Un día de conexión terapéutica
BALNEARIO DE ARNOIA
El balneario de Arnoia acogió una jornada fruto de la colaboración entre la Afaga y la Fundación San Rosendo titulada “Conectándonos” para mostrar los beneficios de la Unidad Terapéutico Termal para enfermos y familiares.
Dicen algunos médicos que no hay enfermedades, sino enfermos. Y es que, más allá del diagnóstico clínico, son muchas las circunstancias vitales que trastoca la aparición de una enfermedad. Sobre todo si esa enfermedad conlleva un deterioro cognitivo para el que no da tiempo a prepararse al paciente pero menos todavía a su entorno. En este contexto, en cada diagnóstico emerge inexorable la figura del cuidador; antes esposa, marido o hijos. El suyo es un trabajo al que se accede sin ningún tipo de titulación ni preparación más que el amor hacia sus familiares, a quienes cuidan en la mayoría de los casos llegando a olvidarse de sí mismos.
Pensando en todos ellos, enfermos de alzhéimer y familiares-cuidadores, el balneario de Arnoia acogió una jornada fruto de la colaboración entre la Asociación de Alzhéimer de Galicia (Afaga) y la Fundación San Rosendo. Bajo el título “Conectándonos”, ambas entidades propusieron una convivencia coincidiendo con la conmemoración del Día del Alzhéimer. El objetivo era mostrar a los particiantes los beneficios que puede aportar la Unidad Terapéutico Termal del Balneario Arnoia a enfermos y familias también desde el punto de vista del fundamental autocuidado de los familiares para garantizar el bienestar de los enfermos.
Espacios de encuentro
En palabras del presidente de Afaga, Juan Carlos Rodríguez, se trata de una experiencia piloto con la que crear “espacios de encuentro y de relajación para las familias y darle otra visión a esta presión del día a día de los cuidados”. Durante una jornada dominical de convivencia se puso de manifiesto que “es fundamental entender que el ocio terapéutico tiene que formar parte de la intervención cotidiana, igual que hay actividades de centros de día que desarrollamos y otro tipo de actividades con familia, estos espacios de encuentro son muy interesantes y este además es un balneario bien dotado, un espacio muy bonito y la gente está encantada”, explica, teniendo en cuenta “un recurso tan bueno como el agua y sus efectos terapéuticos”.
Del otro lado, Raquel Gavilanes y Montse Regueiro, responsables del complejo de Arnoia, relatan que la jornada consiste en “unha primeira toma de contacto, unha experiencia piloto” con la que ir consolidando esta nueva Unidad Terapéutico Termal. “Somos parte da Fundación San Rosendo, co que iso supón en Galicia a nivel de coidado en xeriatría, polo que cremos que é unha boa colaboración con Afaga porque é o noso campo”.
Esta colaboración se materializa en una oferta termal pensada tanto en el paciente como en el cuidador. Este último disfrutando de todo el relax que ofrecen las aguas termales y en el caso de los los enfermos “que tamén poidan aproveitar esa parte de relax e ter a atención que nós dispensamos dende o lado dos coidados”.
Así, durante la mañana todos los participantes realizaron actividades conjuntas de relajación en la zona del balneario y, ya por la tarde, emprendieron caminos separados. En el caso de las personas con deterioro cognitivo, un taller en este caso de musicoterapia, y, para los cuidadores una actividad de formación en la que pusieron en común sus situaciones, con los nexos comunes del cariño y las ganas de cuidar a su familiar lo mejor que pueden. Es el caso de Mariló Capón, quien “nunca había tenido relación con otros enfermos de alzhéimer”. Ahora, con su marido diagnosticado, agradece este tipo de terapias en grupo, en la que ha podido reafirmar que “verdaderamente cada persona con alzhéimer es totalmente diferente; no hay una regla, sino que cada uno tiene sus particularidades”.
Al tiempo que la cognición de los enfermos se va deteriorando, la vida de los cuidadores va pasando a un segundo plano. “O cuarto”, bromean. De ahí la necesidad imperiosa del autocuidado en la que incidió esta jornada. “Yo trato muchas veces de desconectar, de hacer otro tipo de actividades, porque consume; pero si desconectas, cuando vuelves, tienes otras energías y otra capacidad de entender”, puntualiza Mariló.
A ese punto todavía no ha conseguido llegar Juan Montes, otro de los participantes. Si bien ya había vivido el alzhéimer de su suegra, entonces “sus tres hijas y yernos nos acompañábamos”, pero ahora, con su mujer, “siento la soledad”. Gallego de adopción, lamenta no tener una red sobre la que apoyarse para que estos cuidados le resulten más llevaderos. Por eso, valora de forma muy positiva este “Conectándonos” que disfrutaron en Arnoia y que le ha permitido sentir esa conexión con otras personas que están pasando por lo mismo.
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