El Nadal de Ourense: las luces de bienvenida a miles de inmigrantes para el futuro

En el año 2024 llegaron a Ourense 6.147 inmigrantes procedentes del extranjero, la cifra más alta de las registradas hasta la fecha y que duplica la del año 2019. La provincia se ha convertido así en un refugio para numerosos habitantes de terceros países, sobre todo procedentes del continente americano. Las cifras de 2025 aún no las ha publicado el INE, pero por los avances presentados todo parece indicar que se van a superar estos registros.

Entenderse con la nueva sociedad para este colectivo supone, a menudo, un reto sentimental e idiomático. Sin embargo, a pesar de los inevitables desencuentros en fases iniciales, existen momentos de tregua donde el ánimo festivo inunda las calles con luces y adornos, que traen consigo una reafirmación del sentido por el cual se emigra.

Una etapa de renovación

El Nadal en Ourense supone para varios de estos grupos migrantes procdentes de América Latina una oportunidad donde recuerdos y afectos vuelven a través de la gastronomía y las tradiciones arraigadas en su acervo. El vínculo cultural con España hace de los últimos días de diciembre unas fechas donde vienen de la mano la ilusión y el descubrimiento. José y Alejandro Martínez (padre e hijo) llegaron de Cuba en marzo y noviembre respectivamente. José tiene 63 años, es doctor en Matemáticas y reinventarse para él fue una cuestión de proyectarse sin remilgos para lograr tener el futuro que nunca pudo ser en una isla de promesas y militancias férreas. En Ourense trabaja de auxiliar de cocina en una residencia y, a pesar de que su edad pudiera ser una justificación para rendirse, José no entiende de cansancios o derrotas sin luchas. La Navidad para él es una etapa de renovación.

Los villancicos le han resultado una de las mayores novedades. “Me parece algo espectacular, el espíritu navideño que existe en la gente, el entusiasmo de reunirse en familia, con amigos, de viajar a otras ciudades y pueblos para ver el encendido de las luces. El hecho de comprar un cupón de lotería con el sueño de poderla ganar. Detenerse a observar el engalanado de las calles”, apunta quien también fuera profesor universitario sobre esta festividad que en Cuba estuvo prohibida por el régimen caribeño desde 1969 hasta 1998.

Alejandro, de 30 años, es licenciado en Psicología y trabaja como asistente en el KFC del Centro Comercial Ponte Vella; sobre experimentar sus primeras navidades ourensanas comenta: “La ciudad cambia de una forma increíble. Es muy bonito observar cómo las personas y negocios son adornados. Es bastante contagiosa la vibra navideña, la atmósfera y expectativa que surge en estos días”.

Festividad auténtica

En el caso de José, encuentra llamativo “las luces, las posibilidades de compras con rebajas, el ambiente en las calles”, mientras que su hijo destaca lo auténtico de la festividad y cómo es asumida por “el hecho de ver las personas salir a pasear, mirarlas reunidas en un parque, en torno a un árbol haciéndose fotos. De donde vengo no hay nada de eso. Aquí en Ourense se nota un sello propio”. Otro de los aspectos que lleva un espacio relevante es la gastronomía, que ambos han tenido oportunidad de conocer y ahora también se les presenta como una ocasión ideal para probar los platos, dulces y postres tradicionales concebidos por esos días. “En Cuba era difícil ya disfrutar de una tradición, aunque lo mejor se guardaba para la Nochebuena. Aquí pienso disfrutar la cocina gallega” asevera José.

Sobre las ilusiones e inevitables sensibilidades generadas por estas fiestas, Alejandro señala: “La ilusión principal era venir y lo logramos, por supuesto extrañamos al resto de la familia”. Desde su visión paterna, José apunta: “Mi mayor ilusión sería reunirnos todos. A pesar de ello, creo que por primera vez mi hijo y yo estamos disfrutando de una verdadera navidad”.

En el Nadal ourensano, donde se reúnen tantos abrazos como acentos, las miles de luces instaladas en calles y edificios ejercen de faro de bienvenida al año nuevo y a quienes han hecho de “la ciudad de la chispa” su nuevo hogar.