La quimera de emanciparse con menos de 30 años
BÚSQUEDA DE VIVIENDA
Benito Silva ha conseguido independizarse con 24 años. Para ello, ha tenido que compaginar dos trabajos para poder ahorrar y compartir piso ante la “imposibilidad” de hacerlo en solitario
Independizarse antes de los 30 años y tener la vida encaminada se ha quedado ya en un sueño para muchos jóvenes que han perdido la fe en que puedan irse pronto de casa de sus padres. La tasa de emancipación ha tocado fondo y ya es la peor de lo que va de siglo. Apenas el 16% de las personas entre 16 y 29 años consigue vivir fuera de su núcleo familiar de forma independiente. La principal razón no es otra que la subida del precio de los alquileres, muy superior a las recientes subidas salariales. Pocos son los que cuentan con un trabajo estable y menos los que su retribución laboral les permite costearse la vida en solitario. Según los datos del Observatorio de Emancipación, solo un 23% de los jóvenes que se han independizado viven solos.
“Con los alquileres nos están llevando a unos límites que pronto serán imposibles de asumir”
Los que han conseguido abandonar el nido, como es el caso de Benito Silva, explican que “es prácticamente imposible hacerlo en solitario”. En su caso, comparte piso desde hace año en la calle Emilia Pardo Bazán con un amigo. “Para independizarte hoy en día es la mejor opción y casi te diría que la única viable tal y como están los precios”, explica el joven ourensano.
Con 24 años su idea es que esta situación de piso compartido no se prolongue en demasía en el tiempo, pero lo ve complicado. “Me gustaría irme a vivir solo, pero está prácticamente imposible. Hace cuatro años encontrabas pisos decentes por 400-500 euros, ahora por menos de 700 euros no encuentras nada. Son cantidades inasumibles si tienes intención de ahorrar algo de dinero para tu futuro”, asevera Silva.
En el caso de este joven ourensano las dificultades para independizarse no llegaron por falta de esfuerzo o iniciativa a la hora de trabajar, ya que compagina hasta dos empleos en su día a día: monitor de gimnasio y entrenador de salvamento acuático en un club. “No me quejo. Es una situación que yo mismo he escogido para poder ahorrar algo de dinero, pero también hay que decir que es a lo que te empuja hoy en día el mercado laboral y los salarios existentes”, señala Benito Silva.
Un futuro nada alentador
El drama del alquiler lleva tiempo siendo uno de los principales problemas de la juventud y Benito Silva no es optimista en que la situación vaya a cambiar en el corto plazo: “Lejos de mejorar, parece que cada día la situación va a peor. Nos están llevando a un límite que pronto será imposible de asumir”.
Respecto a las ayudas como el Bono Alquiler de la Xunta afirma que “son un respiro, siempre y cuando te la concedan. He estado mirando y cumplo todos los requisitos, así que la solicitaré a ver si hay suerte. En mi opinión, iniciativas así ayudan, pero no son la solución al problema, es solo poner una tirita a una herida que no para de crecer”.
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