Provincial en verano y en enero fue nombrado de forma oficial como nuevo director. A pesar de las “sucesivas” dificultades en las obras, confía en guiar la reapertura de la institución. 

Pregunta.Vayamos al grano ya en la primera pregunta, ¿tenemos fecha para la finalización de las obras?

Respuesta.A mí como director no me consta ninguna fecha. Lo que me llega es “a lo mejor para…”, “quizás para…”, pero no hay ninguna fecha oficial que yo conozca. 

P.En su última visita a los trabajos, allá por 2023, el delegado del Gobierno afirmó que el proyecto estaba “enfilado” para mediados de 2024 y cifró el avance de las obras en un 30%. ¿Se atreve usted con porcentajes?

R.Sé que en el último año se ha estado trabajando muy rápido. La primera vez que tuve la oportunidad de visitar las obras en julio del pasado año, me dio la impresión de la que la infraestructura del edificio estaba muy avanzada. Ahora bien, falta todo el interior claro y luego montar la exposición. Calculo que una vez acabe la obra haría falta un año para equipar el museo.

P.¿Cómo está siendo la toma de contacto con el cargo?

R.Lo afronto con mucha ilusión. Es el museo más antiguo de Galicia y tiene una trayectoria y una colección estupendas. Es una oportunidad que considero una fortuna. Claro que me gustaría que estuviese abierto, pero hay que aclarar que varios de nuestros servicios como la investigación, la catalogación y la biblioteca siguen funcionando. Además, tenemos dos exposiciones, una en San Cibrao de Lás y otra en San Francisco. Nos falta claro lo más importante, que es reabrir la exposición permanente. Lamentablemente, lleva más de 20 años cerrada y eso es un desastre. Hay generaciones enteras que ignoran que Ourense tiene un museo arqueológico y nos va a costar recuperar ese terreno perdido.

P.Llega tras dirigir el Museo Etnológico de Ribadavia, que es uno de los que mejor funciona en la provincia, ¿no le generó cierta reticencia el ofrecimiento de ser director de un museo cerrado?

R.Estaba muy a gusto en Ribadavia, las cosas como son, y mi intención era acabar allí mi carrera profesional. Cuando llegó el ofrecimiento, de entrada mi primera respuesta fue que me lo tenía que pensar. Acepté porque tenía que salir de mi zona de confort y por el reto que supone dirigir una institución como esta, aunque soy consciente de que es posible que el museo no abra en el tiempo que yo esté aquí.

P.¿Cómo se puede mantener vivo un museo cerrado?

R.Los que me precedieron han hecho un gran trabajo por mantener la presencia física del museo a través de iniciativas como la pieza del mes o recorriendo con exposiciones temporales la provincia. Desde el museo hacemos lo posible por estar presentes entre la ciudadanía. 

P.Sé que los supuestos no gustan, pero pongámonos en el caso de que reabre el Arqueológico, ¿qué tipo de museo le gustaría dirigir?

R.Afortunadamente, yo llegué aquí con casi todo el trabajo hecho por el equipo que me precedió. El plan museológico está muy avanzado y prevé una lectura muy completa de la historia de Ourense.

P.Si nos abrimos al abanico de la oferta cultural de la ciudad, podríamos catalogarla como escasa con solo un museo abierto que es el catedralicio.

R.La realidad ahora mismo es esa. Cada institución hace lo que tiene en sus manos y en sus competencias, también tenemos cine y teatro que completan esa oferta.

P.¿Es la situación del Arqueológico un fiel reflejo del abandono que sufre la provincia?

R.Lamentablemente, en este caso todo lo que podía salir mal, salió mal. Primero quebró la empresa que gestionaba el archivo histórico, lo que retraso todo el proceso. Después llegó la crisis del 2008, el covid y hasta la anécdota de la cigüeña que hizo su nido en una de las grúas y acabó paralizando las obras. Eso, por un lado, por otro creo que el Ministerio de Cultura podría haber hecho más, sinceramente. En mi opinión, ha faltado por su parte una voluntad clara para acabar con las obras. Creo que las instituciones provinciales y autonómicas deberían recordarle al Gobierno que ya está bien.