La peatonalización de la nueva ZBE en Ourense se estrena sin multas ni restricciones

ESTRENO ZONA DE BAJAS EMISIONES

Los vehículos circularon con normalidad por las nuevas calles peatonales en el primer día de la Zona de Bajas Emisiones en el centro de Ourense

Los coches circularon con normalidad en las nuevas calles peatonales.
Los coches circularon con normalidad en las nuevas calles peatonales. | Martiño Pinal

La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Ourense es ya una realidad sobre el papel, pero de momento una completa ficción sobre el asfalto. Aunque el calendario oficial del Concello marcaba la jornada de ayer como el inicio formal de la nueva normativa de movilidad que debe restringir el tráfico en el centro de la ciudad, la realidad a pie de calle fue radicalmente distinta. Lejos de amanecer con nuevas señalizaciones o flujos de circulación, Ourense vivió un día de absoluta normalidad en el que los coches continuaron circulando exactamente igual que siempre, ignorando unas restricciones que, a efectos prácticos, todavía no existen.

La ciudad mostró las costuras de una implantación precipitada e improvisada por un Concello que ha reiterado en numerosas ocasiones que se ha visto obligado a adoptar esta medida. En las calles que teóricamente estrenaban prioridad peatonal, el tráfico rodado fluyó sin impedimentos. No hubo cortes, no hubo desvíos y no hubo filtros policiales, en estas nuevas vías en las que la prioridad pasa a ser el peatón como son Bedoya (tramo San Lázaro-Ramón Cabanillas), avenida de Buenos Aires (desde Concordia), Valle Inclán, Arturo Pérez Serantes, Cardenal Quevedo y el lateral de San Lázaro.

Descontento vecinal

Lo que sí se palpó en la calle fue el desconcierto. Residentes y comerciantes afrontan esta nueva etapa “a ciegas”, sin tener claro cómo tramitar los permisos para sus vehículos o cuándo se empezará realmente a multar. El Concello anunció un periodo de tregua para los vehículos sin los distintivos ambientales que accedan a la ZBE: las multas de 200 euros no se activarán hasta el 1 de julio de 2026. Sin embargo, los incumplimientos en las nuevas calles peatonales conllevaban sanciones desde ayer mismo, pero parece que también se ha abierto un periodo de gracia en este sentido.

La única orientación que han recibido los vecinos hasta el momento se reduce a una campaña informativa de 33.000 euros, limitada al reparto de folletos en una carpa de la calle del Paseo y a publicaciones en redes sociales. Este esfuerzo contrasta con la complejidad de los trámites exigidos, para los que es necesario aportar diversa documentación específica en cada caso. La solución real, que pasaba por la apertura de una oficina estable con personal cualificado para guiar a los ciudadanos, sigue en el aire: el contrato para este servicio, presupuestado en más de un millón de euros, continúa pendiente de adjudicación pese a haber recibido ya cinco ofertas.

Esa sensación de provisionalidad se vio reforzada por la falta de indicativos. Lejos de tener el sistema listo para el día del estreno, los operarios comenzaron a colocar la señalización vertical ayer mismo, coincidiendo con la supuesta entrada en vigor.

Despidos por el fin de la ORA

En el horizonte, el próximo paso es la eliminación de la ORA -la denominada como Zona Azul- el próximo 1 de enero. Los sindicatos CIG y UGT critican que la medida supondrá el despido de los trabajadores.

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