EL AMOR INTENTA RESISTIR
Los divorcios caen un 20%, pero aún hay más de uno al día en la provincia
INACCIÓN
La mina de oro de Ourense, más allá de no explotarse como debería, está abandonada a suerte, con unas termas públicas olvidadas y con un servicio ineficaz para su uso. En la ciudad hay registrados oficialmente más de 200 brotes de agua termal, y se aprovecha solo una ínfima parte de ellos, habiendo apenas cinco zonas termales públicas disponibles. Esto supone un grave desaprovechamiento, que según indica el portavoz de Amigos das Termas, Kike Camoeiras, se eleva hasta unas pérdidas de cinco millones de litros de agua termal al día, que en su mayoría se diluyen pierden en la corriente del río Miño.
Significa que cada ourensano desaprovecha cincuenta litros de este recurso diariamente, que podría utilizar para calefacción, mediante su potencial geotérmico, para uso sanitario y para ampliar la propia oferta de ocio del ciudadano. “Las zonas termales son como los centros de día para los mayores”, resaltó Camoeiras, ya que son los que más disfrutan de esta opción, “especialmente por las mañanas”, y los que son mayoría en la sociedad ourensana. En este sentido, también existe un gran potencial para relacionar las aguas con la longevidad ourensana.
Además, esta falta de explotación termal, limita extraordinariamente la oferta turística, con una capacidad inferior al centenar de personas entre todas las zonas que no cubre ni de cerca el pulso turístico en temporada alta, lo que también genera insatisfacción entre los que visitan Ourense, muy negativo para el desarrollo de cara al futuro. “Hemos llegado a contabilizar en alguna de estas fechas señaladas más de 500 autocaravanas entre la zona del Tinteiro y de Outariz”, señaló el portavoz.
“Hay mucha demanda, pues entonces haz oferta”, indicó Camoeiras, ya que cuanta más y mejor exista, se creará un mayor efecto llamada entre los turistas, en vez de colas de dos o tres horas en los recintos privados, que lo único que crea es malestar. “Ojalá hubiese diez termas privadas y hubiese veinte públicas, porque cuanto más ofrezcas, más gente va a venir”.
Actualmente, el termalismo ourensano genera mucho menos trabajo del que podría ofrecer a la ciudadanía de la ciudad por su potencial. “Solo hay entre 25 y 30 personas que viven directamente del termalismo”, manifestó Camoeiras.
Cada ourensano ha invertido ocho euros de su bolsillo en impuestos para que la piscina pública de As Burgas continúe cerrada tras seis años. “Primero se gastaron 600.000 euros en el arreglo, luego hubo que gastar otros 200.000 porque cuando el Concello recepciona la obra, resulta que pierde agua y hay que volver a gastar otros 200.000 euros”, matizó el portavoz de Amigos das Termas.
Estas termas públicas cuentan con un espacio considerablemente insuficiente a pesar de su reciente reforma. La capacidad máxima de este lugar, que son las que más ciudadanos acaparan en su entorno, por la mayor cercanía a la ciudad y para tomar el sol, es de únicamente trece personas. Las privadas acaban de reabrir sus puertas tras tardar seis años en volver a estar operativas tras el incendio de 2019.
Uno de los espacios más lastrados en los últimos años, que perdió toda su verdadera esenci, desde la obra realizada por el Concello hace más de un año. Quitaron los seis lavapiés de los que el público quería y de lo que disfrutaba, siendo ya una tradición instaurada entre los ourensanos de mayor edad, como denuncian desde Amigos das Termas. Por si fuera poco, el agua actualmente sale a solo 28 grados, cuando su temperatura debería ser de unos 43, debido a que está mezclada con la del río.
La inacción es el lastre de este espacio, al no estar declarada oficialmente su agua como termal. “Desde hace 21 años, los diferentes alcaldes y concejales de termalismo no se han preocupado o no han querido solicitar que les declaren agua mineromedicinal”, dice Camoeiras.
Otra inversión ineficaz, de cerca de 200.000 euros, con los que las cafeterías y las terrazas de la zona nunca se recuperaron, pese a que eran dos de los motivos que más atraían al público. En la parte de Burga de Canedo, dos de los cuatros vasos permanecen cerrados, sin respuesta del Concello, que además indicó que la Xunta proporcionó tanto en 2023 como en 2024 una suma de 400.000 euros al Concello, para termalismo público, que en ambos años se devolvió.
La falta de accesibilidad mediante trasporte a las termas es uno de los principales lastres que está sufriendo en los últimos tiempos, debido a las restricciones del gobierno municipal que limitó el uso del tren de las termas solamente a sábados, domingos y festivos, una decisión inexplicable, y dejando unos horarios y frecuencias insuficientes para la demanda de viajeros. “Este fin de semana, 40 personas se quedaron en tierra porque el último tren iba lleno”, destacó Kike Camoeiras.
Aparte de contar con zonas insuficientes para aparcamientos de autocaravanas, estos tienen unas condiciones catastróficas e insuficientes, sin servicios mínimos como agua, luz o baños y sin seguridad. “Ellos estarían deseando que se les cobrase, que el señor que tiene una autocaravana tiene un poder adquisitivo bastante alto y ese señor no trae la comida de su casa, se gasta el dinero aquí, va al bar va a tomar cerveza, va de copas, compra en el supermercado”, por lo que es un activo en riesgo de perderse en la ciudad al ser maltratado.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
EL AMOR INTENTA RESISTIR
Los divorcios caen un 20%, pero aún hay más de uno al día en la provincia
CONFLICTO EN EL OCIO NOCTURNO
Reconoce una agresión a las puertas de una discoteca de Ourense
DESCENTRALIZACIÓN DEL GRADO EN MEDICINA
La Facultad de Medicina de la USC dice ahora ‘sí’ al acuerdo
VIGENTE ENTRE 2025 Y 2029
Convenio entre Diputación y Sanidade para el deporte asistido en el Paco Paz
Lo último
COYUNTURA ECONÓMICA
Japón sube los tipos de interés hasta el 0,75% y alcanza su máximo en 30 años
ELECCIONES AUTONÓMICAS
Gráfico | Así ha votado Extremadura desde 1983: clara predominancia del PSOE