Cada ourensano consume una media de cerca de 115 litros de agua al día

Ourense se nutre hídricamente de agua a partir de dos Estaciones de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) determinantes para una gran mayoría de los habitantes de la ciudad, ya que el suministro alcanza a más de 85.000 habitantes, más de un 80% de los vecinos del municipio.

El origen del agua en los hogares ourensanos se divide por el río Miño: El sector del centro de la ciudad, O Couto o Seixalbo, entre otras zonas, recibe su suministro de la ETAP de San Francisco, que llega a más de 65.000 personas, casi dos tercios de la ciudad, mientras que la ETAP de Coíñas, que cubre a cerca de 20.000 habitantes, de los barrios de O Vinteún o A Ponte y de zonas rurales como Santa Cruz de Arrabaldo o Vilar de Astrés. La gran excepción es Quintela, que pese a estar en el margen derecho del río, sí que recibe su suministro desde la estación situada junto al Auditorio.

Estas dos plantas están gestionadas por Viaqua, que marca el consumo diario por habitante en 114,8 litros. Una cifra que puede dar la primera impresión de ser muy elevada, pero que se aleja de la media nacional y gallega que se sitúa en 128, según recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El gasto en Barbadás es todavía menor, con 108,6 litros por habitante, e incluso más bajo en Celanova con 85,6 mientras que en O Carballiño la cifra asciende a 121,4 y en Pereiro de Aguiar se consume por encima de la media, con 134,3.

Otras ciudades de la comunidad gallega, también son administradas por Viaqua, como Pontevedra y Santiago de Compostela. La empresa gestora marca el gasto de los pontevedreses en 93,7 litros al día y el de los compostelanos en 121.

En el general de España, los más despilfarradores son los cántabros, con 187 litros por persona al día, mientras que los más ahorradores son sus vecinos vascos con 85.

22 millones de litros al día

Más allá del consumo, que en la ciudad se aproxima a un total de 10 millones de litros diarios, entre las dos plantas anteriormente nombradas se tratan todos los días, según señalan desde Viaqua, unos 22 millones de litros, 12,25 millones en San Francisco y 9,76 en Coíñas.

En cuanto a la calidad del agua, destaca que en estas estaciones se realizan controles cada dos horas los 365 días del año, en los que no han registrado ningún incumplimiento del Real Decreto 03/2023 de 10 de enero, por el que se establecen los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro (propiedad de las infraestructuras, reclamaciones o planes sanitarios del agua).

Durante el año 2024 las quejas recibidas relacionadas con aspectos dentro del alcance del RD 3/2023, de 10 de enero han sido inferiores al 0,1% de la población suministrada.

El agua de ambas plantas pasa por un complejo proceso de tratamiento, de hasta diez etapas. El método arranca con oxidación, con el objetivo de reducir materia orgánica, hierro, manganeso o sustancias precursoras de malos olores, luego se pasa al ajuste de pH, dirigido a neutralizar la agresividad natural del agua de los ríos ourensanos de los que se nutren las plantas (el Miño y el Lonia), ya que proviene de sistemas minerales de formación granítica y poco mineralizada.

Posteriormente, se pasa a la coagulación y floculación, con las que se pretende incrementar la eficacia de las operaciones posteriores de sedimentación, clarificación y filtración, para eliminar sólidos suspendidos en el agua.

El paso definitivo es la desinfección, que se realiza a través de un compuesto químico fuertemente oxidante como es el hipoclórito sódico, que tiene como meta la prevención del crecimiento de algas, la oxidación de materia orgánica, la oxidación de iones inorgánicos de hierro y manganeso y toda sustancia que pueda provocar olores y sabores al agua.