Reclaman la suspensión de la apertura de la discoteca de Valle Inclán

La comunidad de propietarios de tres edificios localizados en el entorno de la discoteca ubicada en Valle Inclán, bautizada ahora como Desorden, solicitó ayer en el Contencioso-Administrativo número 2 la suspensión cautelar urgente de la apertura del local, anunciada para mañana sábado, apenas unos días después de que el Concello diese vía libre a la inauguración del local al levantar la suspensión de la licencia ejecutada en 2019. Los vecinos basan su solicitud en el presunto incumplimiento de la normativa vigente en materia de seguridad en la evacuación y aislamiento acústico.

“Asistimos a una orquestada y connivente actuación administrativa para permitir que un establecimiento destinado a discoteca, y que ha estado cerrado durante seis años por incumplir las condiciones de la licencia (,,,) pueda reabrir tras la realización de obras que supuestamente han dejado el local en condiciones equivalentes a las que presentaba en el año 1982”, explica en el escrito la comunidad de propietarios, quienes se vieron afectados en el pasado por la actividad de esta discoteca.

En este sentido, aseguran que el funcionamiento de este local, conocido anteriormente con el nombre de Macao, Dayamon, Suite o Fifties, constituye un “patente riesgo” para los ocupantes, entre otras razones, porque “no existe posibilidad de evacuación segura y mediante itinerario accesible en caso de incendio”. En la petición también aluden a la falta de aislamiento acústico, ya que no se preveía en 1982. Al respecto, señalan que en caso de abrir la discoteca estarían expuestos al “insoportable ruido y a las vibraciones”.

Además, consideran que asisten “a una orquestada y connivente actuación administrativa para permitir que un establecimiento destinado a discoteca”. El escrito recuerda el conflicto de interés del técnico Bienvenido Fernandez por la “amistad íntima” de su hijo con los socios de la promotora Ourensebaila S.L..

Por su parte, los promotores de la discoteca aseguran que el local cumple con todas las exigencias técnicas para su reapertura. Respecto a la polémica por los ruidos que se podrían ocasionar, recuerdan que la normativa exige la instalación de un limitador de sonido que garantice que no se superen los límites establecidos.