En Ourense hay más de medio centenar de misioneros activos

MAYORMENTE MUJERES

Un total de 41 mujeres y 17 hombres realizan su labor en diversos territorios de cuatro continentes

Adolfo Zon con la población en una de sus misiones
Adolfo Zon con la población en una de sus misiones

La ciudad de Ourense cuenta con más de cincuenta misioneros repartidos por el mundo, concretamente entre cuatro continentes. Aunque muchos ya han retornado de sus misiones, otros siguen activos ayudando y colaborando en diferentes países. En total hay 58 misioneros activos (41 mujeres y 17 hombres).

Adolfo Zon Pereira, nació hace 68 años en Seixalbo, Ourense. Cursó estudios en los seminarios mayor y menor de Ourense y, posteriormente, se trasladó a Madrid a los misioneros javerianos, dónde cursó el último año de teología. Al terminar, se desplazó hasta Italia para realizar el noviciado y al regresar, cumplió el período de votos temporales durante tres años. En 1986 se ordenó sacerdote en la parroquia San Pío X. Tras cumplir el Servicio Militar Obligatorio en España, acudió a Pamplona como misionero juvenil, dónde estuvo siete años.

En febrero de 1993 se fue al estado de Pará, en Brasil. Tras cinco meses formándose en el conocimiento del idioma, la cultura y las costumbres de la zona, fue nombrado párroco por el obispo de Abaetetuba, en el delta del Amazonas. Esta era una parroquia compuesta por 62 comunidades ribeirinhas, es decir, comunidades dispersas por los ríos que forman un delta en la desembocadura del río Toncantins en este municipio de Pará. “Durante ocho años coordiné esa parroquia. Fue una experiencia muy bonita, porque trabajé con seglares. Me tocó hacer un poco como un pequeño obispo”, recuerda Adolfo Zon.

En su estancia en esta parroquia brasileña, se hacía presente tres veces al año en cada comunidad, ya que también contaba con períodos formativos que sucedían en la propia ciudad, dónde había un centro de pastoral y todos los meses se reunía con los responsables de las comunidades.

Después de ejercer este cargo durante más de siete años, volvió a España para “estudiar y hacer teología pastoral, y al mismo tiempo hacer un poco de síntesis del trabajo que había realizado en aquellos años”. Al terminar, retornó a Brasil. Después de nueve años y prácticamente 21 en Brasil, le transfirieron a una parroquia de Belém que estaba en manos de los javerianos. Aquí se mantuvo hasta que el papa Francisco lo eligió como obispo coadjutor en Brasil, concretamente en el Alto Solimões.

Su nueva diócesis se caracterizaba por ser una microrregión amazónica limítrofe con Colombia y Perú, por donde el Amazonas entra en Brasil, con una superficie de 214 mil kilómetros cuadrados de extensión y en la que habitan 230 mil personas. “La sede está en la ciudad de Tabatinga, Estado del Amazonas. Me envió tres mil kilómetros río arriba. Me dispuse con mucho miedo y temblor, pero a un papa que te pide un servicio es difícil decirle que no. Si he dado un sí a Dios en un momento determinado de mi vida, pues hay que seguir dándolo también en los momentos bonitos y en los que son más desafiadores”, afirma Pereira.

Desde hace diez años forma parte de esta diócesis, en la que cuenta con cerca de ocho sacerdotes diocesanos y miembros de otras congregaciones que colaboran en esta misión. Tras más de dos décadas destinadas a colaborar y ayudar a otros en diferentes misiones, el Monseñor Adolfo Zon destaca el valor de la cercanía y la voluntad de esta labor. “Lo que más me gusta es la presencia en medio de la gente, cómo se van empoderando de sus comunidades, de expresar su fe, y con los rasgos culturales a los cuales pertenece. Lo característico de esta iglesia de Amazonas, es que es samaritana, que está cerca de la gente”, asiente Adolfo.

Con su labor buscan intentar que la iglesia sea más presente en mitad del pueblo amazónico. En esta diócesis, gran parte de la población es originaria de aquella gente que, desde el inicio del siglo y durante la Segunda Guerra Mundial, llegó del nordeste para trabajar en la industria del caucho. Además, cuentan con once pueblos indígenas que están presentes en el territorio que forma su diócesis.

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