El minifundio del agro ourensano lastra la llegada de fondos de la PAC

SECTOR AGRÍCOLA

Los 21,5 millones que se pagaron en la provincia apenas suponen el 10% de la inversión en Galicia

Campos de cultivo en la comarca de A Limia.
Campos de cultivo en la comarca de A Limia. | Archivo

El sector primario ourensano se encuentra en retroceso, según afirman tanto los agentes dedicados a ese terreno laboral como las estadísticas del Ministerio de Trabajo. La alta edad de los propietarios, la falta de relevo laboral y la propia configuración de las explotaciones, en su mayor parte de pequeño tamaño, dificultan la profesionalización de agricultura y ganadería e impiden el acceso a líneas de ayuda y desarrollo dentro de la Política Agraria Común (PAC)

Durante la campaña 2022-2023, la última de la que se tienen datos consolidados, la provincia de Ourense recibió 21,5 millones de euros dentro de la PAC, de los cuales 14,9 fueron ayudas directas a explotaciones y otros 6,6 se destinaron a programas de desarrollo. El cómputo total supone apenas el 10% de los fondos que se repartieron en toda Galicia, pese a que Ourense tiene la tercera mayor superficie agrícola, con 83.042 hectáreas, según el censo elaborado por el Instituto Nacional de Estadística. 

Carlos Basalo, portavoz de Unións Agrarias (UUAA), explica que “as axudas están moi ligadas ás explotacións, e moitas veces non se solicitan, sobre todo en sectores coma o vitivinícola”. Según Basalo, “non se fai pola propia estructura das axudas, que requiren un traballo moi farragoso, e polo tamaño das explotacións, que fan que as aportacións da PAC sexan moi pequenas”. Su compañera del Sindicato Labrego Galego (SLG), Ana Rodríguez, añade que “os pagos por hectárea perxudican a Ourense polo seu perfil minifundista”. 

El último Censo Agrario realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) mide en Ourense 97.474 hectáreas cultivables, de las cuales 83.042 se encuentran en uso, un 85%. El problema surge cuando se reparte esa superficie entre las 12.966 explotaciones registradas, que deja una media de 6,40 hectáreas por explotación, por debajo de la media gallega, que roza las ocho.

Tramitación farragosa

Al problema del tamaño hay que sumar las complicaciones burocráticas que pueden surgir durante la solicitud. Ana Rodríguez incide en que “é moi importante declarar todo correctamente para non ter problemas despois”, comenta en referencia a que muchos errores de tramitación han acabado en multas. “No SLG estamos realizando reunións e formacións dende 2023, porque moitas veces custa orientarse entre todos os requisitos”, añade.

Carlos Basalo también incide en la necesidad de simplificar los trámites, campo en el que ambas formaciones trabajarán de cara a la apertura del próximo período de ayudas, que arranca en 2027.

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